Las Tunas.- El escritor Aleido Rodríguez Cabrera obtuvo recientemente el Premio de la Ciudad de Camagüey Silvestre de Balboa con su poemario Poetical Statements ("Declaraciones poéticas"), escrito en rima octosílaba, texto que será publicado por la editorial Ácana.
“No soy muy adicto a los concursos, creo que mi estrella no es buena para eso, pero esta vez tuve suerte. Y no se cumplió aquello que dice ´nadie es profeta en su propia tierra´ porque soy camagüeyano, aunque ya llevo 20 años en Las Tunas”, dice el autor de los títulos Detrás del muro se sueña (décima) y Barco amarillo (poesía para niños).
“Ganar este premio fue un aliciente, y más porque la lid lleva el nombre de Silvestre de Balboa, quien marcó un hito con su obra Espejo de Paciencia. De ahí que Camagüey sea la cuna de la literatura en Cuba”, confiesa quien tiene en proceso de edición (por la editorial Sanlope) el poemario infantil Operetas de Orfeo.
“El título considero que me fue inducido, como especie de revelación, porque no sé hablar inglés. Aunque sí tengo influencia de su poesía porque he leído a Walt Whitman, Charles Dickens, T. S. Eliot… Cuando me nació enseguida llamé a Luis Mariano Estrada Segura ("Lewis"), que domina bien ese idioma, y él me dijo su significado. 
“El libro está dividido en tres secciones. Predomina la décima deconstruida, con temáticas existenciales como la soledad, los desgarramientos y el desamor”, argumenta quien ha sido profesor, además de Antonio Gutiérrez, del taller literario Guillermo Vidal, cantera de jóvenes que hoy exhiben un camino luminoso en el campo de las letras.
Según narra, el jurado (integrado por Ricardo Riverón, Luis Paz y Odalys Leyva), pensó que el autor laureado era un joven porque el volumen está escrito de forma moderna. "Hace rato dejé de escribir de modo tradicional. Al dirigir talleres literarios me han llegado muchas influencias de los jóvenes, quienes transmiten nuevas formas de pensar y decir. Además, para nadie es un secreto que desde los años '90 se ha gestado un nuevo movimiento decimístico en Cuba, y yo quiero estar ahí”, puntualiza.
“Escribo, luego existo. Si no fuera por la literatura no estuviera entre los vivos. Realizo poesía para niños, décima y cuento, aunque aún no me he atrevido a sacar a la luz mis creaciones en este último género”, agrega.
Aleido, preocupado por formar a nuevos talentos, no disimula su alegría al ver que se retoma el Encuentro Debate Provincial de Talleres Literarios y Cuentería Popular (pues la pandemia de la covid-19 había impedido la presencialidad), cita de la que fue miembro del jurado recientemente.
"La literatura tiene que ser participativa. Observé rostros nuevos y otros conocidos, pero por encima de ello noté un resurgir de la manifestación. Creo que los compañeros del Centro Provincial de Casas de Cultura están haciendo un gran trabajo. Aunque la participación no fue masiva, sí hubo calidad.
“Este oficio por desgracia no tiene escuela, se consolida en el quehacer diario. Tenemos como joya el centro de formación literaria Onelio Jorge Cardoso; ojalá existieran instituciones así en todas las provincias. Por eso son tan importantes los talleres literarios. Muy pocos poetas cubanos no han sido formados bajo su cobija”, argumenta.
Más de 30 cuadernos inéditos se presentaron al Premio de la Ciudad Silvestre de Balboa, entregado durante las celebraciones por el aniversario 509 de la otrora Villa de Santa María del Puerto del Príncipe. Junto al máximo lauro logrado por Poetical Statements, resultaron laureados con menciones Las patrias del sueño (de Jorge Luis Arias Reina) y Juego de D(i)os (de Alberto Parra Pérez).
