Las Tunas.- Durante el período húmedo, las lluvias permitieron que los embalses de Las Tunas muestren cifras halagüeñas en su capacidad de llenado, al ocurrir precipitaciones por encima de la media histórica para esta etapa, con unos 79 milímetros (mm) acumulados que representan el 146 por ciento.
El Rincón, Cayojo y Juan Sáez, las tres fuentes fundamentales para el abasto de agua a la población y la agricultura, evidencian un acopio superior al 75 por ciento e, incluso, la primera se mantiene en vertimiento desde el mes de octubre.
Mirtha García Rojas, delegada del Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos (INRH) en la provincia, refirió a la Agencia Cubana de Noticias que El Rincón sobrepasó su capacidad de más de 20 millones de metros cúbicos (m3), una situación positiva al garantizar el suministro a unos 160 mil habitantes en el centro histórico de la ciudad.
En el sur de Las Tunas, Cayojo registra un 96 por ciento de los 13 millones de m3 de su capacidad, para el abastecimiento a populosos repartos como El Aguilera y La Victoria en el municipio cabecera, y otras localidades aledañas.
La presa de mayor dimensión de toda la geografía tunera, la Juan Sáez con 120 millones de m3, exhibe un 76 por ciento; sus aguas se destinan al municipio de Jesús Menéndez, donde está enclavada, y de manera especial al poblado de Delicias y a las actividades productivas de la empresa agroindustrial azucarera Antonio Guiteras, en Puerto Padre.
Sin embargo, asegura García Rojas, los problemas fundamentales en el suministro a la población persisten por las complejas condiciones tecnológicas en las estaciones de bombeo, con excepción de "Colombia" y Manatí, donde el ciento por ciento está en uso.
Mientras, el municipio de Las Tunas se posiciona como el de mayor número de salideros y obstrucciones en la red de acueducto, con más de la mitad de los 50 que hoy se registran en toda la provincia, puntualizó la directiva.
El INRH en este territorio oriental labora en el cambio de matriz energética en las estaciones de bombeo, así como en la transformación y sustitución de las antiguas conductoras, para mitigar la crisis generada por los problemas técnicos de las electrobombas y redes hidráulicas en la capital provincial.
