Las Tunas.- El 15 de marzo del 2000 fue un día de locura. Nunca se olvida aunque los calendarios sumen y nada sea igual, seamos los mismos y en cada jornada la dialéctica nos recuerde que tampoco es tan así. Maduramos, concretamos metas, saltamos sobre las “arrugas y los accidentes” de estos tiempos duros. Lloramos ausencias, abrazamos nuevos colegas, crecemos en el diapasón de las tecnologías y salvamos con amor un diario nuevo: 26, en formato digital.
Ahora mismo el reloj se come la fecha que nos llenó de orgullo, retos, sueños y compromisos para siempre. El nuevo aniversario de una URL muy nuestra, www.periodico26.cu, avanza y entre la prisa, los grandes desafíos, los problemas objetivos y una realidad que no acepta improvisación ni discursos informativos fríos, seguimos apasionados detrás de la noticia, las mejores fotos, la multimedia, los canales digitales, las audiencias “ciberespaciales” y cuanto aporte al posicionamiento en las redes sociales, en la medida en que deseamos por empeño y vocación estar en la cima.
Eso tiene que ver con lo que somos, un colectivo que hace 22 años, como una utopía, dio un paso decisivo sin pensar en los silencios tecnológicos, la ausencia de servidores propios ni espejos, sin celulares y con apenas una laptop para montar un sistema operativo y un número de páginas, valores agregados e hipervínculos inimaginables para quienes, muy desconocedores entonces de casi toda esa novedosa arquitectura, veían solo los soles y ni nombrar las sombras. No podían, si querían llegar. Y llegamos.
Un día como hoy, un Baraguá multiplicado por cada departamento de nuestra Redacción, salimos a navegar. Navegamos. Y seguimos sobre el infinito mar del ciberespacio, la web 2.0, los clics, los ciberlectores… en fin, el sueño, la meta, la continuidad.
Nada de falsos egos 22 años después. Nada de decir que estamos satisfechos, que lo sabemos todo, que no lloramos con el más mínimo descalabro. Saltamos como dementes cuando el día sale bien, merecemos un premio, o un seguidor nos dice que somos su preferido.
No ocultaremos que siempre vamos por más, sedientos de estrenar colores nuevos y estar a la altura de un proceso renovador en la gestión de medios. Los tuneros, esa gente sencilla y luchadora que nos espera para que contemos sus historias, merecen mucho este desvelo colectivo, enamorado.
Avanza este cumpleaños y unimos manos sobre el pecho, como la primera vez. Y en esa alegría renovada va el empeño: 26 es el oasis, no importa cuán fuerte soplen los vientos o intenten absorbernos las rutinas. Es nuestro Baraguá. Nuestro eterno Baraguá. Gracias a todos por darnos vida en este nuevo aniversario.
