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Las Tunas.- Uno de los puntos citadinos más recurrentes, pero también uno de los más simbólicos de Las Tunas, es sin dudas la Plaza Martiana, símbolo de respeto y orgullo de los hijos de esta tierra por el más universal de todos los cubanos: José Julián Martí Pérez.

Y es que allí, justo en el corazón del Balcón del Oriente Cubano, un homenaje imperecedero acompaña al Maestro que vigila el ir y venir de lugareños y visitantes, desde el busto esculpido en bronce por la escultora Rita Longa. Imagen que cada 19 de mayo, en conmemoración a la caída en combate del Héroe Nacional, recibe la luz gracias al ingenio creativo del arquitecto Domingo Alás Rossel, el protagonista de la Plaza Martiana.

Con una ubicación exacta, la obra permite que los rayos solares incidan sobre la mascarilla que se yergue sobre una de las cinco paraboloides hiperbólicas en forma de estrella del monumento que abraza, sigilosamente, la esbeltez de una palma real.

El sitio reúne conceptos de la arquitectura solar y un conjunto de obras artísticas en murales y monumentos alegóricos a hechos, personalidades y frases históricas. Entre ellas destaca el calendario solar con el uso de un cintillo metálico que señala más de 60 acontecimientos y sitios de trascendencia en la vida de José Martí.

Precisamente sobre el suelo que alguna vez sirvió de cimiento a la casa natal de Juan Cristóbal Nápoles Fajardo (El Cucalambé), la Plaza Martiana engloba con elegancia detalles que inmortalizan la impronta del Apóstol. Importante espacio histórico cultural que ha sido testigo del acontecer tunero por 28 años, desde su inauguración el 25 de marzo de 1995.

Pero también, desde uno de los perímetros de la obra, acompaña al complejo arquitectónico el monumento a Ángel de la Guardia Bello, figura que la historia reconoce como el único testigo de la muerte de José Martí. Erigido por el artista de la plástica Rogelio Ricardo Fuentes precisamente en el lugar donde cayó en combate durante la toma de Las Tunas en 1897, a la edad de 22 años.

En el día del aniversario 171 del natalicio de Martí, la Plaza luce espléndida, solemne y vigorosa. Es ese lugar un recuerdo perpetuo a la memoria de aquel que con su luz ilumina el camino de la Patria; es el honor eterno desde el amor y el respeto, en una ciudad que lo abraza a la eternidad.

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