manos padres

Las Tunas.- A mis 20 años de edad miro al pasado y pienso en mi padre. Recuerdo que no le importaba el agotamiento, apenas le alcanzaban las horas para caer sobre el colchón y quedar rendido en un descanso que no duraba mucho.

Ya en la mañana nos sorprendía con la energía de siempre, tarareando las canciones que acomodaba a su antojo, lo cual provocaba en mí la primera carcajada matutina. Volvía cada día al trabajo, de lunes a lunes, sin tiempo para detenerse, para conversar… sin tiempo para mí.

De su diarismo aprendí la importancia de esforzarse, de luchar la vida con honradez. Pero nunca se percató de que necesitaba jugar con él, pasear juntos, comer juntos… No supo de mis tristezas, de mis preocupaciones. Tampoco estaba cuando yo fallaba o necesitaba un consejo, ni cuando triunfaba y anhelaba su felicitación, su orgullo.

Es cierto, a veces llegaba con golosinas o un juguete entre las manos, sin comprender que las caricias son el mayor y el mejor de los regalos, de esos que conmueven el alma y dan fuerzas para seguir.

Luego vino la separación. El dolor caló hondo, dejó huellas. La vida me obligó a ser el único hombre de la casa, un niño que tuvo que asumir decisiones anticipadas a su edad. Y aunque fueron momentos duros, los agradezco porque dejaron muchas enseñanzas, a pesar de las cicatrices.

Con su partida llegó no solo la nostalgia, sino también la ausencia. Faltó la atención, la compañía en los buenos y malos momentos, el regaño oportuno, la conexión entre ambos.

Mi padre ya no está. Creo que se fue de este mundo necesitado de amor, del calor de un abrazo, de la inmensidad de una familia. Quizás tuvo muchos miedos, no lo sé. Lo cierto es que miro al pasado y encuentro fuerzas para amar a quienes me rodean, hacer feliz a mi madre, pensar en el padre enorme en el que ansío convertirme, de esos que no se pierden ni un instante de sus hijos.

Él no está. Y quiero que sepa que no lo juzgo.

  

 

 

 

 

Escribir un comentario

Este sitio se reserva el derecho de la publicación de los comentarios. No se harán visibles aquellos que sean denigrantes, ofensivos, difamatorios, que estén fuera de contexto o atenten contra la dignidad de una persona o grupo social. Recomendamos brevedad en sus planteamientos.

Código de seguridad
Refescar