Las Tunas.- Cuando Iraldo Ramírez Pérez comenzó a trabajar en el peregrinar de los consejos populares y las circunscripciones, su hija menor apenas tenía 29 días de nacida; y ya es toda una mujer y hasta le ha regalado una nieta que es doctora.
Para él esa es la prueba mayor del paso del tiempo. Y le brillan los ojos mientras asegura: "He dedicado toda mi vida en esto aquí"; con su verbo directo y la bicicleta muy cerca, porque tiene 77 años de edad y no le tiemblan las piernas todavía cuando recorre desde Río Ramírez hasta Buenaventura, decidido.
"Aquí no había nada de nada, se lo aseguro, lo único eran yerbas; no teníamos corriente, ni tienda y apenas una escuelita vieja que no se parece en nada a la confortable que ahora es de nuestros pioneros.
"La gente dice que estamos en otro Período Especial y yo aseguro que, el que afirme eso, no vivió los años 90' del siglo pasado en estas tierras. Las cosas están muy caras, pero aparecen; antes, ni eso. Y la vida era mucho más difícil por aquí".
Iraldo dijo a 26 que las principales insatisfacciones de la población actualmente rondan en la situación del agua, pues la sequía intensa que padecen esos parajes dejó sin caudal a casi todos los pozos de allí y han sido meses de pasar mucho trabajo con ese tema.
Conoce de toda la zona de Río Ramírez cualquier detalle. Le preocupa que algunos pozos se están haciendo salobres en estas fechas y, cuando se habla de él, todo el mundo tiene algo que decir porque saben de sus desvelos de años y de su palabra, comprometida con hacer.