Las Tunas.- El calendario de Celia parece una libreta de dibujo infantil, de las más coloridas; hay fechas tachadas en rojo, y muchos corazones y flores. Descuenta los días desde hace ocho meses atrás y ahora que el final o el inicio, según se interprete, está a poco más de tres semanas, la espera se le antoja eterna. Las pataditas de Lucía en su vientre son la expresión más nítida de vida, esperanzas, felicidad…y se aferra a todo sentimiento bonito, pero a veces la mente habla muy alto, y se le filtran los miedos.
No quiere ser una de esas cifras en los reportes del doctor Francisco Durán; de esas tantas embarazadas que han vivido la zozobra y el dolor de saberse positivas a un virus que arrebata los sueños y apaga la existencia misma. Tal vez por eso, mientras revisa una y otra vez el almanaque, los dibujitos ya no le resultan tan graciosos y el desasosiego se le estampa en el rostro.
Y no es para menos. En Cuba es preocupante la tendencia del contagio en este grupo vulnerable, sobre todo, porque si en el 2020 la mayoría transitaba la enfermedad de manera asintomática, la circulación de variantes más peligrosas, como la Delta, ha ocasionado que varias pacientes lleguen a un estado de gravedad.
Recientemente, en su cuenta oficial de Facebook el ministro de Salud Pública, José Ángel Portal Miranda, exponía la magnitud de este panorama con datos muy elocuentes. Desde marzo hasta el 31 de diciembre del pasado año, solo se habían contagiado 110 gestantes y puérperas. Sin embargo, en el 2021 se han diagnosticado más de dos mil y varios fallecimientos que, más allá de un número, dejan familias marcadas, proyectos rotos, hijos que vivirán sin sus madres, demasiada tristeza.
Las historias clínicas de las gestantes y puérperas que han muerto por Covid-19 en la nación muestran que el 34 por ciento tenía padecimientos de base (asma bronquial, epilepsia, sicklemia y lupus eritematoso) y el 37 por ciento falleció con tromboembolismo pulmonar; condición relacionada con el aumento paulatino de los factores de la coagulación hacia el tercer trimestre del embarazo.
En nuestra provincia han sido confirmadas 220 embarazadas y 77 puérperas, y se lamentan dos decesos. Estos guarismos son la clara evidencia de que todo cuidado es poco, y más vale pecar por exceso que por defecto, pues durante la gravidez las mujeres experimentan cambios importantes que las vuelven más susceptible de padecer enfermedades graves. Así lo avalan los estudios realizados durante los brotes de otras infecciones por coronavirus relacionadas (SARS-CoV, MERS-CoV) y de la gripe.
Durante ese proceso tienen que aportar oxígeno y otros nutrientes de la sangre al feto. Entiéndase que tal “suministro” a la criatura ocurre invariablemente, aun cuando la madre no esté en condiciones físicas y presente una insuficiencia respiratoria. Por tanto, si contrae el virus, su situación puede empeorar y desarrollar formas graves de la Covid-19, lo que, además, ha provocado partos prematuros en confirmadas.
Igualmente, en el organismo de la futura madre se producen alteraciones hormonales y funcionales del sistema inmunitario, encargado de combatir las enfermedades y proteger al bebé. Ello las hace más vulnerables a infecciones virales, con riesgo superior de complicaciones y mortalidad que el resto de las personas.
En un escenario en el que el contacto intradomiciliario origina el mayor número de positivos, las medidas de prevención, junto a la vacunación, sigue siendo la principal arma terapéutica. “Tomemos conciencia de que, ante un virus tan peligroso, evitar contagiar a la futura mamá es una carrera por la vida que se gana, en primer lugar, desde casa”, reflexionaba Portal Miranda en la red social.
Celia lo sabe y por eso pasa los días entre libros y series, y llega, por momentos, a enajenarse de esta triste realidad. Y regresa justo a tiempo para negarse a los besos y abrazos, prohibir la entrada de los vecinos o exigir a su esposo una desinfección de pies a cabeza, y viceversa. Hasta ahora a ella le ha funcionado muy bien, y ninguna variante ha logrado romper la coraza protectora. Pero siente miedo y quizás, desde adentro, la pequeña Lucía también.
