Juyongguan, China.- Sintió la necesidad de eliminar la distancia que lo separaba de tres mil años de civilización humana. Por unos metros no hubo nada entre sus pies y el suelo de la Gran Muralla China. Así, inclinado ante el peso de 30 siglos de historia echó a andar descalzo por esta maravilla, quizás contemplada al unísono desde el espacio por los tripulantes de las estaciones que orbitan alrededor de la Tierra.
Lo acompañaron el sonido de los cuervos y las cigarras que hasta ahora solo había escuchado en las series asiáticas de la televisión. Inmerso en un grupo multinacional de reporteros subió y bajó por las montañas de la sección Juyongguan, una de las más importantes. Admiró sus laderas alfombradas con un denso follaje; sus muros y fuertes flanqueados por montañas con arroyos que corren durante todo el año, represados en varios de sus tramos para tornarlos en un obstáculo adicional a los eventuales invasores.
"Se trata, le dijo la guía, de uno de los ocho puntos más famosos de la Gran Muralla de todos los cercanos a la capital del país desde que fuera establecida como tal en tiempos de la dinastía Qing". Estratégicamente ubicada y de difícil acceso, fue catalogada por sus contemporáneos como "el paso más magnífico del mundo", afirmó ella. Aunque las secciones más conocidas de la Gran Muralla son las edificadas con ladrillos por la dinastía Ming después del siglo XV, las primeras partes de la Gran Muralla se remontan, incluso, a antes de la era cristiana y con tramos que inician en el desierto de Gobi hasta la actual frontera con Corea, totalizan más de 20 mil kilómetros, le añadió la experta.
Emocionado, comprobó que estaba no solo frente a un muro, sino dentro de un verdadero complejo de estructuras auxiliares con diferentes funciones: torres de ciudadelas arqueadas al sur y al norte, puertas de agua, templos y colegios para los soldados; todos formando un sistema de defensa militar completo y hermético.
Antes de ingresar a la muralla propiamente dicha pasó por la Terraza de las Nubes construida por la dinastía Yuan en 1345. Adornada con motivos budistas tallados en piedra con la imagen del propio sabio de origen hindú y de animales reales o mitológicos; intercalados con escritos en seis lenguas diferentes: chino mandarín, tibetano, sánscrito… esta Terraza desde 1961, le señaló la guía, es patrimonio cultural nacional. Y desde 1987 con el resto de la Gran Muralla, es Patrimonio Cultural de la Humanidad declarada así por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco).
El trayecto sobre la Muralla por momentos se le hizo marcadamente inclinado, tanto que en el ascenso hubo de poner sus manos más de una vez sobre los escalones superiores. Mientras en su móvil le dedicó unos minutos a escuchar a Ana Belén y Víctor Manuel cantar aquellos versos de Nicolás Guillén que ahora no eran metáfora, sino realidad: (…) /una muralla que vaya desde la playa hasta el monte, / desde el monte hasta la playa, bien, /allá sobre el horizonte. (…)
Esta vez las aspilleras inclinadas no facilitaron el disparo certero de las flechas, sino el encontrar el ángulo deseado para la foto.
En el descenso anduvo en zigzag como había aprendido en las montañas de la Sierra Maestra; pensando en cómo habrá sido para soldados u oficiales correr por allí frenéticamente llevando el peso de sus armas en medio de una batalla o sencillamente para comunicar un mensaje urgente desde las torres que se divisan a lo lejos.
Evocó el récord de Fidel Castro Ruz, quien en noviembre de 1995 dejó su huella de Guerrillero del Tiempo por la sección de Badaling, convirtiéndose en el jefe de Estado con el recorrido más largo por este portento de la ingeniería humana. Junto al colega de Venezuela le dijo a Hugo Chávez: "Felicidades Comandante" en un nuevo aniversario del natalicio del mejor y más querido amigo de Cuba, corriendo cuesta arriba, tal cual hiciera el inolvidable líder sudamericano allá por 1999, cuando estuvo en la Gran Muralla.
Comprobó en directo, al charlar con una madre y su hijo adolescente, que esta colosal estructura suscita entre los chinos la misma fascinación que entre los extranjeros. Es que está presente, le explicaron, en 13 provincias del país por lo que desde cada una de ellas sus habitantes pueden tener una experiencia particular. Su imagen ha sido grabada en los billetes del dinero local y se lee en las estrofas del Himno Nacional compuesto en los años de la lucha contra los japoneses, representando así la destreza, la dedicación, la sabiduría y la unidad nacional.
Si en otras latitudes los muros separan, aquí este tiene un sentido aglutinador tal cual lo hace la amalgama con polvo de arroz que mantiene unidos a sus ladrillos. "Quien alcance la Gran Muralla, es un héroe", dice Mao Zedong desde una frase grabada con trazos dorados. Un cubano la anduvo en julio del 2022 y puede que no se acerque a ese heroísmo, mas sí tuvo algo de historia humana directa en su piel.
