Las Tunas.- Google publicó un resumen de las principales consultas globales del 2023 y pensé cuán encerrados podemos quedarnos en nuestra ilusoria burbuja de intereses y gustos, en la creencia de que estamos “informados”. Especialmente, si seguimos asumiendo que lo presentado como “tendencia” por estos buscadores es absolutamente importante para todos.
Según la propia fuente, el futbolista americano Damar Hamlin fue la persona más ¿popular? en las exploraciones en la red este año, luego de que un paro cardíaco lo pusiera al borde de la muerte durante un partido de enero; seguido del actor Jeremy Renner, quien sobrevivió a un grave accidente con una máquina quitanieves. La cantante Tina Turner y el actor Matthew Perry fueron otros nombres tecleados con intensidad, pues ambos fallecieron durante el calendario que pronto terminará.
Si continuamos con el entretenimiento, las películas Barbie, Oppenheimer y el thriller indio Jawan dominaron las preguntas relacionadas con el cine; mientras en las series de televisión lo hicieron The last of us, Wednesday y Ginny and Georgia. En el apartado de las canciones, las mayores tendencias fueron sobre Idol de Yoasobi, Try that in a small town de Jason Aldean y Bzrp music sessions, Vol. 53 del DJ y productor argentino Bizarrap con la colombiana Shakira. En deportes, la hegemonía fue para las palabras “Inter Miami CF” y “Lionel Messi”. ¿Las noticias más leídas? Se las resumo en estos vocablos: “Israel”, “Hamas”, “sumergible con destino al Titanic”, “terremotos en Turquía y Siria”.
¿Coinciden con sus pesquisas de este año? Quizás sí; tal vez no. Sin rubor alguno les confieso que, salvo las tragedias en el Oriente Medio, los multimillonarios que perecieron en sus vacaciones submarinas y el culebrón alrededor de Messi muy poco se parecen a las mías. Recuerdo haber leído, muy rápido, algo sobre la tragedia del atleta estadounidense. Todavía no he visto la muy comentada Barbie; y sí disfruté mucho la cinta que recrea la parte más intensa de la vida del científico que lideró la construcción de la primera bomba atómica.
A fuerza de repetirlo una y otra vez, como si de eso dependiera el futuro del mundo, no me quedó más remedio que enterarme de que el astro argentino del balompié se fue a jugar al sur de la Florida, recordándoles a sus seguidores, quienes a menudo parecen olvidarlo, que el soccer, como le dicen en EE.UU., hace mucho dejó de ser un deporte para convertirse en una industria de la diversión.
¿Será la lista de marras en realidad lo más relevante en el orbe o estaría excesivamente enfocada en el público estadounidense? ¿Qué dirían al respecto los chinos, que son más de mil 400 millones de personas (la sexta parte de la población mundial) y no usan Google? ¿Y los rusos?, que tuvieron que mudarse a otros buscadores por las sanciones que pesan sobre ese país por parte de los grandes conglomerados empresariales que controlan la red en el Occidente global.
¿Cuál sería el resultado solo para Cuba? Eso tampoco podremos saberlo, pues, al menos públicamente, tales datos no están disponibles. Atrás quedaron los días en los que los representantes de Google miraban con interés a este Archipiélago. Trump y la ultraderecha de origen cubano han hecho los deberes para que así sea.
Puede que no para dar un giro de 180 grados en su preferencia, apenas para hacerlo con la certeza del proceso subyacente, piense cuánto de espectáculo tenemos hoy en las ¿noticias? que consumimos; o cuánto de lo que asumimos como “importante” y, por ende, salimos a preguntarle al omnipresente buscador, ha sido edificado sobre las para nada casuales sugerencias que continuamente colocan ante nuestros ojos los algoritmos en la red.
Dicen que las malas noticias corren rápido y, atenidos a los informes de Google, parece que sigue siendo cierto. ¿Será porque las mayorías van por esa prominencia construida desde la alteración negativa de su realidad? Bien vale cuestionárselo, al menos para consumir desde la lucidez y el conocimiento, sin permitirnos perder la capacidad de pensar.
