Las Tunas.- En el teatro Tunas se respira optimismo, el polvo junto al sudor empaña el rostro de quienes con sus mágicas manos tratan de transformar el difícil escenario. Hay movimiento y estructuras por terminar, aunque aún no existe fecha para su reapertura.
Con altas perspectivas se apuesta por la restauración de la instalación tras llegar a un momento crítico de deterioro y a la sustitución de parte de la infraestructura y equipamiento técnico, sueño largamente acariciado por los hijos de esta tierra ávida de espacios culturales.
La sólida e imponente construcción entrelaza emociones, hay una extraña combinación de luces, sonidos, mientras el ruido de las herramientas y el bullicio en la ejecución llenan el ambiente; a pesar de ello se aprecia la majestuosidad que el teatro promete una vez alistado.
Es que la magia del séptimo arte atraviesa la última etapa del proceso inversionista, con la restructuración de espacios y la inclusión de nuevos servicios, como un video bar, pequeña sala cinematográfica para 24 personas y ofertas gastronómicas, amén de la sala Titón y el Café cantante que ya existían en este coloso fundado en 1947 con el nombre de teatro Rivera.
A medida que se avanza se recuerdan las presentaciones de Rosita Fornés, Alicia Alonso y el Ballet Nacional de Cuba, el mexicano Tito Guisa o la agrupación argentina Los Cinco Latinos.
Ante las miradas asombradas de los transeúntes que merodean el lugar se dibuja la curiosidad, como si a través de ellas pudieran adivinar el futuro inmediato de un imponente centro erguido elegantemente.
Se espera un equipamiento avanzado, con micrófonos, proyectores y otros artificios, para de esta manera brindar una programación variada y para todos los gustos.
Devolverles la felicidad a los tuneros de apreciar una buena proyección cinematográfica o disfrutar de un buen espectáculo, es el empeño de los que apuestan por la terminación de un elegante y atractivo teatro que enaltezca la vida cultural del Balcón del Oriente Cubano.
