Las Tunas.- Gerardo Hernández Nordelo, uno de nuestros Cinco Héroes, visitó recientemente esta provincia en su condición de vicecoordinador nacional de los Comités de Defensa de la Revolución (CDR). Saldó así una deuda de gratitud, pues fueron numerosas las muestras de cariño que recibió de parte de los tuneros cuando cumplía injusta condena de dos cadenas perpetuas más 15 años en las mazmorras del imperio, por defender a Cuba del terrorismo.
Una, en especial, conquistó sus afectos: la de un niño discapacitado de 6 años de edad llamado Andy Daniel Oro Rivera. “Cuando vi una foto de Los Cinco le dije a mi abuela Vivian: 'Quiero escribirle al calvito'”, declararía el pequeño más tarde. Era Gerardo. Desde entonces se creó una relación tan fraternal que llegaron a intercambiar más de 60 cartas entre 2006 y 2013. Andy las conserva como tesoro.
El reencuentro de ambos amigos en la capital tunera fue emotivo. El chico, ahora con 20 años de edad, le dio detalles al Héroe de sus estudios de Comunicación Social. Las fotos no podían faltar. Gerardo propuso una en la que, además de ellos dos, figurara Luisa, la mamá. Se sorprendieron cuando, unas horas después, Gerardo se la entregó a Andy ampliada con una dedicatoria especial: “Para la abuela Vivian, promotora principal de mi linda relación con Andy. Un fuerte abrazo. Gerardo Hernández Nordelo, Las Tunas, 23 de junio 2020”.
EPISTOLARIO DE LA SOLIDARIDAD
En su primer mensaje a Gerardo en el 2006, Andy le detalla que pertenece a la Asociación Cubana de Limitados Físico Motores y que acaba de ganar el primer premio en dibujo sobre el tema de Los Cinco en un concurso del Instituto Cubano de Amistad con los Pueblos (ICAP). Hernández Nordelo le responde el 17 de julio del 2006 desde la Prisión Federal de Victorville.
“Querido amigo Andy: Me alegró recibir tu carta (...). Me han dicho que haces unos dibujos muy lindos, y que también te gusta estudiar y jugar ajedrez. Y quiero darte las gracias por la solidaridad con tus hermanos prisioneros del imperio. Espero que pases felices vacaciones y que, además de jugar y pasear, dediques tiempo a leer un buen libro”.
En otra misiva, el niño le remite una foto suya. Gerardo acusa recibo el 31 de diciembre del 2006 con un texto que condensa la nobleza, la cubanía y el magisterio de su alma:
“Compadre, quedaste de lo más lindo en la foto, yo creo que unas cuantas niñas se van a enamorar de ti… (...) Déjame decirte que conozco muchas personas mayores que no tienen una letra tan bonita, ni tan buena ortografía como la tuya. Por cierto, recuerda que después que pones un punto en un párrafo, la próxima oración debe comenzar con mayúscula”.
Para el 10 de marzo del 2007, ya se tratan como amigos de toda la vida. Incluso, Andy había conocido a Adriana, la esposa de Gerardo, pues solían llamarse con frecuencia por teléfono.
“Le dije a Adriana que cuando vaya a Las Tunas tú la quieres invitar a tomar helado, pero si hay de chocolate, te saldrá caro”, le dice, en broma, en epístola fechada ese día.
Pasadas algunas jornadas, Andy le vuelve a escribir y le envía una foto vestido de karateca. Además, le notifica que ahora tiene un diente de menos. Gerardo responde enseguida:
“¡Tremenda sorpresa con esas fotos del kárate! Pareces un 'ninja' con el kimono. Te felicito por la cinta amarilla (...). Tu abuela tiene razón, el diente que se te cayó no me lo podías mandar, porque no lo permiten aquí (...). Ojalá el nuevo te salga rápido, para que puedas masticar bien”.
El 20 de agosto del 2007, Gerardo le escribe, esta vez preocupado por la salud del pequeño. También lo felicita por las calificaciones obtenidas al terminar el segundo grado.
“Creo que una carta tuya se perdió, porque no recuerdo que me hayas dicho que te fracturaste un pie. Espero que ya estés 'entero'. ¡Compadre, apretaste con las notas de segundo grado! Yo nunca saqué 'excelente' en todas en ningún grado”.
Tiempo después, Andy le cuenta que se ganó una bicicleta en un concurso. Es el 16 de septiembre del 2007. Su amigo lo felicita por el premio, lo exhorta a tener cuidado con los rayos y le dice: “Adriana me dijo que habló contigo por teléfono y que te vio en el televisor”. El 16 de octubre retoma este último asunto con jovialidad: “Adriana me dijo que te volvió a ver por televisión. ¡Compadre, yo creo que ya eres más famoso que los actores de las novelas!”.
En esa ocasión, Gerardo comienza a “provocar” a Andy con una temática que será recurrente en su comunicación: el béisbol y sus evidentes simpatías por el equipo de la capital: “En diciembre empieza la pelota y ya Industriales se está preparando para ganarle a Santiago”, le anuncia, jaranero.
El 27 de octubre le envía un cordial mensaje a Andy para congratularlo con motivo de su cumpleaños. “¡Felicidades por tus 8 añitos! ¡Compadre, ahora me doy cuenta de que cuando tú naciste ya Los Cinco llevábamos un año prisioneros!”.
NADA QUEDA EN EL OLVIDO
Una misiva donde se refleja toda la sensibilidad y la ternura de Gerardo es la que escribe el 12 de marzo del 2008. En ella le pide a Andy que visite en su nombre la escuela especial Camilo Cienfuegos: “Me gustaría, además de saludar a los niños y a la maestra de quinto grado de esa escuela, saber si recibieron mi carta, porque a veces se pierden, y no quiero que vayan a pensar que no les contesté”.
El 6 de julio del 2008 responde unas líneas de Andy donde este le comunica la muerte de su mascota. “Me puse triste al saber que se te murió tu perro majadero ('malcriado', creo que fue como me dijiste). Pero bueno, todavía te queda la gata, y a lo mejor en el futuro puedes tener otro perrito”.
La proverbial jocosidad de Gerardo lo lleva a enviarle al niño una imagen el 17 de octubre del 2008. En ella aparece él con un cartel en el pecho que dice “Industriales campeón” y el siguiente texto: “Querido Andy: te envío esta foto con una invitación para que, cuando quieras… te cambies de equipo”.
Los avances de Andy en el kárate lo motivan. Así, el 17 de marzo del 2009 le comenta: “Felicidades por la cinta verde. Ya me alcanzaste, porque cuando yo practicaba kárate (estilo Joshi-Mon) llegué hasta cinta verde, así que cuando vaya no me puedo fajar contigo, porque me das tremenda paliza”.
Asimismo, le ruega saludar a varias personas de las cuales él le ha hablado en sus diálogos: “Saluda de mi parte a Parrita el cartero (el que te entrega la correspondencia), al panadero del frente y a todos los amigos tuyos de por allá. También a la familia, a los vecinos, a tus maestros y amiguitos ¡a todo el mundo!”. Incluso, le pide que vaya a la heladería Las Copas y le transmita su gratitud por la solidaridad mostrada hacia él y sus hermanos presos.
Cuando Andy le hace saber que estuvo de visita junto con un grupo de niños en el poblado holguinero donde nació el Comandante en Jefe en 1926, Gerardo le revela el 3 de junio del 2009: “¿Así que estuviste en Birán? ¡Qué bueno! Yo nunca he estado allá, espero poder hacerlo algún día”.
Las alusiones al tema beisbolero y a los equipos con los que ambos simpatizan en la Serie Nacional se suceden en sus intercambios epistolares. El 9 de octubre del 2009, Gerardo las pone de nuevo en práctica con una pregunta sobre ajedrez en apariencias ingenua, pero “provocadoramente” intencional: “¿Cómo te va en el ajedrez? Yo sé mover las fichas, pero soy malo, seguro me ganas. El que es un bárbaro es Lázaro Bruzón. ¡Seguro le va a los Industriales!”. En sus respuestas, Andy le refirma siempre su fidelidad al conjunto de Las Tunas, y que confía en que sus peloteros se mantengan.
El 23 de febrero de 2010, Gerardo le dice, irónico: “No se lo he dicho a nadie, pero te lo voy a decir a ti. Sé que te va a gustar: tengo medio convencido a Joan Carlos Pedroso para que el año que viene juegue con Industriales, ¿qué tú crees? (...). Ahora te dejo, porque voy a preparar unas instrucciones que tengo que mandarles a mis leones para los play off. ¿Tú sabías que los leones comen tunitas?”.
El aguzado sentido del humor del Héroe es admirable y recurrente, aun en las difíciles circunstancias en que se encuentra. El primero de abril del 2010, comenta en broma un retrato que Andy le remite en la que aparece luciendo un nuevo peinado al que los jóvenes llaman pincho. “Me asusté cuando te vi en la foto con el peinado ese, porque pensé que te había cogido la corriente. No, mentira, eso es lo que se usa. Quiero ver si me lo hago también. Estás hecho un pepillo. Debo averiguar, pues seguro ya hay alguna novia por ahí”.
Gerardo no pierde la ocasión para mostrar su proclividad industrialista. En esa misma misiva del primero de abril le escribe con su caligrafía impecable, como de imprenta: “Te dejo, porque tengo que seguir celebrando la victoria de los Industriales (¿viste que te escribí en azul?)”.
ÚLTIMAS CARTAS Y... ¡LA LIBERTAD!
Una de las últimas cartas que Andy recibe de Gerardo tiene fecha del 16 de octubre del 2013. En ella le expresa: “¡Felicidades! Terminaste el octavo con muy buenas notas. Es cierto que puedes mejorar en Química, pero la nota no es mala de todos modos. Este ha sido uno de los años más ocupados para mí y no he podido escribirte mucho, pero sabes que Los Cinco te queremos y estamos muy agradecidos por todo lo que haces para aportar a nuestra lucha por la victoria”.
El 17 de diciembre del 2014 -tal y como había augurado Fidel-, Gerardo fue liberado y retornó a Cuba en compañía de sus hermanos Ramón y Tony. Antes lo habían hecho Fernando y René. La justicia se impuso sobre la prepotencia. Andy lo abrazó tiempo después en La Habana y le recordó su promesa de visitar Las Tunas. Su presencia por acá saldó esa deuda.