Nuestro periodista István Ojeda Bello se encuentra en el Gigante Asiático escogido por sus indiscutibles méritos profesionales y resultados de los últimos años para un intercambio concebido por aquel país.
Se trata del Programa del Centro Internacional de Comunicación de Prensa de China (CIPCC), iniciado por la Asociación de Diplomacia Pública de China (CPDA), para promover la cooperación práctica entre esa nación y los medios de comunicación de los otros países en desarrollo. También busca ayudar a los participantes de la iniciativa a obtener una comprensión completa y profunda de la inmensa obra económica y social que se impulsa en aquellos lares, además de su milenaria cultura y tradiciones.
Desde las páginas de 26 compartiremos la visión de István, con reseñas de un tunero en China.
Shanghái, China. - Salones semidesiertos en los que las medidas de bioseguridad han dejado su huella hasta en la disposición de los espacios, esa es la primera impresión de quien llega literalmente desde el otro lado del mundo hasta esta ciudad en la costa de Asia oriental. A primera vista se creería que se está en un sitio sin rostro o, por lo menos, con uno escondido tras un traje blanco de cuerpo entero, mascarilla y espejuelos plásticos.
Contrasta fuertemente el silencio nocturno de la terminal aérea con el movimiento de las análogas europeas que parecen haber recobrado su ambiente prepandémico. También porque, al poner un pie en esta urbe del estuario del río Yangtzé, solo los ojos del personal de migración y custodia, junto a sus voces, son el testimonio de que efectivamente te encuentras en un país que impresiona con solo nombrarlo.
La Covid-19 sigue siendo cosa seria en esta parte del planeta y eso el viajero lo nota desde el proceso de tramitación de su estancia en el Gigante Asiático. La certificación digital de respectivos resultados negativos en tres exámenes de PCR en tiempo real: dos, 24 horas antes de la salida del punto de origen, y otro durante la escala, además de un test de antígenos, son requisitos para los pasajeros desde más allá de sus fronteras. Ya en suelo chino continúan siendo necesarios otro examen más y una cuarentena que puede extenderse hasta 14 días dependiendo del destino exacto dentro del país.
Salvo para la toma de temperatura y los exámenes de PCR, durante el confinamiento el contacto presencial es mínimo con el personal especializado, incluyendo el momento de proveer los alimentos, los que son colocados en la puerta de la habitación. Sin embargo, los anfitriones te hacen saber de diversos modos que eres bienvenido y que mediante el respeto a las pautas sanitarias contribuyes al esfuerzo colectivo contra el nuevo coronavirus.
La huella del conflicto armando entre Ucrania y Rusia es perceptible para el intenso tráfico aéreo entre Europa y el Lejano Oriente. En la foto, el rodeo que se ve precisado a hacer un vuelo desde el llamado Viejo Continente hasta China vía Seúl, para, primero sortear el peligrosísimo espacio aéreo ucraniano y luego para eludir el ruso, cerrado mutuamente entre la Unión Europea y Rusia desde febrero pasado. Dicho escenario ha prolongado en varias horas los trayectos actuales entre ambas zonas con respecto a los itinerarios anteriores.
"SHEN" SALE A FLOTE
Shanghái, históricamente muy conectada con el exterior, está saliendo de una ola de contagios del SARS-CoV-2 que forzó a pautas muy severas de restricción de la movilidad para sus habitantes. El nuevo coronavirus es un problema particularmente para esta megalópolis, cuya población duplica a la de Cuba, pero que está concentrada en un área equivalente solo al cinco por ciento de la superficie del Archipiélago antillano.
Cuando en abril pasado aquí se elevaron considerablemente los contagios, se profundizaron restricciones de movimientos ciudadanos en varios distritos y tuvo lugar un despliegue logístico sustentado en las capacidades creadas durante la primera etapa de la pandemia en el 2020. Desde ese entonces se habían añadido 112 clínicas y 224 consultas para atender a los pacientes con síntomas sugestivos de Covid-19; mientras se robusteció la infraestructura local de realización de exámenes de PCR en tiempo real. Todo eso, complementado con el funcionamiento de 20 puntos de chequeo en las vías terrestres, otros 63 en las carreteras suburbanas, nueve en las terminales de ómnibus y una decena en las vías fluviales; además de los referidos controles a los viajeros foráneos.
La estrategia ahora incluyó, asimismo, el apoyo de personal médico de otras zonas del país, quienes reforzaron a sus colegas de los 405 hospitales de la ciudad. Ha sido un gesto de reciprocidad, pues cuando estalló la pandemia en la ciudad de Wuhan a finales del 2019, Shanghái les envió a más de mil de sus profesionales de Salud.
"La ayuda con la respiración es esencial para los pacientes de Covid-19. Nuestro trabajo es colaborar con los ventiladores y ayudar a los pacientes a respirar con mayor facilidad y comodidad", dijo a la prensa local, Sun Yang, jefa de Enfermería en el Departamento de Cuidados Intensivos del hospital Xiangya de la Universidad Central del Sur, en la provincia de Hunan. Ella, que echó una mano en el hospital Ruijin adscrito a la Universidad de Jiaotong, explicó que el rebrote tuvo la particularidad de afectar sobre todo a los adultos mayores, potencialmente más vulnerables a la enfermedad.
Este no es un dato menor en Shanghái, porque cifras de la Oficina de Información de la Municipalidad local indican que más del 23 por ciento de sus residentes tiene más 60 años de edad; y justamente en esta contraofensiva del SARS-CoV-2 la mayoría de las víctimas han sido personas mayores no vacunados.
Sin bien desde el exterior abundan las críticas a la persistencia de las autoridades chinas a afrontar los eventuales rebrotes con medidas que califican de demasiado similares a los primeros momentos de la pandemia; de este lado responden asegurando que sigue siendo una solución válida y a tono con las características del país. Cuando comenzó la penúltima semana de junio en Shanghái se reportaban menos de 10 nuevos casos diarios, cuando dos meses atrás llegaron a ser más de 27 mil en cada jornada.
Desde el 20 de mayo acaeció el paulatino regreso a sus actividades habituales de las áreas que permanecieron cerradas, incluyendo la vuelta a sus operaciones del metro y las líneas de autobuses. Sin embargo, el puerto de Pudong nunca se paralizó y solo del 28 de marzo al 18 de mayo despachó 2,75 millones de toneladas de productos con un valor por encima de los dos mil 700 millones de dólares.
En junio, la Comisión Municipal de Comercio dio luz verde a la reapertura de los negocios localizados fuera de los centros comerciales y grandes almacenes; y estos últimos pudieron a su vez elevar su aforo permitido al 75 por ciento de sus capacidades.
Así, por ejemplo, el 3 de junio Starbucks echó a andar su planta tostadora de café de reserva tras una suspensión de dos meses. Días antes ya operaban 600 de las más de siete mil de sus cafeterías en la ciudad. "Tanto la reanudación de los establecimientos existentes como la apertura de la nueva cafetería reflejan nuestra confianza en el mercado de consumo de China", sostuvo Leo Tsoi, director ejecutivo de la cadena en esta nación.
Antes, habían reanudado sus actividades, al menos, el 70 por ciento de las más de mil 800 principales empresas de la zona. Por ejemplo, el inmueble del fabricante estadounidense de automóviles eléctricos Tesla encendió sus máquinas el 19 de abril, dejando atrás una paralización de más de 20 días; a mediados del mes pasado pudo despachar los primeros cuatro mil vehículos.
El 14 junio Shanghai Disney Resort dio a conocer que permitiría huéspedes en el Disneytown y el Shanghai Disneyland Hotel, dos de sus instalaciones más emblemáticas, aunque días precedentes ya operaban el Wishing Star Park, Blue Sky Boulevard y World of Disney Store. No obstante, continuaría la desinfección de las superficies de uso común, el distanciamiento físico y la obligatoriedad de las mascarillas.
El que salga a flote "Shen", como coloquialmente llaman los chinos a esta cosmopolita ciudad, es una prueba fehaciente de la determinación de China de alcanzar sus metas de desarrollo socioeconómico minimizando los impactos de la pandemia, tal cual lo recalcara esta misma semana el presidente Xi Jinping en la inauguración del Foro Empresarial del Brics.
