Las Tunas.- En el año 2022, la ganadería de la provincia perdió 14 mil cabezas de ganado y en el pasado calendario se reportaron 21 mil muertes, en su mayoría por desnutrición, accidentes y hechos de hurto y sacrificio. Casi todas se pudieron evitar.
Con ese panorama, los ganaderos locales iniciaron el 2024. Se trata de una etapa muy compleja porque -además- la natalidad se comporta al 35,7 por ciento, con los indicadores más bajos en los municipios de Puerto Padre, Las Tunas, Manatí y Jobabo.
En el territorio se registran 85 mil 407 hembras en reproducción. Pero, de manera general, su estado no es favorable, pues las gestadas son el 54 por ciento de ese total. ¡Y el 39 por ciento tiene sus vientres vacíos! O sea, comen, toman agua y ocupan un espacio sin fines productivos.
Las razones son muchas; por ejemplo, la insuficiente disponibilidad de materias primas, transporte y tecnología para concretar la inseminación artificial con especies de buena calidad genética. O la no existencia de los centros de formación de sementales que permitan suplir la necesidad de las formas productivas.
Sobre esos temas debatieron los miembros del Buró Provincial del Partido en su más reciente reunión y coincidieron en que no puede haber demora en la adopción de medidas que transformen esa situación y permitan la recuperación de la masa vacuna y, por consiguiente, el cumplimiento de los planes de entrega de leche y carne.
En el análisis se expusieron otras dificultades relacionadas con la existencia de unas 90 mil hectáreas infestadas de marabú, lo que propicia la ocurrencia de delitos y limita la siembra de pastos y plantas forrajeras y proteicas, elementales para la alimentación de los rebaños.
Precisamente, ese es uno de los principales problemas. No se cultiva la comida de los animales ni siquiera para los tiempos más difíciles, cuando la sequía desaparece los pastos naturales. Además, la mayoría de las fincas municipales de semillas están en mal estado.
La garantía de agua constituye otra dificultad y hay que resolverla de inmediato, tal como instó Manuel Pérez Gallego, miembro del Comité Central y primer secretario del Partido en Las Tunas, quien recordó que hay experiencias de años anteriores, con menores niveles de precipitaciones.
Baste señalar que durante todo el año se distribuye agua mediante pipas a dos mil 210 ejemplares. Y en el período seco se les garantiza por esa vía a un promedio de 27 mil 200 animales, lo que es casi imposible con el déficit de combustibles que existe actualmente.
Esos números denotan la falta de una estrategia por parte de las unidades del sector, la que debe incluir la apertura de nuevos pozos y la profundización de los ya existentes, la realización de tranques en los ríos y la solución de roturas en 88 molinos de viento.
También hay problemas con el acarreo de la leche, el funcionamiento de los termos para la conservación de ese alimento y la contratación directa con los productores. Por cierto, hasta la primera decena del actual enero solo se había pactado el 68 y el 52 por ciento de la leche y la carne, respectivamente.
En sus intervenciones, los miembros del Buró del Partido coincidieron en que se evidencian deficiencias en la atención a la actividad por falta de control y planificación de las acciones en cada base productiva, además de la ausencia de varios especialistas para los diferentes procesos.
Al resumir el tema, Pérez Gallego recordó que el país tiene una estrategia para la recuperación de la ganadería y que para su cumplimiento se deben definir las estructuras, los recursos humanos y las acciones de capacitación porque el éxito se concretará en la base.
Instó a resolver las causas del problema con la entrega de más tierras a los campesinos con una decena de vacas, un mayor control de los registros pecuarios, la experiencia de quienes poseen rebaños grandes y el acompañamiento constante a los tenentes de ganado.
