Las Tunas.- La casa iberoamericana de la décima El Cucalambé, esa casona entrañable ubicada en la calle Colón, cumple este 20 de diciembre sus tres décadas de vida. Muchas son las historias atesoradas desde su fundación en 1993. Y, aunque hoy existen instituciones homólogas en el país, ella fue la primera de su tipo en Cuba y, luego de seis lustros, mantiene su vitalidad y esa pasión inherente por defender la estrofa nacional, la obra de Juan Cristóbal Nápoles Fajardo (El Cucalambé) y nuestras tradiciones campesinas en general.
Atesorar, por sus resultados, el certificado original que avala al punto cubano como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad es una de las tantas gratificaciones de esta entidad que, al decir del poeta e investigador mayabequense Juan Carlos García Guridi, "siempre ha tenido clara su misión, destaca por una labor polivalente y no se ha encasillado en áreas o artistas, sino que ha aglutinado a todos los cultores. Se ha enamorado de la décima".
Bien lo sabe Ramón Batista, su director desde la génesis. Él, con ese orgullo que no le cabe en el pecho, cuenta a 26: "El nacimiento se produjo porque Jesús Orta Ruiz (Indio Naborí), Pepe Ramírez y el entonces ministro de Cultura, Armando Hart Dávalos, plantearon que era en Las Tunas donde debía surgir una institución que promoviera, organizara y proyectara la Jornada Cucalambeana, que llevaba hasta ese momento más de 25 ediciones. Así, se emite una resolución especial y surge la Casa..., a la vez que se elige el 20 de diciembre como la fecha fundacional, por ser el día en el que se firma ese documento".
El líder expresa cómo, durante todo el año, allí se defiende nuestra identidad a través de una programación variada, que incluye -entre otras actividades- la Fiesta del Bardo, la Peña de la Décima, el Decimartes, el Recital Poético..., además de convocar a concursos como el Cucalambé (décima escrita), el "Justo Vega" (décima improvisada) y Canto Alrededor del Punto (glosas). "Hemos acogido a escritores encumbrados de Cuba e Hispanoamérica, y otras personalidades. Los niños formados aquí hoy son improvisadores, tonadistas o instrumentistas. Hemos cultivado lo mejor de la octosílaba rima", agrega.
Para la especialista Leticia Fernández Sánchez, quien lleva 27 años en la institución, "la Casa... tiene gran importancia para la cultura tunera, pues anteriormente no existía un lugar similar. Además, el protagonismo logrado es significativo. El Coloquio Iberoamericano de la Décima, por ejemplo, ha propiciado la confluencia de investigadores, cuyos resultados se publican en libros y otros materiales. El Café ConVerso, por su parte, desde su apertura en abril de 1994, ha abrazado a todas las manifestaciones artísticas y se erige como una de las tertulias más gustadas de la ciudad. Y así con otras acciones".
La creación, la investigación y la promoción devienen pilares en el quehacer de este singular enclave. Sin embargo, sus 15 trabajadores no se conforman y saben que siempre existirán retos para perfeccionar la labor. Por ello, entre sus proyecciones figuran la preparación -junto a otras instituciones culturales- de la próxima Jornada Cucalambeana, el fortalecimiento de proyectos en Hispanoamérica y visibilizar más el caudal de su Centro de Información, que resguarda investigaciones valiosísimas, realizadas por Naborí, Adolfo Martí, Ángel Augier y otros, además del facsimilar del libro Rumores del Hórmigo, de El Cucalambé, y documentos sobre la memoria de la Jornada Cucalambeana.
OTRAS VOCES NECESARIAS
Haciendo suyos los versos: "Tengo en la Casa mi casa", del tristemente fallecido Juan Manuel Herrera -quien dejó huellas con su Proyecto La Monedita del Alma-, varios son los creadores que sienten los latidos de ese hogar de tradiciones. Entre ellos Argel Fernández, profesor fundador de los talleres de repentismo y tonadas, labor que compartiera con el poeta Dimitri Tamayo y el laudista Roberto Rodríguez Camejo.
Este escritor destaca como uno de los aportes del centro que "aquí se incluyera la música dentro de la metodología original de la improvisación. Captamos a niños con aptitudes, les enseñamos técnicas vocales, realizamos juegos didácticos para contribuir a la memorización de la rima y logramos muchos resultados, como la participación en eventos internacionales. Incluso, llegamos a tener 10 talleres en la provincia".
El intelectual Carlos Tamayo Rodríguez -biógrafo mayor de El Cucalambé-, reconociendo la innegable labor de la institución y la importancia de su historia en la defensa de parte vital de nuestra idiosincrasia, recomienda sumar en las actividades a esos jóvenes emanados de los talleres de repentismo y tonadas, para "hacerlos más visibles, que se conviertan en profesionales y no siempre sean los mismos rostros en los diferentes escenarios a la hora de improvisar".
Argel y Carlos, junto a Guridi, protagonizaron el espacio teórico Memoria e Identidad, realizado esta semana como parte de las celebraciones por el onomástico, fiesta que se ha extendido durante el 2023. Este encuentro, en particular, ratificó la intención de seguir defendiendo el patrimonio decimístico. Sin embargo, quedan muchas batallas en ese sentido a escala de país y entre las mencionadas figuraron la necesidad de materializar el sueño de Ramiro Guerra de que se incluya la estrofa nacional como asignatura en la Enseñanza Primaria, lograr una representación superior de los exponentes de la espinela de los diferentes territorios en el programa Palmas y cañas y otros espacios a nivel nacional, además de fortalecer alianzas entre las casas de la décima.
Tras esos y otros derroteros, nuestra treintañera asume los desafíos con la certeza de que en el trabajo constante y mancomunado está el secreto de que constituya referente de su tipo en la Isla. Nuestro deber, siendo hijos de esta tierra de poetas y folclor campesino, es apoyarla para que su brillo sea mayor.
