"Jesús Menéndez", Las Tunas.- Ante el importante reto de producir alimentos, la sucursal de la Empresa de Logística Azumat en la provincia de Las Tunas se dispuso a buscar áreas para garantizar desde esos lugares una parte de lo que demandan los comedores obreros de la entidad.
El reto implicó muchas horas de análisis y debates y, aunque no fue fácil, el resultado alegró a todos. A partir de ese momento, la misión del colectivo iba más allá de atender a las entidades relacionadas con la producción de azúcar y sus derivados.
Mauricio Cruz VelázquezMauricio Cruz Velázquez, jefe de Producciones Agropecuarias, explicó que se trata de una instalación militar en desuso, ubicada en la localidad de Paso Pata, en el municipio de Jesús Menéndez, donde se pretende sacar el máximo provecho a la tierra, con ciencia y sabiduría.
"Aquí la manifestación del clima es bastante severa, los suelos son malos y hay poca disponibilidad de agua. Pero, la infraestructura es buena y los trabajadores han mostrado mucha disposición. Además, estamos insertados en la ciencia, que es la única forma de avanzar, como está demostrado en el mundo.
"Decidimos buscar ayuda e hicimos convenios con la Universidad de Las Tunas. Encontramos mucho apoyo y, realmente, su asistencia técnica ha sido valiosa, pues nos dijeron lo que podíamos hacer. Desde entonces hemos podido desarrollar algunos renglones y son evidentes los beneficios.
"Se les han hecho ventas a los trabajadores, ha mejorado la alimentación en los comedores obreros y cuando se puede, se le vende directamente a la población en un punto en la misma localidad. Ahí vendemos guarapo, bolas de yuca y otras cosas".
CIENCIA Y CONOCIMIENTOS EN FUNCIÓN DEL DESARROLLO
Con su rostro, Aramís Rivas Diéguez dice más que con las palabras y reconoce que la Agencia Agropecuaria de Azumat es el mejor ejemplo que existe en el territorio de la vinculación del conocimiento, la ciencia y la tecnología de la innovación con la producción de alimentos.
Aramís Rivas Diéguez
"Lo mejor es que fue una demanda de ellos. Nos pidieron apoyo por sus aspiraciones de desarrollo y eso es muy bueno, que la voluntad de producir alimentos nazca de los actores económicos y que se apropien de varias áreas de conocimientos en las ciencias agropecuarias.
"Lo primero fue una caracterización del lugar y la infraestructura. Hicimos recorridos e identificamos las principales áreas de acción y los objetivos. También los conectamos con otras estructuras como la Unidad de Extensión, Investigación y Capacitación Agropecuaria de Holguín.
"A partir de ese diagnóstico, recomendamos cómo organizar el sistema productivo, dónde sembrar pastos y forrajes o cultivos varios y cómo conformar los sistemas silvopastoriles. Además, comprobamos que el potencial estaba en la producción animal y que tenían especies no apropiadas para este entorno.
"El colectivo ha sido muy receptivo y por ello surgió la idea de fortalecer las producciones estatales e insertarlas en el programa de desarrollo del municipio. Solo les falta tener un técnico superior en gestión de la innovación agraria, que sería una persona calificada para acompañar los diferentes procesos".
Mariluz Aguilera RamírezMariluz Aguilera Ramírez es la directora de Desarrollo Municipal y en la agencia agropecuaria de Paso Pata se siente como en su propio espacio, porque encontró en el colectivo a un actor estatal que integrara el Proyecto Red Local de leche de cabra y sus derivados.
"Apreciamos muchas manos con voluntad de producir y mentes abiertas al desarrollo. Es una suerte decir que aquí vamos a construir una fábrica de transformación de carne a la que llamamos nodo de transformación por lo pequeña; pero, un día pudiera ser grande.
"Creo que es una buena oportunidad para la finca y el municipio, porque hay un potencial muy grande en la crianza de ganado menor. Además, se consolida la identidad del territorio, pues es parte de su cultura y tradiciones. Incluso, no teníamos una losa para el sacrificio de los animales y ya está".
YOYA, GUÍA Y PROTAGONISMO
Transformar un entorno hostil y producir alimentos es la clave del éxito. Y más que decirlo, basta ver la voluntad de Georgelina Rodríguez Pérez, jefa de la Agencia, y a quien todos llaman Yoya. Para ella no hay imposibles y tampoco teme a la distancia ni a los desniveles del camino rural.
Georgelina Rodríguez Pérez
"Encontramos un área bastante amplia, de unas 30 hectáreas. Todo estaba rodeado de monte y hubo que desbrozar con buldóceres. Teníamos muchos planes; pero desechamos algunos, pues las características del lugar no los permitían.
"Luego de algunos estudios -y varios tropiezos- se decidió destinar cinco hectáreas a la parte agrícola, y otra extensión para la siembra de plantas proteicas. Además, se diseñaron tres espacios para el pastoreo de las más de 200 cabras que tenemos.
"Compramos gallinas semirrústicas y codornices, con buenos promedios de huevos por ave. No obstante, pensamos que están las condiciones para incrementar esos animales. Tenemos algunos cerdos y queremos incorporar algunos ejemplares criollos o de capa oscura".
Yoya y su equipo quieren hacer de ese un lugar de éxito y demostrar que se puede producir alimentos a pesar de la situación con los combustibles y los insumos. Entre los 27 trabajadores buscan alternativas que den más ingresos y amplíen las posibilidades de empleo para los residentes en la comunidad.
Sus propósitos se hacen realidad de manera paulatina. De igual manera incorporan otras proyecciones porque consideran que nunca será suficiente para satisfacer las demandas de los trabajadores de Azumat y sus familiares, además de los vecinos. En ese empeño andan, a buen paso.
