Las Tunas.- Manuel Antonio Herrera Martínez, historiador y promotor cultural por excelencia, se convirtió en una de las figuras que sentarían bases para futuros estudios históricos en la provincia.
Las raíces de su formación se remontan a las enseñanzas recibidas de don Carlos y doña Valeria García, prestigiosos maestros tuneros de principios del siglo XX, quienes le estimularon el afán por el conocimiento. Una actitud compulsada luego durante su incursión en las Escuelas Pías de Guanabacoa, en el nivel secundario.
Calificado por el profesor José A. Rodríguez García, como alumno distinguido en Gramática y Literatura en el colegio Mimó en La Habana, obtuvo el Bachillerato en 1923. Fue llamado a formar parte del tribunal evaluador del plantel tunero El Salvador, en diciembre de 1927, fecha en que ya incursionaba en la docencia.
Inició su quehacer magisterial al crear el colegio Rodríguez García, en honor a su antiguo profesor habanero. Y en enero de 1937 coronó sus esfuerzos al fundar el emblemático colegio Victoria de las Tunas, lugar donde se instaló un pequeño museo de Historia Natural.
Durante las décadas del 30 al 50 escribió artículos de carácter histórico y cultural en la prensa local. Acompañado de Eligio Orive realizó una exploración para precisar los lugares exactos donde estuvieron enclavados los restos de los fuertes y las defensas españolas que fueron destruidas aquí por el general Calixto García en 1897.
En 1951 le confirieron la condición de historiador del municipio y el derecho a formar parte de la Junta Municipal de Historia. El 10 de octubre de 1960, a instancias de la Comisión de Cultura del Gobierno Revolucionario, recibió la Distinción Hijo Predilecto de Victoria de las Tunas.
