Las Tunas.- Para Xiomara, el viaje diario hacia el Tribunal Provincial dejó de ser una rutina previsible. Lo que por años fue un trayecto confiable a bordo del popular "trencito", se ha convertido en una fuente de incertidumbre.
"Había horarios en la tarde en los que el tren no llegaba hasta el final de su ruta. Esta inquietud me impulsó a buscar respuestas". Su experiencia no es aislada, sino el reflejo de una crisis que paraliza gradualmente este servicio.
La situación afecta, de manera especial, a quienes dependen del ferrocarril para conectar con zonas de difícil acceso. Mariano lamenta que los domingos el servicio ya no llega hasta la comunidad de El Cornito. "Quienes lo usaban para visitar a sus familiares los fines de semana ya no lo tienen como una opción", asegura.
Un obstáculo que se suma al complejo panorama del transporte urbano, como confirma Liudmila. "Es difícil, con las carencias que vivimos, vernos limitados también por la ausencia del trencito. Hace que sea más agotador llegar a los centros de trabajo".
Ante el creciente malestar ciudadano, 26 consultó a las autoridades ferroviarias de la provincia. Lisandra Lázara Peña Soria, directora de la unidad empresarial de base (UEB) Ferrocarriles Las Tunas, ofreció un diagnóstico que explica el deterioro palpable.
Detalló que el servicio urbano depende de dos coches motores de la marca Taíno, inaugurados en 1991 para los ramales El Cornito y Complejo de la Salud. "Ya tienen 30 años de explotación y no disponemos de piezas para repararlos.
"La provincia carece de un taller especializado, y el mecanismo estatal para obtener repuestos tampoco lo poseemos, lo que nos ha obligado a acudir a trabajadores del sector no estatal o a ingeniosas soluciones. Hemos optado por la adaptación de piezas de otros equipos como carros y tractores", explicó Peña Soria.
De los seis trenes con los que cuenta la provincia, solo los dos Taínos cubren la ruta urbana. Uno está actualmente en reparación y el otro operaba bajo severas restricciones.
El problema técnico es tan agudo que el coche motor 4141, el único operativo recientemente para la ruta urbana, luce dos banderitas azules, señal de que no se puede tocar ni mover.
"Cuando este equipo presentó fallas en el motor de arranque, la única solución fue recortar su itinerario. Se decidió quitarle esas dos últimas vueltas con el objetivo de alargarle la vida técnica. La crisis se ha agravado por los apagones, que descargan las baterías de los equipos, y por la inexistencia de una reserva operativa.
"La suspensión de los viajes dominicales responde a que ese es el día que tienen los propios tripulantes -quienes también son los mecánicos- para realizar el mantenimiento imprescindible al único vehículo disponible", explicó la directora con detenimiento.
La solución de fondo, una reparación capital, depende de talleres ferroviarios ubicados en Guantánamo. "Son los únicos que pueden repararnos los Taínos. En el proceso debe mediar un contrato y una ficha de costo que cubriría desde la pintura hasta el confort y lo técnico".
Mientras tanto, desde el pasado 8 de diciembre, el "trencito" vio nuevamente detenida su ruta. Para cientos de tuneros, la espera continúa. No solo aguardan el retorno del familiar sonido, sino una solución estructural a un servicio notorio y hasta entrañable en la transportación en esta urbe.
