Rafael Ferreiro Jerez
"Amancio", Las Tunas.- A sus 84 años de edad, Rafael Ferreiro Jerez continúa demostrando que la pasión y la vocación por el campo no tienen edad y que todo depende de la voluntad individual, de lo que se aprendió de niño y de la vergüenza con la que se decida andar por la vida.

Dedicado a la tierra, su historia es testimonio de resistencia y esfuerzo porque ha sabido cosechar frutos no solo para él y su familia, sino para quienes residen cerca y para otros que, aun estando lejos, comen lo que producen sus manos.

Ferreiro tierras 2"Paso mis días trabajando, y así ha sido siempre; desde que era un niño. Nací en esta finca y primero comencé a ayudar a mi padre. Después me tocó ser el responsable de todas las labores y ahí se ven los resultados. Pero lo mejor es que seguimos para adelante. Mientras tengamos salud, seguimos guapeando". 

Durante el diálogo, Ferreiro sonríe con frecuencia y se muestra tan optimista que contagia a los familiares y a los trabajadores que le asisten en la roturación de la tierra, la siembra, las atenciones culturales y en la difícil tarea de ordeñar, alimentar y proteger el ganado.

"Tengo 65 hectáreas en total. De ellas, 22 se dedican a los cultivos varios y el resto de ese espacio está en el batey de las casas y para la ganadería, que es la mayor parte. Aquí hay 65 cabezas, entre vacas, toros y terneros, todos de las razas cebú y criollo. También criamos carneros, cerdos y aves. ¡Hasta contamos con varios ejemplares de pavo real!Ferreiro tierras 1

"En los cultivos varios ahora tenemos muchas áreas sembradas de maíz; también hay yuca y un poquito de plátano. Hace poco tiempo cosechamos cebolla. La inmensa mayoría de esas producciones se vende los sábados en la feria y en el mercado". 

Para que una finca tenga resultados positivos son determinantes el agua y los suelos. Sin embargo, este asociado a la cooperativa de créditos y servicios (CCS) Lino Álvarez, del municipio de Amancio, considera que en sus tierras cada éxito se respalda por un deseo enorme de trabajar.

"Eso es lo que hace falta, porque si usted tiene muchos recursos y no le gusta trabajar, no tiene nada. Lo importante es limpiar bien los cultivos y darles el riego que llevan porque la humedad decide todo. Y, por supuesto, ahora no contamos con fertilizantes.

"De verdad que hay que dedicarle mucho tiempo, todo el tiempo que se pueda. Y para eso hay que vivir en la finca. Esa gente que vive por otros lugares y viene a las fincas, eso no sirve. Hay que vivir en ella y estarla viendo todos los días, porque eso es lo que hace crecer los frutos".

Siempre el reloj biológico de Ferreiro lo despierta en medio de la madrugada. Cada día, apenas transcurridas cuatro horas del inicio de la jornada, el hombre curtido por la vida y los años deja el lecho tibio, dispuesto a mantenerse activo, saludable y especialmente útil.

"Esa es la rutina. Me levanto y tomo el desayuno, que la hija me lo hace temprano. Entonces salgo para el campo a recorrer las áreas y a atender el ganado porque hay que estar por la orilla de la carretera cuidándolo. Si no lo hacemos, se lo llevan enseguida.

"Aquí ha habido robos, pero nosotros cuidamos mucho y hacemos guardias en la noche, la familia y los trabajadores. La verdad es que se puede producir la tierra, lo que hace falta es más interés. Por ejemplo, cuando llueve salir a dar un recorrido para ver las tierras y caminarlas por la mañana. Eso es vida".

Con la sabiduría que solo otorga la experiencia, este destacado campesino de la provincia de Las Tunas sigue cultivando su tierra con la misma entrega de siempre, inspirando a las nuevas generaciones a valorar y preservar las raíces rurales que forman parte de la identidad de Cuba.

Escribir un comentario

Este sitio se reserva el derecho de la publicación de los comentarios. No se harán visibles aquellos que sean denigrantes, ofensivos, difamatorios, que estén fuera de contexto o atenten contra la dignidad de una persona o grupo social. Recomendamos brevedad en sus planteamientos.

Código de seguridad
Refescar