Las Tunas.- En el aniversario 61 de la Unión de Jóvenes Comunistas, Cuba continúa, aupada por las nuevas generaciones, haciendo camino al andar. Lo vimos hace unos días, en el Colegio Electoral número 1 ubicado en el círculo infantil Ismaelillo del reparto La Victoria, en la voz firme y serena de Iván Naranjo Vázquez, jovencito con la función de vocal de la Mesa Electoral.
Con pocas y precisas palabras dijo que para él era motivo de satisfacción aportar a un proceso tan importante en el país y hacerlo desde el conocimiento adquirido en las preparaciones referidas al Sistema Electoral Cubano. "Es un orgullo para mí asumir esta tarea", afirmó.
Hacia las alturas mira esta organización que no camina por senderos desbrozados, sino que ha hecho de la entrega, el esfuerzo, el ejemplo y el amor, signos invariables de los que significa ser un joven cubano, independientemente de si se porta o no el acreditativo de miembro de sus filas. De la savia y el empuje del ente nacido en los albores de la Revolución Cubana han bebido generaciones de cubanos quienes, desde disímiles espacios, han aportado y aportan a la sociedad en una hermosa manera de corresponder a la entrega de sus antecesores.
CREER EN LOS JÓVENES
Alba Rosa López, Danieyi Herrera y Lorenzo Fonseca son tres de los más de mil jóvenes tuneros que continúan sus estudios, ahora desde la Educación para Adultos, y lo hacen cargados de proyectos y expectativas. Para la primera de estas jóvenes, la visita de la trabajadora social significó una puerta abierta a un nuevo comienzo provechoso para su desarrollo personal y profesional; "es de gran importancia y una segunda oportunidad", manifiesta; mientras Danieyi explica que opta por el duodécimo grado para "superarse y poder trabajar", una aspiración que hace andar también a su compañero Lorenzo.
Cargado de ideas e ímpetus anda, a su vez, José Ángel Martínez Hernández, especialista de la Empresa Labiofam Las Tunas y uno de los trabajadores que dinamiza allí el trabajo de las Brigadas Técnicas Juveniles. Locuaz, habla con conocimiento y pasión de su labor, de la empresa y de un quehacer que lo hace feliz.
"He tenido un desarrollo pleno que, dentro de la institución, ha superado, incluso, mis expectativas. Se me han creado los espacios y otros también han sido por conquistas propias de ese ímpetu de la juventud.
"Trabajamos por el incremento de las producciones y ese empeño ya cosecha frutos, incluso en premios que, lamentablemente, se dan a título individual pero que son resultados de un esfuerzo colectivo", destaca.
DEPOSITARIOS DE GRANDES TAREAS
Brayan Meriño Rodríguez, estudiante de la escuela pedagógica Rita Longa y futuro maestro tiene muchos sueños que lo aúpan. Cuenta que desde pequeño soñó con interpretar el rol de los maestros que acompañan y orientan a sus alumnos, que los apoyan y guían en el camino.
"Es un tarea un poco complicada, pero que asumo con amor y eso me hace sentir una sensación muy bella", dijo a 26 con un brillo especial en sus verdes ojos. Esa luz le atraviesa la mirada también cuando habla de las prácticas realizadas en la escuela primaria Cristino Barreda. “Los estudiantes aprendían de mí, al igual que yo aprendía de ellos. Yo era el reflejo de lo que ellos tal vez pudieran ser en el futuro y traté de inculcarles inspiración para que se interesaran más en el estudio", declara.
Y aunque resta tiempo para su ingreso a las aulas, Brayan ya sabe cómo quiere que sus alumnos lo recuerden: "Como un maestro respetuoso, capaz de enseñarles lo que necesitan, que les sirva de ejemplo y con el que se sientan confiados para hablar".
La Revolución es obra de generaciones pasadas, presentes y también de las futuras. ¡Y qué maravilla contar con el empuje de una juventud que a diario se bate en duelo por la vida, la alegría, la prosperidad, la justicia... por Cuba!
