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Las Tunas.- No parece haber límites para el incremento de la transmisión del SARS-CoV-2 en esta provincia del oriente cubano. Al menos eso indican los números con los que cerró julio. Y justamente ha sido en este momento de pico de contagios, cuando inició aquí la vacunación masiva, una acción que depara en sí misma el reto de la falsa percepción de seguridad.

Por mucho, pero por mucho, el séptimo mes fue el peor en lo que va de pandemia en el territorio y ahí están las estadísticas para probarlo. Su total de casos notificados (cinco mil 648) duplicó la suma de lo diagnosticado en el año y tres meses previos. Ocurrieron, además, cifras de nuevos positivos jamás vistas aquí en una jornada, la mayor el 28 de julio con 499 nuevos casos notificados en el referido lapso.

Tablas de datos en mano, los matemáticos de la Universidad de Las Tunas detallan que la provincia continuó elevando su tasa de incidencia de manera constante con tres mil 810 casos al cierre de los últimos 15 días a razón de 254 cada 24 horas, con lo cual el mes terminó a ritmo de 182 casos diarios, tres veces más que lo registrado en junio. El saldo global del territorio es negativo también cuando se advierte su evolución a lo largo de sus 31 días. De hecho, a partir del 10 de julio siempre se notificaron 100 o más casos en cada una de esas jornadas.

Todo lo anterior se expresó, desgraciadamente, en los pacientes fallecidos certificados por Covid-19, que en julio fueron 12. Eso equivale a casi la mitad de todos los registrados entre marzo del 2020 y junio del 2021.

En general todos los municipios vieron subir sus cifras de contagios con respecto a junio. “Colombia” siguió ocupando el segundo lugar en un ordenamiento en el cual nadie quiere ser el primero. Incluso, “Jesús Menéndez”, que sigue teniendo comparativamente los mejores indicadores, vio aumentar 10 veces de un mes a otro la cuantía de nuevos positivos notificados en esa demarcación. Sin embargo, el agravamiento de todos los guarismos de la provincia se ha debido, sobre todo, a los desastrosos números del municipio de Las Tunas, en el cual residen dos de cada tres nuevos pacientes notificados en julio y el 80 por ciento de los que han muerto por Covid-19.

abdala encomed2RESPONSABILIDAD PERSONAL INCREMENTADA… Y "ABDALA"

En julio entraron en vigor los nuevos protocolos para el diagnóstico y manejo clínico de pacientes confirmados, sospechosos y contactos de Covid-19. Dicho cambio llega forzado más por las circunstancias, que por la voluntad de las autoridades, así lo admitía en reciente comparecencia radiotelevisada, Manuel René Pérez Gallego, primer secretario del Partido en la provincia.

“En los últimos días se percibe un incremento de ancianos postrados con la enfermedad, lo que corrobora que no estamos cumpliendo las orientaciones dentro del domicilio. Los actores comunitarios también pueden contribuir a la vigilancia de quienes están ingresados en las viviendas. El sector de Salud y los demás organismos pueden hacer todo el esfuerzo, pero si las personas no se cuidan ni cumplen con las indicaciones no será posible detener el incremento de los casos”, reflexionó el doctor Gregory Pérez Héctor, subdirector provincial de Salud. Más claro imposible: el que ahora sea la comunidad, concretamente los hogares de las personas, en los que deben permanecer los sospechosos o confirmados asintomáticos, y donde ocurren otros procedimientos de vigilancia epidemiológica plantea un desafío enorme para el conjunto de la sociedad tunera.

Precisamente y respondiendo a la situación epidemiológica ya descrita fue en la capital provincial donde comenzó el 29 de julio la vacunación masiva a su población mayor de 19 años; mientras en el resto de territorio ya avanza la protección con “Abdala” entre las tuneras y tuneros recluidos en los hogares de ancianos, los aquejados de padecimientos renales que requieren hemodiálisis, así como entre las embarazadas en el segundo y tercer trimestres de gestación; y las madres que lactan a infantes menores de 1 año de edad.

La eficacia de este fruto del Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología (CIGB) está más que demostrada. Pero los expertos insisten en que debemos dejarles hacer su trabajo; simplemente cumpliendo las medidas sanitarias harto conocidas.

No está de más recordar que “Abdala” necesita de por lo menos 14 días después de la tercera dosis para que se alcancen los niveles de anticuerpos necesarios para afrontar al SARS-CoV-2 sin el peligro de la gravedad o la muerte. Además, se requiere de porcentajes de población vacunada lo suficientemente altos para que el virus comience a dejar de ser un peligro.

Incluso, añadiendo a quienes ya la recibieron dentro de la intervención sanitaria, cuando termine el actual proceso de inoculación, “Abdala” solo estaría en los hombros de aproximadamente el 34 por ciento de todos los habitantes de la provincia. Si todo sale bien, nunca antes de mediados de septiembre será que uno de cada tres tuneros tendrá un grado de anticuerpos suficientes para salir airoso ante el nuevo coronavirus. Por ende, es prematuro esperar una reducción súbita de los casos en agosto. De hecho, los modelos matemáticos no anuncian una mejoría, por el contrario, tan solo en la semana del 22 al 28 se pronostican tres mil 892 enfermos.

Este parece ser un momento decisorio en la lucha contra la Covid-19 y aunque la vacunación promete, de poco servirá el esfuerzo de los científicos cubanos si no va acompañada de una actitud responsable de todos y todas.

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