Las Tunas.- Desde que iniciara el proceso de perfeccionamiento de la gastronomía, el complejo La Arboleda ha sido de las empresas que mayores beneficios ha obtenido de las nuevas formas de gestión; y también uno de los escenarios donde la autogestión garantiza variedad de ofertas para los diferentes estratos de la población tunera.
Bárbara Brito Caballero, al frente de la entidad, comenta que para mantener abastecida la cafetería y el resto de la instalación se requiere mucho empeño; en su caso, comienza la faena a las 4:00 am y sin límites de horarios.
Entre las metas están ampliar las ofertas y mantener la excelencia de los servicios. "Estos son tiempos difíciles, y los recursos tenemos que salirlos a buscar, no vienen solos -enfatiza-. A veces hay que hacer 'maromas', pero no queda otra… Como no contamos con pan hacemos bolas de viandas, papayuca, fritas, medallones, croquetas de calidad. Por aquí desfila una buena parte de Las Tunas y nosotros tenemos el compromiso de que no se vayan con las manos vacías.
"Estamos elaborando jugos, refrescos, infusiones, para todos los gustos y posibilidades adquisitivas. Próximamente comenzaremos a vender paletas de helado y seguimos tras nuevos proveedores y contratos que nos garanticen la preferencia de los clientes. No hay muchos recursos, pero lo que sí no puede faltar es la voluntad de producir…
"Hace ya un tiempo que adopté la estrategia de vender pequeños combos a la circunscripción en el área de la cafetería. Cuando recibo los recursos lo informo y vendo cigarros, vino, sirope, bebidas, refrescos, lo que aparezca; pero con mucho control para que alcance para todos. Yo sé que la gente lo agradece.
"Sinceramente, no le tengo miedo a la estrechez económica. Tengo muy buenos ingresos, utilidades, mi colectivo laboral está contento y cada día me esfuerzo para que la autogestión llegue a los niveles que el pueblo necesita".
GARANTIZAR EFICIENCIA
El complejo La Arboleda cuenta con un restaurante de lujo con capacidad para 56 visitantes, dos ranchones que acogen a 96 clientes y el área exterior que asegura servicios para otras 40 personas. Treinta y siete trabajadores se encargan de mantener vital las distintas áreas y han sido protagonistas de la ampliación que abarca cada recoveco del recinto.
La metamorfosis que comenzó en la unidad con pasos firmes, no se ha limitado a un mero cambio de imagen. Bárbara, al frente de su colectivo, anuncia que sus miras siguen enfocadas hacia prestaciones de excelencia y, por supuesto, con el incentivo de lograr la preferencia y deferencia de los tuneros.
