reforestación

Las Tunas.- Al 20.07 por ciento asciende el índice de boscosidad en la provincia de Las Tunas y tras ese número -insuficiente aún- está la gestión de varios organismos, fundamentalmente los Ministerios de la Agricultura y de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente.

Esa no es una cifra para conformarse, pues el territorio tunero se mantiene como uno de los más deforestados de Cuba. Sin embargo, se aprecia un ligero crecimiento, aunque muy distante de aquella época en la que abundaban los bosques tropicales, con plantas de hojas anchas y perennes.

Con el paso de los años, aquí la floresta fue perdiendo tamaño y se convirtió en vegetación de cultivo y pastizales y otra buena parte cedió ante el empuje del marabú.  Ahora se necesita de muchas acciones, no para tener lo de hace 100 años, sino para aumentar la superficie boscosa.

Hasta el momento, el patrimonio forestal asciende a más de 165 mil 184 hectáreas (ha) y pudiera ser más al cierre del 2022.  Para ello no hay otro camino que sembrar árboles frutales y maderables, también de atender a los ya existentes y esas son misiones del Servicio Estatal Forestal.

Precisamente un reciente informe de ese órgano del Ministerio de la Agricultura expone los resultados del pasado calendario y lo que falta por hacer para que el entorno local se siga poniendo verde y, sobre todo, que se convierta en fuente de alimentos y otros recursos y que favorezca la ocurrencia de precipitaciones.

Lo primero es la preparación de tierras y el procesamiento de las semillas más adecuadas. Luego, la siembra, el riego oportuno -a pesar de la sequía- para garantizar la supervivencia y el desempeño de un manejo integral, además de la prevención de incendios forestales y de hechos de caza y talas ilegales.

Durante el 2021, Las Tunas anduvo bien en la producción de posturas y la siembra de postes vivos, árboles frutales y plantas melíferas, así como en el fomento de los bosques, el manejo de regeneración natural y la rehabilitación de las fajas hidrorreguladoras.

Sin embargo, no se cumplieron los planes de reforestación de la subcuenca El Naranjo, perteneciente a la cuenca del río Cauto, pues de un total de mil 537 ha previstas, apenas se completaron 604. La estrategia para recuperar totalmente esa zona priorizada se extiende hasta el 2030.

La provincia cerró la campaña 2020-2021 con ocho incendios forestales que afectaron 16.85 ha en los municipios de Manatí, Puerto Padre, Jesús Menéndez, Las Tunas y Colombia y la mayor parte de esas superficies ya comenzaron el proceso de regeneración natural.

Teniendo en cuenta que se esperan meses de muy bajo promedio de precipitaciones, especialmente en el período más peligroso, de enero a mayo, se prioriza la ejecución de trochas cortafuegos, la rehabilitación de caminos forestales y la siembra de fajas verdes.

En cuanto a la prevención y el enfrentamiento a las actividades ilícitas contra el recurso forestal y la fauna silvestre, se detectaron 769 hechos y se impusieron 809 multas, lo que todavía no se ajusta a la realidad.  La mayoría de los hechos correspondió a la tala para el uso de la madera en diferentes actividades.

Este año, el plan de reforestación es de poco más de mil 319 ha, superior al del 2021 en 615.9 ha.  En los últimos 12 meses se cumplió y se hizo un poco más.  Lo alcanzado hasta hoy alegra; pero ahora lo más importante es mantener el ritmo para que los bosques tuneros se multipliquen.

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