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Las Tunas.- “Lily, tal vez por mi edad pueda darte muchos consejos, pero si realmente lo necesitas, este libro los dirá mejor”, dice en la primera hoja, escrita letra y puño por abuela, para mi mamá. Mi abuela leía mucho. La primera vez que me regaló un libro fue en los días de infancia, cuando me llevaba a las ferias de literatura. El principito marcó lindas noches en mi niñez.

En un contexto donde la tecnología y las redes sociales dominan gran parte de nuestro tiempo, es importante recordar la importancia de la lectura como una herramienta para enriquecer la mente y alimentar la imaginación.

Cuando se es joven e impetuoso, quizás no se valore en toda su dimensión la importancia de esta práctica. En muchos, ese aprecio se cultiva, va creciendo desde niños; en otros, los avatares de la cotidianidad en la que se vive suelen descuidarlo. Fomentar este hábito desde edades tempranas, tanto en el ámbito educativo como en el familiar, resulta fundamental para que las nuevas generaciones puedan disfrutar sus beneficios.

El placer de perderse en las páginas de un buen libro, de sentir la emoción de cada palabra y de imaginar escenarios sorprendentes es una experiencia única que enriquece a nivel personal y transporta a lugares inimaginables. Puedes conocer diferentes culturas, vivir aventuras emocionantes, aprender de grandes pensadores y escritores. Tanto es así que mejora la comprensión lectora, fortalece el vocabulario y potencia la capacidad de expresión escrita.

Cuando lees no solo adquieres conocimientos, sino que también desarrollas la empatía, comprendes diferentes puntos de vista, estimulas la creatividad, amplías la visión del mundo, desarrollas tu poder de análisis y reflexión.

En una época cada vez más digitalizada, es necesario recordar que la lectura en formato físico o digital sigue siendo una herramienta invaluable para el crecimiento personal y la formación integral de las personas.

Mi abuela sabía de poemas, de valores, de arquitecturas y japonesismos. Disfrutaba el olor de libros nuevos. Me entregó como un tesoro el gusto por leer. Me enseñó a promover la lectura como una actividad esencial para enriquecer la vida y explorar universos infinitos

Que la pasión por la lectura siga iluminando caminos y enriqueciendo la existencia. “(...) aquí encontrarás siempre un amigo para todas las ocasiones. Dedico estás páginas a la niña que hay en ti y que no debes dejar morir nunca”.

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