Cantante tunero Fidel Sánchez

Las Tunas.- Siempre anda iluminado con una sonrisa, quizás leve como esa nube azul que parece envolverlo sobre el escenario. Es jovial y sencillo.Sobre la tarima se desdobla. Su voz llena cada fibra del entorno. El son, el bolero, la guaracha… contagian. Es cubanía, cintura y pies borrachos de alegría.

No lo había visto actuar nunca. Esa noche amenizaba la actividad político cultural previa a la Asamblea de Rendición de Cuenta de nuestra circunscripción. Tampoco lo identifiqué hasta llegar frente al edificio donde los vecinos lo escuchaban. Ese es Fide -me dije con una dudosa interrogante en la cabeza- entre el deslumbramiento de las luces y los multiplicadores del audio.

fide cantante1En efecto, era él, José Fidel Sánchez, quien cantaba a todo pecho, claro, vibrante. Quedé atrapada en las notas de la Guantanamera y su manera de hacerse visible sobre el escenario. Este joven artista tunero tiene esa gracia, conquista a su público sin estruendos ni pasillos demás. En su garganta y profesionalidad anda la magia.

Recibiste recientemente una congratulación…

“Fue en la Plaza Cultural, el Día del Trabajador de la Cultura. Una fecha que me llenó de doble alegría: la Central de Trabajadores de Cuba me otorgó el Sello 20 Aniversario Por Cuba, Unidos Venceremos, y coincidió con mis 20 años de vida artística. Son razones importantes para mí, motivaciones para entregar más en cada actuación. Es un gran estímulo”.

La sonrisa alumbra otra vez sus ojos. Los desliza suave sobre su pequeño e inteligente Lían Rafael, quien está de fiesta con la noticia de que comenzará el preescolar y desbordará el aula con su sabiduría natural. ¿Será músico como papi?... Todavía no se sabe a ciencia cierta. Por el momento, canta algunas letras de su repertorio y se las sabe de memoria.

¿Cómo llegas a la música, tradición; siempre fuiste solista?

“Todo comenzó con el grupo Cubacatá. Tenía 19 años. Siempre canté en agrupaciones, pero en el 2017 empecé a incursionar como solista sin abandonar Sonoc ni la Danzonera Cubaclamé”.

El niño que le gustaba cantar en la escuela corretea entre el diálogo y las memorias de un artista distinguido por la modestia. Un hombre a quien el arte lo viste de lujo y es admirado en sus predios y el país. En dos décadas de sembrar amores con el pentagrama tiene mucho que recordar.

Sus presentaciones en la recién terminada 55 Jornada Cucalambeana, compartir con colegas de lujo -como él mismo dice-; y levantar esperanzas y canturías a la gente del terruño lo comprometen más. Cada año, superarse a sí mismo es el desafío.

Uno de los momentos más relevantes de tu carrera…

“Hasta ahora lo mejor fue mi paso por la agrupación Sonoc de Las Tunas, donde me consagré como cantante. Tampoco puedo dejar de mencionar mi trabajo y crecimiento con las orquestas Cubacatá y Danzonera Cubaclamé.

“Consagrarme como solista ha sido algo igual de extraordinario para mí. Cada ocasión necesita de mucha entrega. El músico, en cualquier dirección, debe retarse a sí mismo. Y eso hago en mi quehacer y preparación cotidiana. El público merece este esfuerzo personal y un arte de buena factura”.

Entonces, los recuerdos de aquella voz que salía, sin rostro aún, de un apartamento cercano a mi casa inundó de nuevo el barrio. A capela, las melodías sanaban de silencios los edificios, envueltos en el mutis triste que impuso la aparición en Cuba de la Covid-19. Eran sus ensayos para sumarse a los cientos de creadores que, como él, hicieron de las redes sociales un bastión espiritual.

¿Proyectos inmediatos y futuros?
“Ahora sigo como solista, y mi proyecto inmediato es realizar el sueño de mi primer disco en solitario y un audiovisual de cualquier tema del álbum”.

No es meta fácil ni corta, pero va por ello. Un empeño que lo mueve mientras evade el sol de este verano bajo las alas grandes de su sombrero de yarey y pedalea la ciudad. Quizás pronto su camino se llene de nuevas primaveras.

¿Me cuentas más de ti?

“Lo que más disfruto es mi tranquilidad y la paz espiritual con mi familia; además de ver algún deporte, como un juego de béisbol o fútbol. Me fascina correr y hacer ejercicios. Busco el tiempo, pues el trabajo y los quehaceres son constantes”.

Así son los días de Fidelito, como más lo conocen. O Fide, para quienes también lo quieren y admiran en él su modestia y amabilidad.

“Los perros y la música cubana:Los Van Van, Mayito Rivera, Issac Delgado…” forman ese mundo de preferencias que le inspiran para tender puentes y continuar los senderos del arte.

¿Giras, concursos?

“Con Cubacatá realicé mi primera gira por Alemania y otras naciones de Europa. Con Sonoc Las Tunas fueron nueve giras muy importantes en ese país teutón; hicimos conciertos en los Países Bajos, Austria, Bélgica, Francia, Luxemburgo, Italia, la República Checa y Suiza.

“Por el aniversario 225 de la fundación de nuestra ciudad se convocó a un concurso y participé con la canción Te quiero así, del trovador Richard Gómez. Cada actuación es un paso adelante, mi modo de entregarme a mi gente y mi país”.

Lían Rafael le regala los ojos más dulces del mundo. Al niño le encanta verlo por televisión, en el escenario. De paso coge un micrófono y lo imita. Canta, pero igual le pregunta por el rumbo de una estrella o le comparte la última reflexión que sacó de sus largas conversaciones con el abuelo Mancebo, abrazado el pequeño por la admiración de mamá Dafne y la cómplice alegría de abuelita Marisel.

Y entre estas gotas de amor, y la música, sus 20 años de vida artística alumbran la ruta del universo sonoro local y hacen honor a las canturías en El Cornito. Fide Sánchez sueña y vibra más allá de la canción.

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