A propósito de este inicio de la temporada 2025-2026 del béisbol cubano que, por cierto, está siendo provechosa para los Leñadores, repasamos las marcas individuales de los nuestros en los clásicos domésticos. ¿Podrá alguna romperse en la actual? Veremos
Las Tunas.- El equipo de Las Tunas, no es ocioso recordarlo, debutó en la XVII Serie Nacional (1977-1978), por lo que esta será su presentación 48. Con el tiempo, nos comenta el estadístico Benigno Daquinta, pasó de ser uno de los conjuntos con peores actuaciones (ganados y perdidos) a consolidarse entre los tres mejores del país en la última década.
Desde el punto de vista individual, los guarismos compilados por Daquinta indican que Joan Carlos Pedroso es el slugger histórico de la cuadrilla. Su poder lo hizo dueño de las plusmarcas individuales para tuneros de jonrones (29), extrabases (47) y total de bases (200) en una sola campaña. Además, su paciencia en el cajón de bateo le valió el récord de boletos recibidos (81). Lo acompaña como el verdirrojo dueño de más registros notables con el madero, para sorpresa de nadie, Dánel Castro.
La Pantera de Manatí no solo está en la vanguardia de jits a escala nacional; entre los suyos es el rey de los dobles y los triples (11). Nunca olvidaremos su habilidad excepcional para conectar batazos de larga distancia, sin que estos fueran más allá de las bardas. De hecho, su índice icónico de conexiones de dos bases para hijos de esta comarca (24) lo alcanzó en tres temporadas distintas. Su consistencia y calidad de contacto lo hacen una leyenda de la ofensiva aquí.
Sin embargo, es Osmany Urrutia (padre) el referente local de promedio de bateo e indiscutibles, pues ostenta la cota más alta para un pelotero del Balcón del Oriente Cubano en average en una edición del campeonato (469); también conectó la mayor cantidad de jits en una de las convocatorias de esa justa (135). Mientras, a Yunieski Larduet podríamos señalarlo como el corredor verdirrojo más efectivo para concretar carreras. Así lo muestra su récord individual de anotadas (88) en una Serie Nacional.
Sobre la lomita brilla con luz propia Félix Núñez, que dejó grabado en piedra para los tuneros que decidan subirse al montículo su reinado en promedio de carreras limpias (1,72), más juegos completos (15), lechadas (cinco), entradas lanzadas (170,1) y ponches (138) en una sola temporada. Su nombre es sinónimo de excelencia en el picheo para la afición provincial.
Le siguió los pasos Yoalkis Cruz, que representaría la era más reciente de la cuadrilla en este aspecto de juego. Cruz es el lanzador local con el mejor promedio de victorias y derrotas en una campaña (929, con marca de 13-1) y comparte el dominio de juegos iniciados (23) con el jobabense Yudiel Rodríguez. Igualmente, logró la mayor cantidad de partidos ganados (14), estableciéndose como el pícher triunfador por excelencia de su generación. Por su parte, Yosbel Alarcón pasó a la historia como el relevista más trabajador entre todos los tuneros que lo han hecho, pues ostenta los récords de juegos lanzados (42) y desafíos en los que actuó como tal (40).
Otros con desempeño más reciente, como Keniel Ferraz y Alberto Pablo Civil, se están labrando su propio pedigrí; el primero siendo, no solo entre sus coterráneos, sino a nivel de sus compatriotas, el lanzador con más victorias en una misma postemporada; al tiempo que el muchacho de Puerto Padre ya es en los lindes provinciales el que cosecha más juegos salvados.
Desde el punto de vista colectivo, la XLIX Serie Nacional se erige como la de referencia para la ofensiva tunera, pues fue cuando el equipo estableció la mayoría de sus récords de bateo. Y en el picheo, la LVII, en la que los Leñadores discutieron por primera vez el título de Cuba, destaca como la de más victorias y salvamentos; aunque fue la LV Serie Nacional la de volumen superior de trabajo para sus serpentineros, con más juegos lanzados y de relevo.
Como penúltimos datos, Daquinta nos comenta que, de triunfar en la actual justa, Las Tunas sería el cuarto conjunto en ganar tres series consecutivas. Se uniría a los Industriales de Ramón Carneado, que triunfaron en cuatro, de la segunda a la quinta; el Villa Clara de Pedro Jova en la XXXII, XXXIII y XXXIV; además de la “Aplanadora” santiaguera, que con Higinio Vélez lo hizo en la XXXVIII, XXXIX y XL.
Destaca, finalmente, que Abeysi Pantoja podría convertirse en el cuarto mentor en materializar esa hazaña y sería el tercero en hacerlo en su debut (sus tres primeras series dirigidas), pues de los tres anteriores Carneado y Jova también debutaban.