Las Tunas.- La Orquesta Sinfónica de Las Tunas regresa al escenario para honrar compromisos que se postergaron debido a la incidencia de la covid-19 y el obligatorio aislamiento, con un concierto este 25 de agosto a las 7:30 pm en el centro cultural Teatro Tuyo.
Según su director, Giudel Gómez, significa un escaño superior en la complejidad con respecto a lo hecho hasta el momento -que sí sirvió para que los músicos se volvieran a entender-, y que lleva un largo período de preparación en el aspecto técnico y les aproxima a piezas del repertorio habitual de las sinfónicas en el mundo.
La batuta de director, este jueves, estará en manos de Christopher Mina Díaz; Giudel explica que es "un músico de Ecuador, que ya lleva tiempo viviendo en Rusia, estudiando en el Conservatorio de San Petersburgo, una institución de excelencia donde sobre todo la cátedra de Dirección de Orquesta es muy buena".
Resaltan en el programa la Sinfonía No. 4 de Schumann, el Concierto No. 1 para cello de Camille Sainz-Saënz y la obertura Las criaturas de Prometeo de Ludwig van Beethoven.
"Es también la primera vez que un músico nuestro participa como solista, es Danilo Lozada quien asumirá el solo de cello. Es el primero de los compromisos, el segundo será a finales de octubre con el director italiano Walter Themel", abunda.
El joven experto se detiene en proyectos más ambiciosos como el Primer Encuentro de Orquestas en Las Tunas, que en un inicio será local con la Orquesta Sinfónica, la de Cámara, la Orquesta Juvenil de la escuela profesional de arte (EPA) El Cucalambé y la Orquesta Sinfónica de Holguín, como invitada.
Este evento tiene como objetivo traer a la provincia a personas con experiencia en la dirección de estos formatos, así como que estudiantes de la disciplina se enfrenten al proceso en la práctica; también estará abierto al público para un mayor entendimiento de lo que sucede en el escenario.
La Orquesta Sinfónica de Las Tunas se materializó a finales del 2020, tras años intensos de trabajo con las diferentes líneas en la EPA y el seguimiento de quienes se integraron al proyecto aún como estudiantes, o se sumaron desde la Orquesta de Cámara.
Hoy enfrentan un panorama complejo, con los movimientos característicos de estos formatos que requieren de todo un año para buscar las oportunidades para crecer, según palabras de Giudel Gómez; la convocatoria a directores y músicos foráneos implica cumplir con sus requerimientos para trabajar, dígase amplitud, clima y la acústica pertinentes.
Desafortunadamente, el territorio aún no cuenta con una sede funcional para la Orquesta, el teatro Tunas está cerrado hace alrededor de dos años y no hay garantías sobre cuándo esté listo para fungir como sede.
Mientras, los ensayos continúan, los sueños se tejen con los hilos que prestan amigos, la colaboración que desde varios confines confluye para elevar la preparación de artistas jóvenes con probada calidad y constancia para, con los astros alineados o no, regalar las sinfonías que alumbren un poco estos tiempos.
