El Socucho con bandera cubanaLas Tunas.- Expectante estaba el país en las jornadas previas a Playa Girón, a pesar de que se mantenían las actividades habituales; entre ellas, la tan determinante Campaña de Alfabetización.

Cuentan quienes transitaron las calles en aquellas fechas que era una sensación extraña, una suerte de aire denso que, parafraseando al poeta, "llevaba amarrado la muerte y el amor". 

Se sabía, eso sí, que "algo" estaba a punto de ocurrir, y la gente hablaba de un posible desembarco, pero, el lugar exacto de una agresión no estaba definido; y muchos sitios de Cuba se anunciaban como posible punta de lanza. El dispositivo en el oriente de la nación resultó fortísimo.

Esa era parte de la estrategia de la Agencia Central de Inteligencia (CIA), concebir operaciones divisionistas anunciando falsos desembarcos. En la medida en que los años pasan y se desclasifican documentos de aquellas fechas, ha sido posible entender con mayor claridad la apuesta del imperialismo al éxito de la invasión y todo el rigor organizativo y logístico que movieron en el continente para conseguirlo.

El territorio que hoy ocupa la provincia de Las Tunas formó parte de esa estrategia. Documentos desclasificados en 1998 abundan en la Operación Bingo, organizada por la estación CIA JMWAVE, para implementarse previo a la invasión de Bahía de Cochinos y que incluía una infiltración por las costas de Puerto Padre, según cable del 18 de abril de 1961.

Era un plan para fingir un ataque contra soldados estadounidenses en la bahía de Guantánamo. Esto serviría de excusa para el uso del Ejército norteamericano y el derrocamiento del Gobierno revolucionario. Y, al igual que otras operaciones similares, pareció posponerse o cancelarse.

La misión se llevaría a cabo con hombres de la Organización Unidad Revolucionaria y el Movimiento Demócrata Cristiano (MDC), y el desembarco sería siete millas al norte de la Villa Azul. La carga listada consistía en más de 30 mil rondas de munición de rifles M-1 y M-3, y estaba previsto para la noche del 7 de abril.

Muchos son los factores que influyeron en la decisión de escoger ese punto geográfico, pero, sin dudas, las corrientes marinas y las características de sus costas y playas fueron elementos de peso, además de que entre los mercenarios reclutados y entrenados se encontraban varios procedentes de esa zona y, por tanto, conocedores de sus costas.

No fue la única vez que la CIA apostó por Puerto Padre para concretar infiltraciones. Tiempo después, en la noche del 20 de julio de 1963, por su costa se produjo el desembarco de un comando de la CIA.

Ellos pretendían establecer comités de recepción en la parte norte del oriente para recibir grandes cantidades de armamento; entre ellos fusiles FAL y M-3, así como la creación de redes clandestinas, que actuarían como base de suministro de personal a los planes futuros de alzamiento general para 1964.

También debían realizar búsqueda y obtención de información de carácter militar, junto a otros sitios, sobre la base naval de Banes, una base de cohetes en la zona de Potosí, en Victoria de las Tunas, y el movimiento de tropas rusas en tierra holguinera. Ya el 26 de julio de ese año habían sido capturados todos los miembros del grupo.

Punta de Piedra y El Socucho fueron escenarios de infiltraciones y exfiltraciones en otros momentos. En 1961 capturaron allí a un individuo de apellido Arcos, que entraba y salía con impunidad para sacar contrarrevolucionarios del país.

A Manuel Morel Rivero, sancionado a 20 años de privación de libertad después por un tribunal popular en Holguín, lo apresaron cuando intentaba infiltrarse por esa costa.

El lanchero Manuel Áreas Cortés (Nany), quien había sido pescador en Puerto Padre, se infiltró a finales de 1962 con otras dos personas por Punta de Piedra, con tareas de aseguramiento operativo y la indicación de realizar un estudio de la costa para futuras infiltraciones.

Antonio Antich Revuelta, otro conocedor del norte de Manatí, Puerto Padre y Gibara, igualmente fue reclutado por la Agencia y cumplió misiones de introducir armas que se entregaría a Emilio Bruscantine Casanova, integrante de una célula contrarrevolucionaria de la zona.

Historias que debemos conocer para apreciar más la soberanía de Cuba. 

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