Las Tunas.- En la revista cultural Quehacer se depositan las visiones de escritores, críticos de arte, investigadores, historiadores, artistas de la plástica y otros, sobre el acontecer artístico y literario de nuestra provincia.
Esta publicación ha transitado por varias etapas. Surgió en 1987 como suplemento cultural del periódico 26, a instancia de Carlos A. Tamayo Rodríguez, por entonces jefe de Redacción de ese medio. En 1992 adoptó el formato de tabloide, lo que le otorgó independencia editorial y más espacio para recoger el acontecer cultural del territorio. Y en el 2000 se convirtió en una revista con impresiones de óptima calidad para dar paso al formato digital.
Quehacer, en su tránsito de más de siete lustros, ha contado con la sabiduría del escritor e investigador Carlos A. Tamayo Rodríguez, quien sobre ella refiere: "Ya sus formatos impresos desaparecieron, pero participé en todas esas etapas, desde el original del periódico, el plegable y la revista impresa, de la que era colaborador. Ahora, en la era digital, soy su coordinador. No se librará de mí.
"Muchos escritores y artistas han sido parte de esta publicación. Recuerdo aquellas sesiones de trabajo con el equipo editorial que integré en los años 90: Alberto Garrido, Víctor Marrero, Dionne Pérez, Félix Ramos, Frank Castell y Manuel Martínez Hadad. También contamos con la sabiduría de Maritza Batista y Mirtha Beatón.
"En ese entonces, la recopilación de materiales propiciaba intercambios frecuentes con Andrés Casanova, María Sao, Antonio Gutiérrez, Lesbia de la Fe, Guillermo Vidal... Hojeando algunos números que atesoro, puedo asegurar que, desde sus inicios hasta su actual etapa, ha sido fruto del empeño de sus gestores y un asidero para los amantes del arte y la literatura".
En la recién finalizada edición 32 de la Feria del Libro y la Literatura en Las Tunas también estuvo presente Quehacer. En ese contexto, durante el espacio Ciudad Virtual, fue presentado su número 6 (época digital) por Acirys Espinosa, directora de la editorial Sanlope. Allí también fue puesta a disposición de los lectores.
Quehacer sencillamente es un caudal de historias, un reservorio de miradas a la ciudad y su gente, es la perdurabilidad de nuestras memorias. La reciente edición, por ejemplo, destinó algunas páginas al intelectual Carlos Tamayo y otras a la editora Mirtha Beatón, a quienes se les dedicó la Feria del Libro aquí.
Aunque confieso sentir nostalgia por el olor a tinta y papel que otrora matizaba la revista, el formato digital llegó como opción para mantenerla viva. Conservarla y propiciar un dominio propio a Internet, que facilite la búsqueda de los temas, figuran entre los derroteros por tener en cuenta.
La necesidad de plataformas que visibilicen la obra de los creadores locales es evidente. Aunque existen otras publicaciones como el suplemento cultural Matarile, del periódico 26, aún resultan insuficientes. Defender las que ya existen es imperioso, pues devienen esas imprescindibles voces de nuestra ciudad.
