sequia agricultura
Las Tunas.- Una tensa situación se registra por estos días en la provincia de Las Tunas, cuya agricultura es mayoritariamente de secano; o sea, los productores no contribuyen al riego de los cultivos, sino que preparan la tierra y plantan solo con el favor de las lluvias.

No obstante, las consecuencias de la persistente carencia de precipitaciones se ven día a día en las mesas de los hogares, en las que faltan algunos renglones o se adquieren a elevados precios, a pesar de las alternativas que se ponen en práctica para producir más.

Las esperanzas colectivas están centradas en la recién iniciada campaña de siembra de primavera, una importante etapa para garantizar las viandas, los granos, las frutas y las hortalizas que demanda la población, pues es en esta época cuando comienza el período húmedo.

Entre los campesinos, usufructuarios de tierras ociosas y los trabajadores de las entidades estatales del sector agropecuario, hay una añoranza constante por las lluvias, porque la poca agua embalsada en las presas y las insuficientes áreas bajo riego complican las actuales circunstancias.

La situación más difícil está en los reservorios que abastecen al municipio de Jobabo, pues la presa de Cayojo entrega a la población y disminuye la destinada a las tareas agrícolas. También preocupa la zona de Gayol, en Puerto Padre, el reservorio que tributa a las siete máquinas de riego de esa zona está seco. En ese lugar se prevé próximamente una inversión que implica el trasvase del líquido desde La Breñosa a La Cana.

Además, especialistas de la delegación del Ministerio de la Agricultura señalaron que en el territorio se reporta un notable deterioro en los sistemas de riego, luego de muchos años de explotación sin respaldo de partes y piezas para su mantenimiento.

Esa deteriorada tecnología solo abarca unas seis mil hectáreas, apenas el 16 por ciento del total de áreas dedicadas a los cultivos varios, lo que resulta un escollo en el objetivo general de sembrar y cosechar de manera sostenida y en todos los municipios.

Frente a ese contexto se adoptan varias medidas para incrementar los niveles de producción y una de ellas es la extracción de las aguas subterráneas desde pozos mediante molinos de viento y otros accesorios. El futuro se muestra difícil; pero, como siempre, se aplicarán alternativas.

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