lavado manos

Las Tunas.- Desde que la ciudad china de Wuhan sacudió el planeta con la presencia del formalmente llamado 2019-nCoV nadie duerme tranquilo. Su expansión mundial y la cantidad de muertes llevaron, con los días, a que la Organización Mundial de la Salud (OMS) lo declarara pandemia el pasado 11 de marzo. Cuba tenía que estar alerta.

Comenzó a prepararse. Los cubanos en sus conversaciones cotidianas comentaban el asunto con inquietud y lógico pesar. Sin embargo, no parecía que fuera algo que nos sucediera, más cuando la gripe, el asma y las alergias son diagnósticos recurrentes en las dolencias de la población. También se vencieron -o al menos un control positivo- epidemias anteriores como el dengue y la influenza.

Pero llegó el nuevo coronavirus. En la tarde de este jueves ya sumaron 16 los casos confirmados. Están ingresados para vigilancia epidemiológica 523 pacientes, de ellos 159 extranjeros y 364 cubanos; al tiempo que se evalúan otras medidas para fortalecer el enfrentamiento a la Covid-19. 

LAS FAMILIAS DICEN

Sin pánico en los ojos y con voz serena, madres y estudiantes comunicaron a 26 Digital cómo sobrellevan el fenómeno de la Covid-19. Los entrevistados dejaron notar a esta reportera su sentido de percepción sobre la pandemia, que en menos de un mes de la confirmación continúa su mortal expansión y ya llega al continente negro, donde las alertas suben tonos por la desnutrición y los débiles sistemas de Salud.

Con un panorama totalmente diferente y los inconvenientes diarios que generan las afectaciones económicas que vivimos, las opiniones corroboraron la seguridad ciudadana que reina en el Balcón de Oriente. Preocupados, ocupados y atentos a los espacios informativos, así dijeron estar estos tuneros.   

Cerca del seminternado Rafael Martínez Martínez, en esta ciudad, encontramos a Tania Leonardo Merino, madre de dos pioneros que cursan el primer y sexto grados en ese centro. Ella nos dice: “Es un problema serio, por eso hay que tomar todas las medidas de precaución que constantemente nos están indicando y acudir al médico ante cualquier síntoma de catarro, porque en automedicarnos o subestimar alguna señal puede estar el peligro.

“En la escuela nos dan charlas a los padres y vemos una preocupación puntual desde que el país empezó a prepararse para enfrentar el coronavirus. También resulta importante evitar las aglomeraciones y los saludos muy efusivos. Es asumir esto con disciplina y responsabilidad y aquí pienso que todavía, en la calle y las colas, por ejemplo, hay que estar más conscientes”, concluyó esta trabajadora del Ministerio del Interior en el municipio capital.

La doctora en Estomatología Dafne Mancebo Rodríguez tiene a su pequeño Lian Rafael en el círculo infantil Futuros Constructores. Al respecto comenta: “La higiene y el cumplimiento de todas las orientaciones que emite el Sistema de Salud Pública son fundamentales. Creo que es vital que las madres no lleven al círculo a los niños que tengan catarro o alguna señal de enfermedad. Si en las instituciones hacen lo que está orientado, no los aceptarán. Lo correcto es llevarlo al consultorio y los policlínicos. Aquí se sabe bien lo que hay que hacer con cada caso. Recordemos que la Covid-19 puede ser mortal, y prevenirla es la única manera de evitar tales complicaciones”.

Darvin Manuel Rodríguez estudia la especialidad de Automática en el politécnico Simón Bolívar. Allí, nos cuenta, les exigen lavarse las manos antes de entrar al comedor y también al llegar al centro. Sin embargo reconoce que muchos estudiantes tienen catarro “normal” y tratan de disimularlo, porque no presentan tos ni fiebre. En el barrio es donde también se ve más. Vive en los edificios del reparto Santos.

Para la ama de casa y abuela Julia la O Zayas, la seguridad y la confianza en la Salud cubana, sin quitarle la justa inquietud por la rápida contaminación del virus, es una garantía de vida. Empero, piensa en que “todos tenemos que ser responsables. Es la unidad y que nadie incumpla lo orientado lo que permitirá que estemos tranquilos, como estamos ahora con los casos controlados, y contentos por su buena evolución: además de que no se incrementen más enfermos. Estamos correctamente informados, obedecer y cuidarnos. Eso es lo correcto. Si tienes catarro evita salir a la calle si no es necesario. Esto no es un juego”.

Mientras, la mañana del viernes la baña un sol cálido y los tuneros realizan sus habituales rutinas, aunque todavía el diarismo lo marca esa indisciplina social que no termina de eliminarse del entorno público: el aglomeramiento en las colas.

Esa batalla por el orden ciudadano hay que combatirla con el mismo empuje que al nuevo coronavirus. Puede ser la fuente inevitable del contagio. Hacer y no hablar.

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