Las Tunas.- Desde que el pasado 9 de julio enfermó de Covid-19, la tunera Rosa María Fernández Pupo esperaba con ansias su oportunidad para vacunarse. A la espera de la materialización de ese momento la encontramos en el sitio clínico ubicado en la Asociación Hermanos Saíz (AHS) de la ciudad de Las Tunas y con la seguridad de que el inyectable cubano Soberana Plus la ayudaría a estimular la inmunidad desarrollada por la infección natural.
La enfermera de 63 años, que se mantiene activa en su labor al frente de un team de profesionales de esa rama en un establecimiento penitenciario, agradeció a todo el personal de Salud que combate el SARS-CoV-2 y, en particular, a los trabajadores del centro de aislamiento José Martí donde recibió una atención de esmerado humanismo y calidad profesional.
"Tengo 46 años de trabajo y seguiré en activo", manifestó antes de recibir el pinchazo que también llegó al hombro de la tunera Haydeé Rodríguez Ramírez, quien calificó el acto de "maravilla" y se sintió afortunada de portar ya la dosis única de este producto, fruto de años de consolidación de la Biotecnología cubana y de un período de intensa labor para contar con soberanía en la producción de vacunas contra el nuevo coronavirus.
Muy agradecido se manifestó, a su vez, Miguel González, trabajador de la Dirección Provincial del Banco Popular de Ahorro, quien ya con 90 días de recuperación de la enfermedad aún tiene secuelas aunque se reincorporó a sus labores. Este ciudadano es uno de los más de cinco mil 250 tuneros, mayores de 19 años, que en este primer momento reciben Soberana Plus, al contar con una prueba de PCR y un mínimo de dos meses de recuperación de la enfermedad.
Según han explicado autoridades del sector de Salud Pública y científicos cubanos, el objetivo de esta vacuna es estimular la inmunidad desarrollada por la infección natural y disminuir el riesgo de reinfección por nuevas variantes del SARS-CoV-2. De tal manera, en toda Cuba se trabaja con celeridad para avanzar en la vacunación, mientras se continúa apelando a la responsabilidad individual y colectiva.
Un quehacer fructífero que genera días de intensidad laboral para la especialista de Segundo Grado en Medicina General Integral, Dania Quiñones Rodríguez, médica de un consultorio, ocupada ahora en esta faena. Tras participar en la inmunización de las edades pediátricas, Dania asume el actual proceso y lo hace con el respaldo de las dependencias de la Atención Primaria de Salud en cada comunidad, los delegados del Poder Popular y los presidentes de los Comités de Defensa de la Revolución (CDR), que citan e indican a los convalecientes hacia dónde dirigirse para recibir el fármaco.
"Hasta ahora todo fluye bien y los pacientes llegan de forma escalonada, de manera que estamos a un ritmo de vacunación de unas 150 personas en cada jornada. No hemos tenido ninguna reacción adversa y hay mucha satisfacción por parte de la población", refirió la experta, que señaló entre las dolencias más comunes manifestadas por los convalecientes, náuseas, dolores articulares, mareos y la falta de aire.
Diligente y atenta, la estudiante de primer año de Medicina Lilibeth Espinosa Escalona es una de las protagonistas de la vacunación en el sitio clínico instalado en la sede de la AHS. Para esta joven, tal experiencia la pone en contacto directo con las personas afectadas por la pandemia y la dota de mejores herramientas para su futuro desempeño.
Con el 80 por ciento de los cubanos con al menos la primera dosis de una vacuna anti-Covid-19, la Mayor de las Antillas lidera en la región de América Latina el porcentaje de población inmunizada. Cada nueva estadística presagia mejores momentos para los connacionales y hace posible vislumbrar un final, aunque aún resulte lejano; a esa realidad también contribuye Soberana Plus, una vacuna que aquí teje sosiego, esperanza, gratitud, orgullo.
