Las Tunas.- Tras someter al monstruo invisible de la covid-19, parecía despejarse el camino para los tuneros. Sin embargo, un viejo conocido, con fuerzas renovadas, acecha las calles del Balcón del Oriente. El dengue, con la complicidad del mosquito Aedes Aegypti, aprovecha las condiciones climáticas de estos meses para plasmar cifras rojas.
“En la provincia, como en todo el país, están circulando tres serotipos de dengue, de los cuatro que existen en la región. Tenemos estrategias en cada área con altos niveles de brote: Puerto Padre, 'Amancio' y el municipio cabecera”, informó Yusmara Acosta García, directora del Centro Provincial de Higiene, Epidemiología y Microbiología.
Algunas de las principales fuentes de contagio se encuentran en las fosas, con un vertimiento constante, y los microvertederos, muy de moda por estos días debido a la precaria situación en la recogida de desechos sólidos. Problemas con soluciones aparcadas que, a su vez, derivan en más dificultades.
“Hay condiciones difíciles y no las negamos, cada uno de los territorios tiene que lidiar con sus propias problemáticas y a esto se suma la proliferación de la enfermedad; pero la única manera de revertir este panorama es con la contribución de los Comités de Defensa de la Revolución (CDR), porque esta es una batalla para librar con el aporte de todos”, afirmó Viviana Gutiérrez Rodríguez, directora de Salud aquí.
El peligro resulta inminente. En tanto, desde la responsabilidad individual y familiar mucho puede hacerse para minimizar riesgos. De igual manera, se impone un mayor rigor de las instituciones ante indisciplinas comunes durante la inspección, las cuales derivan, incluso, en maltratos por quienes “tienen cosas más importantes que hacer”, y sin darse cuenta influyen de forma negativa en la vida social.
“Cuando evaluamos el índice de infestación, el 77 por ciento se encuentra en los depósitos para el almacenamiento de agua en las viviendas; por tanto, resulta necesario aumentar la percepción de riesgo de la población. Les pedimos a nuestros ciudadanos que ante la presencia de cualquier sintomatología asociada al virus, acudan al médico. De igual manera, la realización del autofocal semanal”, señaló Acosta García.
Con el objetivo de visitar las viviendas para erradicar desde el barrio los posibles focos de la afección, en los CDR existe el propósito del dúo focal. “Una realidad es que no funciona en todas las comunidades y, sobre todo, se activa cuando nos encontramos en crisis y nos vemos en la obligación de ir acompañados de los trabajadores de Salud Pública”, expresó a 26 Armando Cruz García, secretario de Organización de los CDR en la provincia.
Si bien con el transcurrir de los años la mayor organización de masas del país ha cedido terreno en el poder de convocatoria, aún quedan iniciativas provenientes de esa parte que siente suya a la patria chica.
El trabajo voluntario junta manos dispuestas a cortar las malezas de raíz en aras de mantener la salubridad de la demarcación cuando los mecanismos organizacionales resultan insuficientes.
“La labor conjunta del médico y enfermera de la familia con el Grupo Comunitario destaca como una de las mayores fortalezas, porque debemos ser conscientes de que las áreas de Salud por sí mismas no pueden resolver el escenario actual; por tanto, deben apoyarse en el vecindario”, indicó Cruz García.
Con la estrategia definida, más la unión entre diversas entidades, se intensifican acciones en los consejos populares, circunscripciones y manzanas con mayor tasa de transmisión, en cuanto a funciones organizativas, pesquisas, asistencia médica, además de la lucha antivectorial. No obstante, solo el obrar responsable en el domicilio facilitará despejar el horizonte tunero del minúsculo enemigo.
