Analicia Filguerias Hernández- Ingeniera Biomédica

Puerto Padre, Las Tunas.- Entre medidas, proyecciones y una capacidad inmensa de soñar, donde a muchos les restringe la imaginación, Analicia Filgueiras Hernández brota pasiones en una profesión sin margen a la cotidianidad. La ingeniera biomédica, junto a los demás integrantes del Comité de Innovadores y Racionalizadores (CIR) en el Hospital General Docente Guillermo Domínguez López, en Puerto Padre, constituye una fuente de luz en tiempos con escasos recursos; de ahí el virtuosismo de encontrar soluciones a raíz de elementos asequibles.

Desde temprana edad, Analicia, con seguridad absoluta, conocía el rumbo de sus pasos en la vida. "Siempre me gustó el área de las matemáticas y física. Vi la opción de una carrera que relacionaba la medicina y la ingeniería al unísono, y opté por ella, luego, cuando comencé a estudiar, me gustó mucho más".

Preguntarle sobre cuánto disfruta lo que realiza resulta innecesario, basta con ser cómplice de la felicidad desprendida a través de su mirada. Como pez en el agua se sumerge entre instrumentos, con el reto de convertir en realidad una idea, o en otras palabras, facilitar el procedimiento sanitario.

Clip0231.MXF 20230621 110530.363"Llevo muy pocos años de trabajo y estar en un lugar donde todos los días aprendo algo nuevo, sobre todo de electromedicina específicamente, me hace sentir muy satisfecha con la profesión que ejerzo. Desde que comencé a trabajar estoy en este colectivo, que desde el principio me abrió las puertas y me ha enseñado siempre un poquito más.

"Es un mundo muy fascinante. Realmente me gratifica mucho la innovación. Cuando la etapa de covid-19 fue todo un orgullo saber que los electromédicos fuimos capaces de hacer innovaciones que permitieron darle más oxígeno a los pacientes, pues desde una misma toma se sacaban para dos personas y así se ampliaban las capacidades de ventiladores pulmonares". 

Los escollos, de manera perenne, han formado parte del horizonte; sin embargo, la puertopadrese calza armaduras de espíritu para imponerse al destino. Los temores siguen de largo, Filgueiras Hernández apenas parpadea ante ellos.

"Además de ingeniera también soy madre y discapacitada. Desde pequeña he enfrentado cualquier obstáculo que se interponga en mi desarrollo y nunca le he tenido miedo a como soy. Hasta el momento nada de eso me ha imposibilitado algo. Mis compañeros me ayudan en todo lo que necesite y nunca mi discapacidad ha significado un freno para mi desarrollo.

"En el futuro quiero seguir aprendiendo de la ingeniería, mucho más siendo mujer porque, a pesar de la igualdad existente en la sociedad, debemos ser realistas, en este gremio las mujeres enfrentan más dificultades que los hombres, pero eso no puede ser motivo para detenernos".

Si bien el deterioro deja verse en todas las direcciones, desde un pequeño local, hombres y mujeres de un ingenio sin límites significan las pulsaciones del gigante médico de la Villa Azul. El rostro de Analicia figura dentro de los héroes desconocidos, quienes asumen la misión de mantener la utilidad de equipos con amplio tiempo de explotación.

CIR-Guillermo Domínguez

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