Las Tunas.- El envejecimiento, una clara brecha de género y un rol relevante del sector estatal son la tónica del panorama laboral en esta provincia del oriente cubano de acuerdo con la Encuesta Nacional de Ocupación (ENO) 2024, dada a conocer por la Oficina Nacional de Estadística e Información (ONEI).
Los datos presentados en el sondeo indican que, con respecto a otros territorios del país, en Las Tunas la tasa de participación económica está un punto porcentual por debajo del promedio nacional, lo que sugiere una menor integración al mercado laboral; pues del total de sus habitantes mayores de 15 años de edad, el 48,5 por ciento podía considerarse como población en la fuerza de trabajo, indicador anteriormente denominado población económicamente activa.
El Balcón de Oriente exhibe una pronunciada brecha de género, ya que solo el 32,2 por ciento de sus mujeres, al cierre del año pasado, calificaban como ocupadas; porque estando en edad de trabajar, en un período de referencia corto, se dedicaban a alguna actividad para producir bienes o prestar servicios a cambio de remuneración o beneficios. Esta cifra es inferior a la media nacional, ubicada en el 36,8 por ciento.
De acuerdo con este estudio anual hecho por la ONEI, en la tierra de Vicente García sus habitantes con empleo tenían al cierre del 2024 43,9 años de edad, casi un calendario menos que la media del país. Pero más de la mitad de las tuneras o tuneros con empleo formal fijo había pasado de las cuatro décadas y media de vida. Por lo que nuestro territorio muestra un envejecimiento ligeramente superior al promedio del Archipiélago y similar a territorios como Villa Clara: 44,6 años, y Holguín: 44,4.
Visto desde el prisma de la participación de las diferentes formas de gestión económica, casi siete de cada 10 empleados aquí lo eran del sector público, ligeramente por debajo del promedio del país, pero inferior a Camagüey: 61,8 por ciento. El sector no estatal en Las Tunas parece tener menos peso, pues representa el 32 por ciento, mucho menos que lo mostrado por provincias como La Habana (37,3) o Mayabeque (35,5).
Simultáneamente, el desempleo en suelo tunero se ubicó en el 2,1 por ciento del total de su población en la fuerza de trabajo, por encima de la media nacional (1,7). No obstante, se eleva entre las tuneras que viven en zonas urbanas: 2,9 por ciento.
Por segundo año consecutivo, destacó la ONEI, la Encuesta Nacional de Ocupación hurgó sobre la ocupación informal definiéndola como “todo trabajo por remuneración o beneficio, carente de vínculo con la Seguridad S1ocial, según su condición de propietario o asalariado, tanto dentro como fuera del sector informal”.
Al respecto, en Las Tunas el 4,4 por ciento de los ocupados lo estaba en esta modalidad carente de prestaciones o garantías, una cifra proporcionalmente baja frente a las de provincias como La Habana (19,6) o Santiago de Cuba (10,1).
BAJO ESTUDIOS TRABAJOS EN AUTOCONSUMO, VOLUNTARIO Y NO REMUNERADO
El análisis de otras formas de trabajo presentes en Cuba, comentó la ONEI en su informe, es otro de los aspectos novedosos de la encuesta. Se trata, precisó, del trabajo en autoconsumo, entendido como el realizado por “todas aquellas personas en edad de trabajar que, durante un período de referencia corto, realizaron alguna actividad para producir bienes o prestar servicios para uso final propio”.
También la institución añadió el indicador trabajo voluntario, que definió como “todas aquellas personas en edad de trabajar que, durante el período de referencia corto, al menos una hora en la semana, realizaban alguna actividad no remunerada y no obligatoria con la finalidad de producir bienes o prestar servicios para terceros”.
Por último, aparece el trabajo en formación no remunerado, el cual, explica la ONEI, es el realizado por personas de 15 a 49 años de edad que “durante un período de referencia corto realizaban alguna actividad no remunerada para producir bienes o prestar servicios para terceros, con el objeto de adquirir experiencia en el lugar de trabajo o competencias en un oficio o profesión”.
En estos nuevos indicadores Las Tunas registra guarismos mayores que la media en autoconsumo y trabajo voluntario, especialmente entre mujeres.
AFLORAN DIFERENCIAS REGIONALES
Los resultados de Las Tunas transparentan además los problemas estructurales de Cuba, pero con menos severidad con respecto al oriente extremo, especialmente en las provincias de Guantánamo y Holguín. Sin embargo, afloran divisiones regionales que siguen patrones históricos de desarrollo desigual, en las que occidente concentra ventajas económicas y demográficas.
Los datos tuneros en la ENO 2024 son consistentes con los desafíos estructurales de la nación en materia de empleo y desempleo, signado por el envejecimiento poblacional (52,1 por ciento de ocupados con más de 45 años); baja participación laboral femenina: 36,8 por ciento frente al 61,7 en hombres; alta presencia en el sector estatal: 68,5 por ciento de los ocupados; y una informalidad moderada: 20,1 por ciento, pero con claras disparidades regionales.
Esas distancias entre la porción más occidental de nuestro Archipiélago con la más oriental salen igualmente a la luz al saber que la primera tiene mayor dinamismo laboral, especialmente en zonas urbanas de La Habana y Mayabeque; mientras que la segunda tiene menor integración al mercado formal, con excepción de Santiago de Cuba, que exhibe una alta ocupación femenina; y, si bien ambas regiones están envejecidas, en el este hay menos empleo joven.
Además, el oriente combina alta desocupación con la informalidad dispersa sobre todo en las áreas rurales, al tiempo que el oeste tiene focos de informalidad urbana en La Habana, pero menos desempleo. Finalmente, en el oriente se dedica más tiempo al autoconsumo cuando en el otro lado de la Isla parece haber más trabajo voluntario organizado.
