central guiteras

Las Tunas.- En enero de 1963, el comandante Ernesto Che Guevara, ministro de Industrias, se había reunido en Holguín con Héctor Gómez, representante de la Industria Azucarera en la región Tunas-Puerto Padre, en ocasión de su visita al Batallón Rojo Jesús Menéndez, integrado por trabajadores de los centrales Antonio Guiteras, Jesús Menéndez, Argelia Libre y Perú, que cortaban caña en la región holguinera en apoyo a la II Zafra del Pueblo. Allí se interesó por la labor de los azucareros del "Guiteras" y en el mes de marzo cumple su propósito de visitar el coloso agroindustrial.

francisco suarez maderal 01Francisco Suárez Maderal era el jefe de Producción del ingenio y fue quien atendió al ministro guerrillero en su histórica visita del 11 de marzo. Ese acontecimiento constituyó un día de especial significación para él, quien en entrevista realizada por la revista Verde Olivo contó: "Una noche, ya cerca de las 11:00, salíamos de un consejo de dirección cuando vemos llegar un auto del que descendió el Che. Para mí fue una sorpresa y salí a recibirlo. '¿Cómo anda la molida?', preguntó. 'Muy floja, hay poca caña y estamos moliendo aproximadamente a un 70 por ciento, comandante', respondí". 

El Che lo acompañó a su oficina, allí se le enseñó el comportamiento del central en la zafra. Era muy observador. Tomó agua de un bebedero y comentó: "Ese filtro tiene como 50 años". Según Suárez Maderal, el Che recorrió el central. A veces se paraba frente a alguna maquinaria y siempre hacía la misma pregunta: "¿Es automática?". Sus recuerdos muestran que denotaba gran interés por la automatización. Dialogó con los obreros por espacio de media hora sobre los problemas que confrontaban, la emulación y el proceso de producción.

Esa noche, visitó la Planta de Cera. Allí lo atendió David Ortiz Garrido: "Arribó alrededor de las 12:00 de la noche interesado en conocer su funcionamiento y los años de servicio de los equipos, que solo existían allí, ni en la fábrica de Chaparra ni en Jaronú. Le preocupaba mucho los años de servicio, porque no había con qué reemplazar esa maquinaria". 

Ortiz Garrido le explicó que eran 12 años de explotación, entonces le dijo que hablara con los compañeros para que la cuidaran mucho, ante la escasez de repuesto de toda clase.

Quería conocer el funcionamiento de la extracción de cera. Se le explicó paso a paso y lo comprendió. Cuando llegaron donde estaba el equipo principal y se explicó que toda la planta era automática, reiteró: "Aquí es donde está el corazón de esto, tienen que cuidarlo mucho porque no tenemos repuesto". planta de cera

Había una pieza que era muy importante y se echaba a perder mucho. David le comentó esa situación y Guevara dijo: "No hay esperanza de ninguna clase de conseguírtela, ya que esto es de Estados Unidos y ellos no nos van a servir nada". 

El ministro de Industrias quiso conocer cómo se llenaban los sacos de cera a una temperatura de 270 grados y que no reventaran. Su anfitrión lo llevó al almacén y aunque no pudo ver ese trabajo, porque se hacía de día, le detallaron ese proceso, a lo que respondió: "Oh, ya lo vi, ya lo vi, igual que si lo hubiera visto". david ortiz garrido

David lo invitó al laboratorio de cera. Allí le enseñó la cera que se producía. Cuenta que las fue oliendo una a una y le decía: "Oh, pero esto está crudo… bueno, esta está mejor, pero todavía le falta… esta si está buena, esta está refinada". El jefe de Turno no salía del asombro, pues lo menos que pensaba era que el Che tuviera conocimiento de la cera, y le planteó la necesidad de una refinería en el central, a lo que el distinguido visitante contestó: "Bueno, quizás la tengamos pronto". Ortiz Garrido dudó porque se había negado todo el mundo a vendérnosla. Pero parece que él tenía conocimiento de que existía y, en definitiva, vino la refinería para Delicias.

De su conversación conocimos lo que le planteó el Che sobre el futuro de los derivados. Recuerda que estando en lo alto de la fábrica le enseñó el alambique que estaba al lado y le dijo: "Mire, Che, un alambique inmenso y lleva años parado, hay que tratar de que eso trabaje", y él le dijo: "Seguro que va a funcionar, espera, que pronto va a funcionar", y así mismo sucedió.

Al poco tiempo se procedió a repararlo y está trabajando; es uno de los alambiques más grandes de Cuba. Sobre el futuro de la cera, les dijo que no era muy bueno, porque no tenía salida y así ocurrió, en el año '74 fue la última zafra.

Entre los rasgos del carácter que recuerdan los protagonistas de estas anécdotas de la figura del Che se destacan su hablar pausado, sencillo, en un tono familiar, que invitaba al diálogo; la firmeza de sus palabras que demostraban lo profundo de sus convicciones; el poder de convencimiento, la certeza y la fe en la Revolución y en la construcción del socialismo; la confianza en el hombre, en su capacidad creadora y en su disposición al sacrificio sin límites.

También ha quedado en estos modestos trabajadores la imagen de su mirada penetrante, capaz de impulsarlos a la acción redentora; aquella mirada que hoy vemos multiplicada en sus fotos, que es capaz también de demostrar su raigal humanismo, la sencillez de su carácter y la inquebrantable exigencia en el cumplimiento del deber.

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