Las Tunas.- Con el objetivo de minimizar el impacto nocivo que tiene en la población el actual déficit energético, la dirección de la Empresa Eléctrica de la provincia indicó adoptar un grupo de acciones de reducción del consumo en las entidades del sector estatal.
Desde el Consejo Energético, foro en el cual se concilia aquí la estrategia al respecto, se establecieron comisiones multidisciplinarias para el chequeo y evaluación de un paquete de medidas, entre las que sobresale la identificación de entidades, dentro de las producciones y los servicios no básicos, que pueden paralizarse en los horarios de 11:00 am hasta la 1:00 pm, y de 6:00 pm hasta las 10:00 pm.
Otra de las indicaciones claras dadas a empresas e instituciones públicas en el Balcón del Oriente Cubano es analizar el ajuste de la jornada laboral para desplazarla de los horarios picos, y reforzar la modalidad de trabajo a distancia. “Para los servicios que son de producción continua, es necesario aplicar los planes de acomodo de carga previstos para esta situación”, precisó.
Esta semana, entidades como la División Territorial de la Empresa de Telecomunicaciones de Cuba S.A y del Banco de Crédito y Comercio, anunciaron la reducción de los horarios de atención al público en sus respectivas oficinas.
Otros de los pasos indicados es el apagado de los equipos de climatización excepto aquellos que aseguran el funcionamiento de equipos tecnológicos claves. Igualmente deben detenerse durante el horario pico los hornos eléctricos y máquinas de riego de los cultivos. En el caso de los sistemas de bombeo de agua potable, aclaró, su funcionamiento se reajustará donde sea posible para evitar echarlos a andar en ese período durante la noche.
La Empresa Eléctrica destacó que resulta imprescindible en esta etapa de contingencia “desconectar los frigoríficos, equipos de refrigeración y cámaras frías en dichos lapsos, siempre y cuando no se afecte el estado de conservación de los productos”.
A fin de disminuir el gasto energético, igualmente se le indicó al sector estatal reducir la iluminación, principalmente en centros comerciales e industrias, dejando conectado solo lo preciso para la seguridad. Adicionalmente se redujo el consumo del alumbrado público en 386 kilowatts diarios, tras desconectar 235 lámparas; quedaron operativas solo las bombillas imprescindibles para la seguridad vial y peatonal.
