El periódico 26 celebra su aniversario 47 hoy sábado. Estas líneas nacieron del recordatorio de un colectivo que intenta defender con objetividad sus cauces, al lado de la verdad, y desde cualquier plataforma
Las Tunas.- Era domingo y la mañana transcurría con la naturalidad de lavar una ensarta de shorts y pulóveres que se habían asido a un bulto grande. El temblor de tierra lo puso en sobresalto, y en cuanto colgó la última camisa en el cordel se sentó frente a la computadora y observó de soslayo la próxima tanda frente a la lavadora…, “eso tendrá que esperar”. Dos minutos después, el perfil de Facebook del periódico 26 explicaba las dimensiones del movimiento telúrico.
Hacía minutos que había caído la noche, casualmente estaba en el portal de la casa. El clamor del barrio lo animó a mirar hacia arriba y agradeció el espectáculo de luces incandescentes que se aventuraban a caer en quién sabe qué lugar. Pensó enseguida en la serie Invasión, y en el capítulo que había visto unas horas antes, pero el programa espacial norteamericano le llevó a investigar y a escribir enseguida en redes sociales.
La empuñadura de Yosvanis Alarcón quedó inmortalizada en la cámara fotográfica. Vio el sudor y la fuerza en su rostro con todos los matices del color y la algarabía del estadio Julio Antonio Mella. Quería disfrutar el momento de los Leñadores, pero como por instinto comenzó a redactar el post. Treinta segundos después el Periódico informaba en sus perfiles que éramos los campeones de la Serie Nacional de Béisbol.
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En los últimos años, István Ojeda Bello ha experimentado una “mutación” en sus rutinas periodísticas. Convertirse en el community manager, o más sencillo aún, la persona que actualiza constantemente las redes sociales del periódico 26, es una demanda de 24 horas al día, un compromiso con aquellos fieles que esperan del medio la confirmación de lo que se mueve por los “revolicos” y también, en ocasiones, un lastre de inspiración para el reportero.
En el diálogo que media por un globo de chat, me cuenta de la insistencia en publicar con premura aquello que más preocupa a los tuneros, por insólito, desgarrador o lo que presupone un gasto extra para el bolsillo obrero, como el más reciente ultimátum de Etecsa y las tarifas del Internet.
Sobre su mesa de trabajo, ahora compiten la inmediatez y el sentido común para no perder el norte en una sociedad transversalizada por las mediaciones, con importantes focos de opinión; y la meta de lograr un periodismo que extienda puentes y no destierre o defina detractores, ni odiadores.

LOS TIEMPOS DE LA INMEDIATEZ
“Es intenso y constante reflejar la insistencia investigativa del medio de prensa en las plataformas virtuales -alega el multipremiado reportero. Es una faena en la que yo creo que, salvo 10 días el año pasado, el resto del tiempo he estado absolutamente dedicado a ella. No hay domingo, sábado ni días feriados. De hecho, por estas fechas siempre hay un post que colocar, una información que actualizar, porque hay que estar, literalmente, pendiente de todo.
“En el caso del Periódico hemos notado con mucha felicidad que los lectores no solamente se preocupan o les interesan las cuestiones inherentes a Las Tunas, sino, además, noticias de rango nacional. Hay muchos usuarios que se enteran de los sucesos por lo que publicamos. Entonces eso duplica el trabajo y lleva un extra de compromiso.
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respeto por el periodismo es alto y constante. |
“Nuestra dedicación está marcada por la evidencia de que los principales públicos del medio de prensa hoy se encuentran en las redes sociales, o sea, donde primero las personas nos leen es en sus celulares, y para eso nos hemos preparado”.
Tal vez desde afuera, sin el atino de la agudeza, alguien desestime lo que representa posicionar en el universo digital contenidos que impactan en la vida del cubano, a veces con dureza. Cualquier post se vuelve un hervidero de reacciones diversas.
“Cada publicación, cada noticia que se da va a ser automáticamente consumida, opinada y comentada. Eso, de igual manera, implica una responsabilidad grande, porque el margen de error es importante y tiene que ser poco.
“Asimismo, resulta retadora la interacción con los públicos, porque los internautas comentan, hay mucha crispación en las redes; la gente a veces no opina, lo que hace es reaccionar ante las cosas y eso se erige un reto notorio. Pero lo que nos gratifica es el agradecimiento de muchos ante nuestro esfuerzo por hacer un periodismo que se parezca a la realidad que vivimos”.
DESAFÍOS A LA VUELTA DE LA ESQUINA
Elena Diego Parra, al frente del medio de prensa, insiste en ese inmenso desafío que trasciende cualquier contexto particular: narrar la realidad con sus luces y sombras, informar oportunamente y con el apego a la verdad, para conseguir ser creíbles.
De ahí que construir la agenda mediática en 26 es sinónimo de construcción colectiva y de trabajo en equipo. “Nos nutrimos de todo lo que nos rodea, de los hechos más trascendentes y, principalmente, de lo que genera preocupación al tunero -explica la directora.
“Los comentarios y mensajes de los usuarios en los perfiles de redes sociales son muy útiles para el levantamiento de los temas que queremos abordar. Defendemos la máxima de que ningún asunto por peliagudo que sea resulte excluido, porque entendemos, como servidores públicos que somos, que cuando no discutimos algo relevante el silencio nos resta credibilidad. El silencio nunca debe ser una opción.
“Que no siempre hemos logrado la inmediatez necesaria es cierto, resultado de un engranaje del que formamos parte; también, nos falta hurgar más en nuestra cotidianidad, tenemos deudas por saldar y hacia ahí nos movemos”.
Este año ha sido, sin dudas, uno de coberturas e investigaciones profundas. Por la fuerza de la insistencia, el medio fue de los primeros en el país en visibilizar el fenómeno del trabajo infantil, se desnudó la problemática de los pisos de tierra que aún perdura en el territorio, los estragos de las drogas en los barrios tuneros, cómo el déficit energético genera malestar… y tantos otros tópicos.
De la misma manera, 26 ha mostrado la fuerza de artistas, médicos, maestros y obreros que desde un contexto marcado por serias carencias económicas han defendido con talento servicios y procesos vitales en la provincia, reseña Diego Parra.
EMPEÑOS QUE FRUCTIFICAN
A la par de seguir perfeccionando las rutinas reporteriles, ofrecer servicios de comunicación a varias instituciones ha sido un sendero que ha permitido a 26, con el propio talento del colectivo, no solo enrumbarse por mejores ingresos económicos, sino también comprometerse en empeños que demandan entrega y superación constante.
Zucel de la Peña Mora, subdirectora editorial del medio, confiesa que la apuesta mayor radica en conciliar los tiempos, los requerimientos de los clientes y la vuelta perenne a los aspectos éticos, en un ejercicio que se ha asumido como otra manera de acercarnos a la sociedad y hurgar en sus potencialidades o silencios.
![]() Ofrecer servicios de comunicación nos demanda superación constante. |
“Una de las certezas que nos va dejando este quehacer es que todavía no se comprende el valor medular de la comunicación y cómo debe ser un eje estratégico que transversalice todos los procesos. Nuestra experiencia dicta que falta mucho camino por andar en este entendimiento -argumenta la periodista.
“El sector cultural es uno de nuestros principales clientes, para quien hemos hecho los servicios más amplios, que han requerido una hermandad de los equipos de trabajo. Este año dejamos huellas en la Feria del Libro, el homenaje al grupo Petit Dancé en su centenario y recientemente en la Jornada Cucalambeana.
“Nos complace mucho los resultados de esos días intensos. No miramos el ofrecimiento de nuestros productos comunicativos solo con la puntuación comercial, nos gusta que desde esta posición podamos aportar a la preservación de las tradiciones y enaltecer ese acervo valioso que nos distingue como provincia”.
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El último calendario ha sido abrevadero de dinámicas y retos colosales. El Periódico defiende la dualidad como institución que ejerce el periodismo, con todo lo que ello implica, y a la vez emerge como un centro que debe obtener ingresos. El día a día ha demostrado que constituye una labor cuando menos difícil.
La insistencia de conciliar coberturas que hurguen con sensibilidad y profesionalidad en los más disímiles contextos sigue marcando el norte a la hora de concebir la agenda del medio. Los perfiles en redes sociales han respondido a la inmediatez y precisión, con un incremento considerable de seguidores que reaccionan ipso facto, con mesura o aspaviento, a cada contenido.
Queda mucho por construir en esa suerte de doble empeño. El nuevo aparato económico convida al medio a conocer mejor las oportunidades de negocios que ofrece el Balcón de Oriente, a competir en terrenos que recién lo acogen.
Mantener el pie en tierra, el micrófono encendido, la agudeza a flor de piel para narrar historias de vida, desnudar los procesos sociales, entre triunfos o retrocesos, seguirá siendo la premisa que mueva a nuestro colectivo.
Lo sabemos y Elena Diego Parra lo deja más claro aún: “La prensa tiene que defender la verdad, con sus llagas y sus aciertos. Se impone, además, gestionar la comunicación desde la investigación, la responsabilidad, el compromiso social, la objetividad y desde el respeto a la diversidad de pensamientos. No tenemos que parecernos al pueblo, tenemos que serlo”.
![]() Unir al colectivo, marchar juntos en los empeños, una promesa que reverdecemos cada día. |




