circulos infantiles21Foto: Reynaldo López Peña.

¿Usted sabe cómo se recaudó el dinero para el primer círculo infantil que tuvo Las Tunas?

Las Tunas.- Mairita tenía 8 años de edad. Su padre, bodeguero y su madre, ama de casa, andaban todo revueltos de la mano de la Revolución triunfante. Era 1961.

De eso me cuenta ahora, décadas después y le brillan los ojos porque se sabe protagonista de una historia verdaderamente hermosa: Mairita fue, suerte la suya, la Reina de los círculos infantiles en Las Tunas.

Maira AceboMaira Acebo, doctora de Mérito de la Universidad de Las Tunas.“Se hizo un concurso en el país para recaudar fondos para los primeros círculos y empezaron a buscar niñas de entre 8 y 12 años que pudieran representar a cada uno de los sindicatos. Y a mí me escogieron para ser la que identificara a los trabajadores de Comercio.

“Comenzamos con la venta de bonos, los había de centavos, pero también de 1.00, 5.00 y 10.00 pesos, y hasta más. Recuerdo que caminábamos mucho, mi mamá y yo, hablando con la gente, tocando puertas, explicando que aquello era, además, para que las mujeres pudieran “trabajar en la calle”. Así se decía antes. A veces, por la noche, teníamos los pies inflamados y yo le decía a mami que qué va, al otro día yo no caminaba. Pero siempre me levantaba por la mañana e iba otra vez”.P8 3Junto a las otras ganadoras del Oriente cubano, en la casita rústica del zoológico de Santiago de Cuba.

Dorita Martínez y Celia Mastrapa, comenta, fueron de las mujeres más empeñadas en la tarea por estos lares y asegura Maira que los tuneros hicieron mucho. Algunos se pusieron a hacer ropitas para vender y otros ofertaban tacitas con café. Todo lo que se podía para que su sindicato ganara sí, pero, principalmente, para hacer el círculo.

Y hasta rememora la ocasión en que agarraron el trencito que salía para Manatí y se aparecieron, ella y su mamá, en el central azucarero, por supuesto, con líderes de la Federación de Mujeres Cubanas. “¡Cómo recogimos allí! Tal vez los trabajadores que queden vivos de entonces no tengan idea de cuánto ellos aportaron para el primer círculo infantil que tuvo Las Tunas. Salimos con más de 100.00 pesos en la cartera. Y eso era mucho dinero en aquellos años, todo donado por los obreros de la industria, gente muy buena”.

La recolecta fue un verdadero acontecimiento en esta pequeña comarca. Maira evoca ahora los sucesos y cómo lucían de lindas las fotos de todas las niñas en las vidrieras preciosas de la Casa Azul. Allí las pusieron para que el pueblo conociera a las representantes de cada sindicato. También recuerda los murmullos de quienes aseguraban que iba a ganar la pequeña que participaba por el sindicato de los ganaderos, para nadie era un secreto que resultaban los más poderosos.

Sin embargo, cuando llegó la gran noche, los hechos tomaron otro rumbo. Mairita estaba sentada en uno de los cómodos balances del Liceo (en la actualidad la Casa del Joven Creador) mientras alrededor de una mesa grande, muy grande, se reunieron los adultos para contar todo aquel capital. Y sí, que ganaron los de Comercio con una recaudación de ciento y pico de pesos. ¡Mairita era la Reina!

                                                                                                                                                     

A los ganaderos les tocó conformarse con el segundo lugar y después se ubicaron los del sindicato de los ómnibus locales. Así que las niñas representantes de esos trabajadores resultaron las dos damas que la acompañaron en el trono.

“Fue una alegría tremenda cuando me lo dijo mi papá. Y lo mejor vino al otro día, por la mañana. Al llegar a mi escuela me estaban esperando en la calle, con música y un ramo de rosas lindísimo que me parece estar mirando ahora mismo. Me lo dio mi maestra, estaban mis compañeritos de aula, vecinos, otros amiguitos míos y cantidad de gente para felicitarme, porque yo era la Reina y Las Tunas iba a contar con su círculo infantil. Tenía 8 años y fue una emoción que todavía siento, igualita”.

Vinieron para Mairita días hermosos, entre ellos, el de la coronación en el teatro Rivera (hoy teatro Tunas), con muchos, pero muchos aplausos cuando ella entró con su traje de organza rosado, muy largo, y las otras damas cerca, con vestidos azules, también lindos.
“Después supe que el dinero de esa coronación iba igualmente para los círculos y me dio más alegría recordar que el teatro estaba lleno, incluso, con público de pie en los pasillos laterales”. Un niño de unos 10 o 12 años, vestido a la usanza de las patrullas juveniles de la época, las fue tomando de la mano y las llevó a sentar a la vista de todos.

“La corona era preciosa y estaba allí, en un cojín, en medio del escenario. Y entonces, cuando nos sentamos comenzaron unos aplausos muy fuertes y yo no entendía, hasta que me di cuenta de que había llegado la autoridad, el capitán Blanco. “Nunca supe su nombre, pero el pueblo lo quería mucho. Entró vestido de verde olivo, con aquella pistola en el pantalón, se veía tan valiente, tan elegante. Qué orgullo cuando él nos coronó”.

P8 4En el teatro Rivera, el día de la coronación.P8 5En la coronación, con el capitán Blanco.Pero ahí no acabaron las emociones. Con todo ese dinero Mairita y su mamá se fueron a Santiago de Cuba. Porque allá iban a escoger a la reina del oriente cubano. Fueron jornadas mágicas para la niña. Su primer gran viaje, conocer a tantas personas, nunca había estado en un zoológico, vivir grandes aventuras y ser la voz de Las Tunas en algo que no entendía bien en ese momento, pero era muy importante.

La infante de la Ciudad Héroe fue la seleccionada para ir a La Habana y representar a las de la región. Mairita regresó a casa, feliz. Después de eso la convocaron para otras actividades, pero los detalles hoy se le entrelazan y no los puede mencionar, era una niña.

La cita que sí no olvida, quizás porque estaban por allí los periodistas de El Eco de Tunas haciendo fotos en todas direcciones, fue cuando la invitaron a poner la primera piedra del círculo infantil. Ya era público que se iba a llamar José Mastrapa.

Esa fue la primera institución de su tipo que tuvo Las Tunas y ella, Maira Acebo Rivera estuvo en el minuto que comenzaron las obras. Por aquellos años no tenía idea de qué camino profesional tomaría. Curiosamente, apostó por el magisterio. Nada, de esas cosas que tiene la vida.

P8 7 copia
 
P8 2La madre de Mairita (marcada en la foto), la acompañó en su viaje a Santiago de Cuba.
 
P8 1Las niñas ganadoras del Oriente cubano reunidas en Santiago de Cuba (Maira está marcada en la foto).

 

 

Comentarios   

Luisa
# Luisa 09-04-2021 09:07
Gracias, Esther de la Cruz, por regalarnos está historia que reconozco que no tenía idea de esto. Me encantó.
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José L Céspedes Sánchez
# José L Céspedes Sánchez 09-04-2021 19:07
Un merecido homenaje a esa excelente pedagoga,la DrC Maira Acebo,cuanto orgullo y felicidad se siente al haberme dado la vida la posibilidad se ser su alumno,éxitos.
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