Las Tunas.- Este 15 de junio, el Centro de Investigaciones de la Economía Mundial (CIEM) y el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) presentaron la cuarta edición de su informe sobre Índice de Desarrollo Humano Municipal (IDHM), que hizo una fotografía al estado de un grupo de indicadores claves en las provincias y, sobre todo, los municipios. Llevado al lenguaje beisbolero sería la “sabermetría” del desarrollo y, como su homóloga en el deporte de las bolas y los strikes, le permitiría tomar mejores decisiones de cara a los retos actuales y futuros que afrontamos, también en Las Tunas.
LAS REGLAS
Titulado Ascenso a la raíz. La perspectiva local del Desarrollo Humano en Cuba 2019, en este texto confluyen datos suministrados por la Oficina Nacional de Estadísticas e Información (ONEI), sondeos hechos por académicos, informes de los respectivos ministerios y las metas de desarrollo trazadas para el 2030 por la Naciones Unidas.
Los expertos evaluaron indicadores homologados por los estándares internacionales en aspectos como el desarrollo económico, consumo personal, ingresos, educación, salud, servicios básicos, vivienda, medio ambiente y participación política. Si en el béisbol hablamos de WIP, OBP u OPS para catalogar el desempeño de los lanzadores y bateadores, estos analistas establecieron el índice de desarrollo humano provincial (IDHP), y por primera vez el índice de desarrollo humano municipal (IDHM); siendo en ambos 0 el punto de más bajo desarrollo y 1, el de más alto.
LOS RESULTADOS
Tomando como referencia datos estadísticos hasta el 2016, La Habana es la provincia de mayor desarrollo humano del país. Las Tunas con su índice de 0,7175 ocupa el lugar 12, catalogada de grado medio junto a Santiago de Cuba, Granma y Guantánamo. Con respecto a informes anteriores, el territorio subió un peldaño, pues en el 2007 estaba en el 13; pero sigue lejos de su mejor posición que data del 2003, cuando se ubicaba en el octavo escaño.
Las razones de ese puesto habría que encontrarlas, por ejemplo, en la producción industrial tunera, que no se ha recuperado del efecto conjunto de la crisis de la década de 1990 y la reconversión azucarera de inicios del presente siglo. Si en 1989 el territorio acaparaba el 3,2 por ciento de la producción industrial del país, llegando al 3,9 en el 2001, nueve años después ese porcentaje era apenas del 1,8.
La mencionaba posición se nota igualmente en el empleo, porque con respecto al censo del 2012 creció la cantidad de habitantes con las condiciones físicas para trabajar, pero sin hacerlo; al punto de tener peores cifras en este sentido. Incluso, junto a Artemisa, la provincia tunera es donde las mujeres se encuentran menos representadas dentro de la población económicamente activa. Tampoco el Balcón del Oriente Cubano presenta un dinamismo significativo en el trabajo por cuenta propia, colocándose entre los que menores dígitos de licencias vigentes reportan en el período analizado. En materia de ingresos, el salario medio del territorio solo era superior al de las provincias de Santiago de Cuba y Guantánamo.
Sin embargo, en lo concerniente a la salud, la tierra de Vicente García está muy cerca del alto desarrollo, con una esperanza de vida al nacer de sus habitantes que la colocaba en el primer lugar con 79,83 años (datos de 2017). Junto a Pinar del Río es una de las dos provincias donde hubo mayor incremento de la proporción de personas adultas con respeto al total de su población. Y tal cual ocurre en el resto del país, aquí también crecieron las tasas de mortalidad por enfermedades de corazón, tumores malignos y padecimientos cerebrovasculares, guarismos típicos todos de naciones industrializadas de Europa o América del Norte.
Colocando el prisma del enfoque de género para mirar la cotidianidad cubana, Las Tunas acompaña al resto de la zona oriental como los espacios con los índices más elevados de trabajo no remunerado entre las mujeres, solo superada por los números en este aspecto de Granma y Holguín. Con su 16,35 por ciento, es el tercer territorio de porcentajes más altos de adolescentes con hijos, solo sobrepasada por las provincias vecinas ya mencionadas.
El informe es extremadamente simplista al evaluar criterios que merecerían un examen más exhaustivo como las telecomunicaciones y los servicios digitales. Si bien es cierto que tener junto a Mayabeque la más baja cantidad de cajeros automáticos (14 al cierre del 2018) deja mal parada a la comarca de los Leñadores de Pablo Civil, otros datos como el porcentaje de penetración de la telefonía móvil y el acceso a Internet habrían dado una idea más precisa de este aspecto.
Una nota positiva es que los 28,5 millones que Las Tunas colocó como contribución territorial al desarrollo local en el 2019 es una cuantía superior que la dedicada al mismo propósito por provincias con un mayor desarrollo como Mayabeque, Cienfuegos, Sancti Spíritus, Ciego de Ávila; e, incluso, más que zonas de igual lugar como Guantánamo.
VAMOS AL MUNICIPIO
Ascenso a la raíz... no se conforma con mostrar estadísticas “de equipo”, como diríamos si se tratara de una novena beisbolera, sino que incorpora el ángulo novedoso de las individualidades que en este caso son los municipios; cuyos resultados no siempre coinciden con los de la demarcación provincial donde se encuentran.
Así, el municipio de superior índice de desarrollo humano de Cuba es el villaclareño Sagua la Grande y de peor, el holguinero Urbano Noris. Entre los tuneros, Puerto Padre es el mejor ubicado y Jobabo está entre los más atrasados, pues solo supera a Cruces, Ciro Redondo y Pedro Betancourt.
El equipo investigador midió las desigualdades intermunicipales, que en el Balcón del Oriente Cubano coloca la mayor distancia entre Jobabo y Majibacoa de un lado y a la cabecera territorial del otro; no obstante, esa es la menor disparidad con respecto a las comparaciones de las otras provincias.
OPCIONES Y LECCIONES
Como haría un sabermétrico con el mánager, los analistas del PNUD y del CIEM hacen varias reflexiones por anotar, como cuando consideran necesario “aprovechar mejor las potencialidades territoriales mediante políticas públicas encaminadas a reducir las desproporciones en términos de desarrollo local”. También ponderan experiencias positivas como las del Proyecto de Innovación Agropecuaria Local (PIAL), con presencia en nuestra geografía y que ha contribuido a mejorar el aprendizaje y toma de decisiones, y el aumento de oportunidades laborales para mujeres y hombres. Destacan, asimismo, la valía de lo hecho para mejorar las condiciones de Jobabo por la iniciativa Dinamización de la Vida Sociocultural y Productiva.
Independiente del lapso temporal entre las estadísticas recogidas por estos especialistas y el momento de su publicación, no cabe dudas que compendios de datos como este serían muy útiles en manos de los decisores a la hora de establecer las prioridades en las diferentes aristas de la vida económica y social de cada uno de los espacios. Especialmente, porque lo presentan desde el ámbito municipal, justo ahora que estas demarcaciones administrativas están siendo empoderadas con el establecimiento de su autonomía entre los principios consagrados por la Constitución del 2019. Eso podría ser decisivo para labrar el futuro de la nación desde el marco más cercano a la vida de la ciudadanía.