Las Tunas.- Quizás de la peor manera, desde una situación extrema, los servicios de entrega de la paquetería internacional que en su último segmento llegan hasta esta provincia del oriente cubano, encontraron la ruta no solo para consolidar engranajes más eficientes, sino incluso, para descubrir nuevos participantes; aunque sigue sin haber espacio para relajarse.
En Cuba son seis entidades las especializadas en el traslado de paquetes desde el extranjero hasta el país: la Empresa de Mensajería de Correos de Cuba, del Ministerio de Comunicaciones (Mincom); Aerovaradero y Transcargo, ambas subordinadas al Ministerio del Transporte; la Agencia aduanal y transitaria del grupo empresarial Palco y Cubapack, subordinadas a la corporación Cimex, y Cubanacán Express del Ministerio de Turismo (Mintur).
Por más de un año la paralización del flujo aéreo y marítimo a causa de la Covid-19, así como las medidas de cuarentena interna crearon un verdadero "cuello de botella" en el flujo habitual de cada una de estas que, de paso, transparentó cuánto debían hacer para acercarse a las aspiraciones de sus clientes.
A escala nacional todavía a inicios de octubre, las diversas entidades reportaron la existencia en sus naves de trabajo de aproximadamente un millón de bultos; los cuales debían entregarse a poco más de medio millón de clientes. De ese total, 300 mil paquetes llevaban más de 30 días sin ser suministrados a sus destinatarios; e, incluso, alrededor de 20 mil permanecían en los almacenes por lapso de entre seis meses y un año.
En Las Tunas no ocurrió diferente, con el detalle agravado de que al estar en el último segmento de la cadena de distribución, aquí los atrasos y problemas con la consiguiente carga de trabajo llegaron multiplicados exponencialmente. Solo en el mes de septiembre la Empresa de Correos tuvo que procesar más de 26 mil paquetes, cuando el promedio habitual para un lapso similar era de apenas tres mil.
"Tuvimos que adaptar nuestros sistemas de trabajo, crear nuestros propios mecanismos organizativos para poder asimilar eso", comenta Douglas Leyva López, director general de la empresa. Todo, explica, dentro de un contexto de distanciamiento físico ante el cual movilizaron a los trabajadores de las unidades que limitaron sus labores por los requerimientos sanitarios; y, además, recibieron la ayuda de representativos de otras entidades del Mincom, como la Empresa de Telecomunicaciones de Cuba S.A. (Etecsa) y los Joven Club de Computación y Electrónica.
Ahora, insiste, han logrado que nunca medie más de 30 días entre el momento de llegada de los envíos al inmueble clasificador de la capital provincial y el instante en que son traspasados a su destinatario. "En su inmensa mayoría, recalca, todos los paquetes se entregan directamente en los hogares de los clientes. Esa es una característica que pretendemos mantener".
Indica, además, que otra de las decisiones que marcó la diferencia, y para bien, fue la de que se expresara en los ingresos de los trabajadores su participación en la distribución de los paquetes. Para el futuro, recalca, ese incentivo se mantendrá.
Leyva López está convencido de que tanto por lo que llega desde fuera de fronteras como por lo que se mueve en este territorio, tomar parte en la distribución de paquetes es una de las aristas por las cuales habrá que seguir apostando en los años venideros; incluso, en conexión con comercios estatales y privados.
Si duro fue para Correos de Cuba, con una amplia experiencia en estos menesteres, más lo fue para la Empresa de Transporte de Pasajeros y Cargas Generales (Cardinal), que desde mediados de año incorporó a su cartera de servicios tomar parte en la última milla en la entrega de los paquetes despachados por Aerovaradero para residentes en el Balcón del Oriente Cubano.
"Es algo en lo que indudablemente tenemos que ganar en experiencia. Ir mejorando el proceso y aprendiendo sobre la marcha. Hoy puedo decir que no existen demoras en Las Tunas de más de 72 horas", asegura Boris Flores Galindo, a cargo de ese nuevo frente en Cardinal. "En las primeras semanas, cuenta, se movían unos 800 bultos, pero en las más recientes, ya la carga ha ido creciendo. No obstante, a veces entran cinco o seis contenedores a la semana que hacen unos dos mil bultos, cifra importante", añade.
Para Cardinal fue empezar completamente de cero: designar operarios, sitios de almacenaje y estructurar una cadena de distribución. Sus directivos hacen hincapié en que es un asunto altamente complejo y que demanda de una extrema planificación, pues si algo no sobra son los recursos logísticos.
Otras señales alentadoras, comenta Flores Galindo, fue el experimento con emprendedores privados, cuya flota de motocicletas eléctricas demostró su valía para acelerar el flujo de repartición. En la medida en que estos proyectos se constituyan en pequeñas empresas no deberá pasar demasiado tiempo para que establezcan contratos con Cardinal y así prestar este servicio, incluso, fuera de la ciudad de Las Tunas.
Directivos de Cardinal confirmaron que trabajan aceleradamente para una plataforma digital cuyo rostro visible al público ya es Incarga, una aplicación para teléfonos móviles a través de la cual los clientes en esta provincia pueden seguir en tiempo real el lugar en el que se encuentra el paquete, cuando ya esté en manos de la empresa. No olvidan, aclararon, robustecer otras aristas como los canales de comunicación hacia este nuevo segmento del mercado.
El incremento de los vuelos internacionales puede que disminuya en cierta medida la presión extrema a la que han estado sometidos los prestadores del servicio de paquetería internacional, coinciden tanto los especialistas de Correos de Cuba como los de Transporte. No obstante, también concuerdan en que la demanda seguirá siendo lo suficientemente alta como para no perder de vista algo que, cuando es eficiente, ganan todos.