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Las Tunas.- Juan José Rodríguez Morell atesora con orgullo la dicha de ser uno de los fundadores del teatro guiñol Los Zahoríes. Con su andar pausado y la dulce manía de colar sorbos de poesía en sus intervenciones públicas, suele vérsele, fundamentalmente, en actividades del Comité Provincial de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (Uneac). Aunque se encuentra oficialmente jubilado de la escena, aún mantiene vivo ese apego por la cultura que le hace volver, entre guiños del recuerdo, una y otra vez a aquella época dorada de la que fue protagonista. Bien sabe su esposa Argentina Vázquez de ese amor compartido por el arte de las tablas, por eso siempre acompaña sus desvelos.

Corría el año 1978 -cuenta el actor- cuando recibió el primer premio nacional de talleres literarios, con la obra de teatro para niños Caballerito a la luna. En ese propio año la misma fue estrenada por el teatro guiñol Los Zahoríes, con una gran acogida del público, tanto infantil como adulto, y -al año siguiente- la editorial Letras Cubanas la publicó como parte del libro Sol de los talleres.

Aunque esa no fue la primera obra escrita y estrenada por este autor, (pues previamente había dado vida a Los niños y la escuela), sí resultó la primera premiada y publicada. "Fue increíble. Por mucho tiempo parecía haber perdido el nombre, porque no eran pocos los que en la calle, a manera de saludo, me decían: '¡Caballerito!'", confiesa Juan José con una sonrisa a flor de piel.

La alegría pronto se repite, pues en 1982, recibe el segundo Premio Nacional de Talleres Literarios, con El amigo reloj (infantil), publicada también por Letras Cubanas. Y en 1993 sale El libro de los encantamientos, por la "Sanlope", otro título suyo que -incluso- tuvo una segunda edición por Publicigraf, para su venta en fronteras y con valor en divisa. Pero, sin dudas, uno de los lauros más notorios ocurre en 1998, cuando gana el premio nacional de dramaturgia para niños Príncipe enano, convocado desde Ciego de Ávila, con la obra titulada Para que cante el sinsonte.

Según afirma Rodríguez Morell, hablamos de textos que han sido valorados y perseguidos por los lectores, "a tal punto que ninguno permanecía en las librerías más de una semana". Sin embargo, eso le ha producido emociones encontradas, pues "por una parte me siento orgulloso y por otra triste, porque se venden o desaparecen tan rápido que no puedo tener la satisfacción de verlos expuestos o conseguirlos en parte alguna".

Teniendo en cuenta lo significativo de su creación, que abarca una multiplicidad de géneros, este escritor y dramaturgo debería de ser más reconocido, máxime cuando tiene varias obras inéditas y otras que merecen ser reeditadas.

"En el 2001 la "Sanlope" publicó mi novela infantil Automóvil de la fantasía -continúa el periplo por las letras. Esta luego saldría, igualmente, por la editorial venezolana Giraluna, además de vendida y publicitada por Amazon en varios países. También nuestro sello local sacó un libro con cuatro obras teatrales para niños, con el título de El payaso Papirote, que corrió la misma buena suerte de ser vendido y reclamado por los lectores.

"Y en el 2012 la editorial Oriente, de Santiago de Cuba, publicó la que sería mi primera novela para adultos, Para morir en invierno, de carácter policíaca y cargada de amor, crimen, secretos y chantajes. Recuerdo que se realizó su presentación en la Feria del Libro de La Habana 2012 y solo duró unas horas en los estanquillos. Según el contrato, se editaron siete mil  ejemplares y, cuando me comuniqué con la editorial, luego de habérseme agotado los 40 recibidos por derecho contractual, no pude alcanzar ninguno más, se habían agotado.

"Mi último libro publicado hasta ahora es la novela para niños Marco Antonio y Papacheo, gracias a la cual fui homenajeado en el 2020, porque había sido el más vendido del año por la editorial Sanlope", apunta Juan José.

Durante muchos años este hombre fungió como director general de Los Zahoríes, tiempo en el que estrenó cerca de 50 obras y como dramaturgo escribió más de 30. Aunque la literatura infantil siempre ocupará un lugar especial en su currículo, no abandona el sueño de ver publicados sus textos inéditos, varios también dirigidos a los adultos. Juan José es un eterno inspirador y, como tal, siempre anda detrás de nuevos sueños de fantasía. Ojalá que se le haga más justicia a tanta entrega suya en pos de nuestra cultura.

 

 

 

 

 

 

 

 

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