maestro wenceslao naily

Las Tunas.- ¿Destino o casualidad? ¿Acaso determinación? Destino y determinación, porque cierto que la vida dio vueltas, pero Leandro Mastrapa Igarza terminó en la profesión que alguna vez soñó a contracorriente de otros caminos que terminaban, de una u otra forma, conduciéndole al magisterio.

Mas lo mejor en este juego de la vida ha sido el compromiso honrado en la obra diaria como educador, solo de esa manera, juzga, se le puede hacer honor a un oficio de nobleza suprema. "Interés, deseo y gusto por formarme y ser un buen profesor; todo eso siempre estuvo ahí, siempre ha estado aquí ", dice ahora, cuando ya acumula cerca de 15 años como maestro, y puede contar las esencias de una labor a la que se nace cada jornada, según le dicta su filosofía.

Una intuye solo de verlo y escucharlo que la lid diaria como guía base en la secundaria básica Wenceslao Rivero le viene como traje a la medida y que lejos de robarle energías adiciona combustible a quien tiene las palabras a la orden del día, bien para periodistas inesperadas o para explicar y arengar a sus muchachos en cada actividad. Así le vi la primera vez, cuando en medio de la algarabía de los estudiantes les explicaba detalles del proceso eleccionario y lo hacía con un entusiasmo y disección del acontecimiento dignos de admirar y ¡tan necesarios para formar el concepto de ciudadanía desde la infancia!

"¡Ya son 10 años como guía base! Así como la FEEM, la FEU y otras estructuras, la Organización de Pioneros José Martí (OPJM) desarrolla un trabajo al que hay que consagrar tiempo e interés. Esa labor la dedico a los pioneros, cada acto, acampada, fiesta, desfile o chequeo de emulación son para ellos; y para mí es importante que lo disfruten.

"Ellos confían en mí para llevar a cabo todos los procesos y, por supuesto, hay que hacerlo con mucho cariño. Aunque detrás de las acciones esté yo, y sea el adulto que los guía, amén de eso, es importante que se enrolen en esas actividades, que las organicen, las sueñen…son los alumnos los principales protagonistas, los principales hacedores”.

maestro wenceslao nailyyLeandro sabe de la complejidad de esta etapa del crecimiento y considera que el profesor, sin perder su esencia y la responsabilidad implícita y explícita en su desempeño, tiene, en algún momento, "que tornarse niño y adolescente para entenderlos, para hacérseles más cercano. Poseer tacto para trabajar con la familia y cooperar con esta para mantener esa unidad tan importante y acompañar a nuestros muchachos".

Las aulas de la "Wenceslao Rivero" las lleva en el alma desde que, a la altura de su adolescencia, vio a otros hacer lo que él hoy; por eso y por el anhelo sembrado no dudó en incorporarse a las filas de los profesores generales integrales, que allá por la primera década del 2000 se lanzaron a la conquista de esta obra de evangelios vivos.

"Fuimos formados para cubrir la necesidad de profesores y dar el frente a la hermosa tarea de instruir y educar. Éramos muy jóvenes, muchos ya no están y otros sí, pero los que permanecemos hasta el día de hoy lo hacemos por una vocación de ser fieles a ese compromiso inicial y, por supuesto, por un deseo de trabajar y superarnos". Lo dice él que ante la emergencia se lanzó a la aventura de contar la Historia, con muy poca técnica y sí mucho por aprender; pero con la certidumbre de que la raíz de hoy está en el pasado, el cual hay que contar con inteligencia y pasión.

"El éxito de cualquier profesión está en hacerlo con amor y vocación. Si hay un elemento que no puede faltar en quien se dedica al magisterio es la vocación, tiene que estar más que probada. ¿Por qué? Pues ¿con quién trabajamos los maestros y profesores? Trabajamos con personas. Por tanto, no es cualquier profesión.

"Pienso que lo primero que tiene que existir es una probada, sentida y dedicada vocación; interés, deseo de ser un buen maestro, de querer dejar una huella positiva en sus alumnos, en la familia y la comunidad. El maestro ha de tener siempre delante el desafío de superarse, no se puede quedar solo con el conocimiento de la enseñanza en la que imparte docencia, debe ser mucho más ambicioso. El profesor cubano tiene que superarse, y el profesor de Historia muchísimo más".

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