Ciudad de Las Tunas en 225 Aniversario 7. Foto Reynaldo López Peña

Las Tunas.- Si como expresó José Martí, “conmover es moralizar”, se comprende que el arte y la cultura cubanos tienen un camino andado y un mundo aún por agenciarse. En ese "jaloneo" incesante por captar atenciones y pensamientos, por edificar seres humanos mejores; la cultura, en sus múltiples formas, tiene el protagónico en el plató. Lo saben quienes la sienten, la desarrollan y la promueven, a su vez, quienes la disfrutamos.

La Revolución Cubana respira también y, en esencia, a través de la cultura amasada durante siglos y proyectada hacia el mundo y al interior de la ínsula con sello auténticamente nacional, desde 1959. Y Cuba necesita hoy de la inteligencia, la capacidad argumentativa, de diálogo y de pensar la sociedad que emanan de este sector integrado por intelectuales de diversas ramas y artistas que, en su mayoría, ponen su obra al servicio de el pueblo.

Para el fiel defensor de la música popular cubana y las tradiciones de Las Tunas, Gaspar Esquivel, la hora actual del país es momento para afianzarnos a nuestras esencias y "a nuestras raíces, historia, próceres… para defender la cubanía".

Desde su Proyecto Guarachando Compay Gallo, se siente un eterno comprometido con el país y un convencido de que "no hay Revolución sin cultura, ni cultura sin Revolución", son inseparables.

En esa "energía de creación" que definió don Fernando Ortiz, hemos de dignificar nuestra condición humana, cada día y en cada obra, sostiene, de la misma manera, Carlos Tamayo; el escritor e investigador que durante tres décadas acompañó, desde la creación y la presidencia, los caminos de la Unión de Escritores y Artistas (Uneac), en la provincia.

"La cultura cubana tiene dos grandes características: soberanía e independencia, sin ellas no existiría. Nuestra nación se forjó en la batalla y en la resistencia; así se fraguó la cultura cubana a la largo de su historia y hoy estamos, otra vez, en guerra; en una guerra cultural, mediática, una guerra, incluso, de ofensas y que no dignifica al ser humano", valora el intelectual al referirse a la avalancha subversiva y colonizadora que amenaza a la nación, en el último año con mayores bríos.

Como siempre, es inevitable pensar y recordar a Fidel, quien también fue "un intelectual de talla enorme", comenta, y recuerda que en los congresos de la Uneac y los consejos nacionales de la organización, el Líder de la Revolución se refirió siempre al tema de la cultura cubana con la conciencia de que salvándola, salvaríamos la nación. "Por tanto, esta generación y las que vendrán tienen el desafío de hacer perdurar ese legado del que han sido depositarios grandes intelectuales y figuras del arte nacional", subraya Carlos Tamayo, quien sabe que hoy, más que antes y como siempre, no podemos prescindir o renunciar a la espiritualidad, a esa coraza moral en medio de un mundo desigual y alienado.

Esos desafíos, como lo son los de otros ámbitos neurálgicos (digamos la economía), no son privativos de un sector de la sociedad, sino de todo un pueblo que tiene en su historia, mayúscula maestra. Así lo dice un hombre acostumbrado a "hurgar" en el pasado, Víctor Marrero Zaldívar, el historiador de la ciudad de Las Tunas.

"A la historia hay que acudir sistemáticamente para encauzar cualquier proyecto. Hemos sido un país que ha promovido la justicia social y ahí están los principios de nuestro socialismo, en el cual existen elementos que privilegiar, como la defensa de los valores culturales de la nación", subraya.

Esa defensa primera llegó con la Campaña de Alfabetización e, incluso, antes de enseñar a leer y escribir a casi un millón de cubanos, ya cabalgaba por toda la Isla El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha. A solo dos meses de la alborada del Primero de Enero, sin casualidades y sí con mucha planificación, comenzaba a tejerse un camino no exento de tropiezos hasta hoy, pero que situaba al ser humano en el centro de sus desvelos. Como diría la notable y sabia intelectual cubana Graziella Pogolotti: "Territorio de la espiritualidad, la cultura es ancla de la nación. A ella nos debemos ante todo".

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