Las Tunas.- Detrás de su voz se descubre un joven inquieto, de corazón vehemente y alma buena, que le gusta compartir –a través de canciones- la poesía con la que mira el universo. Jesús Ricardo Pérez Cecilia, vicepresidente de la Asociación Hermanos Saíz (AHS) en la provincia, es de esos seres luminosos que, guitarra a cuestas, empina su papalote de sueños, aun en tiempos de nubes grises y soplos huracanados. Nada lo detiene.
El encuentro de trovadores Longina es su más reciente experiencia, esa que lo hace enamorarse nuevamente de Remedios y otros lares del centro del país. Él, como siempre está dispuesto al diálogo y la confluencia, contribuye con este medio para compartir su cosmovisión, historia de vida y algunas razones de inspiración, esos "pedazos de lluvia" que inundan su existencia.
HISTORIA DE LOS HILOS
"Fui un niño inmensamente feliz –comienza Chuchín, como lo llaman. Mi mamá (Lesvia Cecilia Borrego) y mi abuela (Elia Borrego Velázquez, fallecida) me apoyaron mucho y alentaron mis inquietudes artísticas. Desde entonces me gustaba cantar, pero también actuar y dibujar. Incluso, tenía una guitarra, aunque no sabía tocarla. Ellas me llevaban al teatro y participaba en Cucalambeanas, matutinos y otras actividades. Ya me inclinaba por el arte".
"Pero... ¿cómo llegué a la trova? Bueno, crecí en pleno descubrimiento del reguetón y no me sentía identificado con esa música, aun cuando era lo que buscaban mis amigos y la sociedad, en general. Digamos Don Omar, Daddy Yankee..., aunque todavía no conocía la trova.
"Al crecer fue que entendí el fenómeno de la canción de autor, algo que absorbió mi corazón. Y, a pesar de que estudié Actuación, siempre estuve cerca de ese tipo de sonoridad. Me gustaba la manera distinta y poética de contar historias y comunicar sentimientos. Así, poco a poco fui descubriendo a autores como Carlos Varela, Nelson Valdés, Ivette Cepeda... Y fui metiéndome en ese mundo, pero como aficionado. Simultáneamente, comencé a hacer canciones, intentando identificar mi realidad con la poesía que tenía dentro.
"Nada desde el punto de vista musical me hace vibrar tanto como las canciones de trova. Eso me pasa hasta con algunas que nunca antes he escuchado. Siento que el alma se eleva. Por eso, un buen día me dije: 'Eso es lo que quiero hacer'.
"Primero estuvieron las artes escénicas. Te cuento... En el 2012 comencé a estudiar Actuación y terminé en el 2016. Desde tercer año me vinculé con Teatro Tuyo y estuve bajo su cobija desde el 2015 hasta el 2019. Todo inició por un día que fui a hablar con Ernesto Parra. Yo era uno de esos niños del reparto Buena Vista que iba a ver las obras a su Centro Cultural y crecí con ellas. Por eso pensé en hacer mi ejercicio de graduación con dicha agrupación. Y así fue. Me gradué con dos obras y la máxima calificación. Papote, Clotilde Aguillón y otros integrantes del grupo me acompañaron siempre.
"Con Teatro Tuyo me di cuenta de qué es ser artista realmente. Ser artista no es un título, no es una medalla ni un reconocimiento. Allí aprendí que el esfuerzo es de todos los días y que, en la vida, lo importante es encontrar esos espacios en los que eres feliz.
"Mas, en algún momento, tuve que elegir entre el teatro y la música. Te confieso que fue una etapa complicada, en la cual varias personas conversaban conmigo para que siguiera en el teatro, pero al final mi decisión fue acertada, pues cada segundo ha valido la pena. Sin embargo, fíjate en las coincidencias del universo, que la Medalla Conmemorativa 50 Aniversario de la Nueva Trova me la entregaron en el centro cultural Teatro Tuyo, en el contexto de Luna Creciente. Eso fue un compromiso y una alegría tremenda".
HORIZONTES BLANCOS
"¿Qué es la trova?, me preguntas. Y te respondo que no es un género, como a veces se piensa, sino un estilo, una manera de hacer canción. Tenemos ejemplos como Matamoros, que era un gran sonero y, además, trovador; Santiago Feliú, que era rockero, o Varela, estos últimos más cerca de géneros anglo o ingleses, pero son trovadores. La trova es mucho más, en su seno está presente la conga, la balada, el sucu-sucu, la fusión..., es un estilo de entender la canción desde el punto de vista musical, poético, de la narrativa y esencia.
"En la Escuela Profesional de Arte estudié Actuación, pero tenía muchos amigos músicos e, incluso, mi novia en ese entonces lo era. Además, me daba un poco de pena cantar en público. En el Servicio Militar cambiaron las cosas y tenía tiempo libre, al menos en mi mente. Y yo, que soy una persona muy espiritual y necesito mantener viva la chispa interior, le dije a mi mamá que me llevara la guitarra. Así, aunque me sabía pocos acordes, empezaron a salir canciones de las cosas que creía y vivía.
"Fue toda una efervescencia. Escuchaba a Nelson Valdés, a Santiago Feliú y otros; asistía a peñas de trova; escuché a Freddy Laffita, Daniel Velázquez y me acerqué a los trovadores de la Trovuntivitis. Con todo eso me identificaba; era una verdad que estaba en mí y necesitaba salir de alguna manera. Sin embargo, aún no tenía mucho conocimiento, además, comenzaba a hacer canciones con ideas musicales que estaban por encima de mis posibilidades físicas y cognitivas, por ejemplo, había acordes que no sabía poner. Así, poco a poco, me fui aproximando a músicos, escritores y a la AHS, el último punto de mi contacto con la trova y el primero en mi carrera como trovador.
"La AHS es una plataforma importantísima que tenemos los jóvenes artistas para que se apoye nuestro trabajo. Esta institución me brindó la posibilidad de hacer el proyecto Luna Creciente. Hoy, desde el punto de vista de mi reelección como vicepresidente de la AHS en el territorio, estoy realmente halagado, pues la gente ha confiado en mí. Sin embargo, siento que falta muchísimo para que la organización y el arte joven en Las Tunas y en Cuba se parezcan a los sueños que necesita este pueblo carente de espiritualidad y otras tantas cosas. Como dicen los hermanos Saíz: 'tenemos una vida y una obra inmensa que realizar'".
LUNA CRECIENTE
"Luna Creciente es el proyecto más importante de mi vida desde el punto de vista profesional hasta la fecha, lo confieso. Me hice miembro de la AHS por Artes Escénicas el 10 de abril del 2019, en tiempos en los que integraba Teatro Tuyo y, el 30 de mayo de ese mismo año, hice la primera peña de Luna Creciente. También me afilié por Música en el gremio, o sea, tengo doble membrecía dentro de la vanguardia artístico juvenil.
"¿Qué motivación impulsó esta iniciativa? Ser un grupo de jóvenes que siempre quiso sembrar su arte, para que fuera visibilizado y pudiera desarrollarse más. Ernesto Parra nos enseñó que no hay mejor escuela que la vida y el trabajo. La mejor forma que tiene un artista de desarrollarse es trabajar, enfrentándose día a día con el hecho artístico, con el público, con los errores y las victorias.
"Por eso Luna... es mi fuerza. Me ha traído muchas alegrías y frutos. El primero, obviamente, desarrollarme. Hoy siento que soy más grande desde el punto de vista profesional. También he logrado que se conozca el trabajo de varios jóvenes. Además de fusionar el espacio con otros que aparentemente no tienen nada que ver como acercarse a los niños, a las artes escénicas, la radio... Normalmente se vincula con la trova, con la poesía, pero hay otras conexiones posibles. La música está en todo.
"Me preguntas por la promoción, por esa 'dulce obsesión' mía de hablar de Luna Creciente una y otra vez. Bueno, las redes sociales han sido aliadas importantísimas. Gracias a ellas he logrado que se conozca mi trabajo, lo que me ha abierto puertas para la participación en eventos. Las promociones son una alternativa que encontré para acercarme a otros públicos, que se vea con otros ojos el trabajo de la AHS y la canción hecha por jóvenes, que se vea que soy un joven igual que cualquiera, pero con proyectos. Eso me ha ayudado mucho para el intercambio social, muy necesario para la creación.
"Me han pasado cosas muy cómicas como que haya quienes crean que realmente he estudiado eso e, incluso, me han escrito empresas para que los ayude con campañas de marketing, empresas de comida, mipymes... Pero les digo que no, pues respeto mucho ese trabajo. Solo es algo que hago de manera empírica para promocionar mi quehacer.
"Por otro lado, uso la luna como símbolo, pues es un ejemplo hermoso de la reivindicación y los seres humanos necesitamos aprender mucho de eso. Los ciclos terminan y empiezan otros. La vida comienza todos los días. Mi hija se llama Eva Luna (como ingenió su mamá) y mi peña Luna Creciente, nombre que se me ocurrió un día, así como así. Ahora –además- tengo el proyecto Semillas de Luna, con el que voy a escuelas y me acerco a la comunidad. Hay algo místico en esas apariciones de lunas en mi vida".
EVA LUNA
"Sí, me convertí en padre muy joven. Luna ya cumplió 10 primaveras. La tuve con 16 años de edad, era apenas un niño, sin madurez de ningún tipo. Eso supuso un cambio, una transformación mental, psicológica, emocional. Gracias al apoyo de mi familia, de Lily –la mamá de Luna-, lo asumí lo mejor posible. Siempre quise ser padre, solo que me llegó mucho antes de lo que esperaba. Pero cuando llegó lo acepté y me fui enamorando de la idea, porque también Luna es maravillosa, una niña con mucha luz.
"Y, claro, ella ha influido en mi arte. Cuando tienes la responsabilidad de cargar con otra vida, eso implanta más sensibilidad al corazón. Yo, que siempre he sido una persona sensible, desde que soy padre lo soy más. Ahora entiendo la importancia de la infancia, de escuchar a los niños... Todo esto se traduce en mis canciones, aunque no lo parezca, porque los adultos son niños que siguieron un camino. Cargamos con nuestras frustraciones, anhelos, victorias... Ser padre ha sido la mejor forma de entender esto y traducir esas enseñanzas a mi obra".
INMENSIDAD
"Mi proceso creativo es muy diverso. Las canciones nacen cuando ellas quieren. Nunca he practicado una manera específica de hacer la canción. A veces llega la música primero, otras la letra, o un trozo de melodía, o la canción completa. Hacer canciones es lo máximo. Incluso, también me gusta hacerlas por encargo. Uno de mis sueños es hacer música que tenga una funcionalidad para el Cine, la Radio y otras plataformas. Por eso me puse muy feliz cuando mis temas se usaron en la serie Motivos, de Radio Victoria.
"Las canciones son algo misterioso, siempre la imaginación está activa y la inspiración muchas veces llega cuando estoy caminando, casi siempre inesperadamente. Yo me siento identificado con todas mis canciones. Cada una tiene su momento, todas me componen y las amo a todas por igual, independientemente de sus características. Nunca me he planteado una fórmula para hacerlas. Sencillamente las hago.
"En ese proceso, la naturaleza está siempre presente. Me encanta su paz, energía, poder... El arte es atemporal, no se circunscribe a una situación específica, puede hacerse en distintos espacios y para distintos públicos. La naturaleza es la gran maestra en ese sentido. Nos enseña que, después de la noche más oscura, llega un amanecer. Siempre hay una forma natural en la que refugiar nuestros dolores. La naturaleza es parte de mí y de mi arte".
CANCIÓN PARA UN GIRASOL
"¿Mis concepciones en torno al arte? No defiendo la idea de que el arte es para los artistas. El arte es para todos. Tampoco creo que exista un arte más inteligente que otro. Aunque sí considero que cada artista debe ser auténtico. Son importantes las influencias, es importante beber de buenas y malas fuentes para aprender, pero no hay nada como ser auténtico, como aportar desde ti tu verdad, desde la manera en la que solo tú puedes hacerla.
"El público también es un maestro. Los temas y la forma de abordar tu obra inicialmente parten de tu sensibilidad, de tu capacidad y tu vivencia. El amor es el tema más universal, pero también –a mi entender- el más necesario. Es lo más valioso de mostrarles a las personas cuál es el camino correcto para el desarrollo humano. Hay tanto mal en el mundo que cantarle al amor desde el bien, es sorprendentemente irreverente y visionario.
"En esas formas entra la poesía, en no prostituirse hacia lo comercial, no copiar lo que más abunda... Prefiero hacer algo que no esté hecho, que pueda aportar. Incluso, mis canciones tratan de amor, desamor o tópicos específicos como la migración, hasta de seres que admiro como Martí y otros.
"Algo que no debe faltar en nuestro diálogo: mis amigos son un pilar esencial en mi vida y mi carrera. Sin ellos no sería ni remotamente el artista que soy hoy. A todos les agradezco, a los que comenzaron conmigo Luna Creciente, a los chicos del proyecto El Manuscrito Perdido, a los trovadores y demás personas que me han apoyado. En muchas ocasiones han sido el motor, la fuerza que necesito para seguir. En general, soy una persona feliz, muy de paz, consecuente con lo que siento y pienso. Y mi mundo son las canciones”.
PEDAZO DE LLUVIA
"Los artistas somos –en cierta medida- medidores de los que nos hace diferentes como seres humanos, como especie. Somos los hacedores de la cultura, los que guiamos el desarrollo cultural del mundo. Eso es una gran responsabilidad. Uno tiene una posición desde la cual ejerce una influencia consciente e inconsciente sobre un grupo de personas como tu familia, tus amigos, las personas que te siguen...
"A la hora de hacer arte es importante entender que uno también es un fenómeno social, cultural e histórico. Eso es importante entenderlo, porque una palabra, un gesto, un criterio o una actitud ante la vida, influye –de alguna manera- en los demás. Somos constructores del futuro.
"Por eso la retroalimentación es fundamental. Siempre se puede aprender de los demás. Y no solo de los maestros, también del que está empezando. Crear cultura es algo que nos une. Con los muchachos del taller literario Cucalambé, por ejemplo, conversé una vez sobre la poesía para canción y fue maravilloso. Hablamos de mecanismos, de cuestiones éticas y estéticas a tener en cuenta. En otra ocasión di un concierto en el instituto preuniversitario vocacional de ciencias exactas (Ipvce) Luis Urquiza Jorge y tuvo gran acogida. De ahí surgió la idea de hacer una gira por diferentes centros escolares. Quiero en un futuro que, incluso, salga de la provincia y alcance dimensiones mayores.
"Los eventos a lo largo del país, por su parte, nos permiten a los jóvenes intercambiar con personas que tienen más experiencia, es algo que se agradece. Esto me ha servido mucho para saber en qué punto está mi obra, cuánto he logrado y qué me falta. Esa retroalimentación ayuda muchísimo.
"El arte en la comunidad también es fundamental. En estos tiempos, en los que a veces las instituciones y los espacios diseñados para el arte no son los más concurridos ni visitados, es una responsabilidad artística acercar –en la medida de lo posible- el arte a la comunidad. El arte es de la comunidad, pues un artista no existe sin el público, sin la sociedad. Es urgente e indispensable esto. En el Ipvce vi muchachos bailando reguetón, luego se sentaron a escuchar mis canciones y me hicieron comentarios muy lindos.
"Por eso te digo que sí hay jóvenes a quienes les interesa la trova, cuando llegan a conocerla. A los jóvenes no puede interesarles algo que no conocen. Pero nos falta mucho para cumplir a cabalidad con la política cultural cubana, para que otros géneros o estilos tengan la misma difusión que tienen –por ejemplo- los géneros urbanos.
"He visto muchachos bailar con un reguetón y luego escuchar una canción de trova y que se les salgan las lágrimas. Y te comentan, y se acercan a las peñas... Eso me satisface, pero también me compromete a dar un plus desde mi trabajo por la transformación que necesitamos, porque si no conocen la trova, no hay manera de que se acerquen. Debemos lograr que se entienda que no somos un rebaño, que podemos elegir lo mejor. La canción de autor es algo vivo, que respira, algo grande, que no pasa de moda. Esa canción no muere".
LA CANCIÓN QUE FALTA
"¿El artista que quiero llegar a ser? Eso ha ido cambiando por el camino, pero lo que sí no cambiaré es ser sincero con lo que siento, pienso y vivo. Y lo otro es que mi obra pueda servirle a alguien. Más allá de eso no espero otra cosa.
"En cuanto a la voz, es un problema de cada quien, algo que se va conociendo poco a poco. Yo disfruto muchísimo esa experiencia de superación personal. No sigo a muchos cantantes que tienen una voz linda, mis favoritos son Sabina, Silvio Rodríguez..., personas que no tienen una voz parecida a la mía. Eso es un poco contrastante. Ahora bien, sí me cuido la voz, no me gusta fumar ni hacer algo que la afecte.
"Ahora, desde el punto de vista de la letra, siempre he sido un enamorado de la poesía. No busco palabras complicadas, pero sí creo que la idea puede ser más efectiva si sale desde el alma, a través de ella. Mi voz es una herramienta que ha sido positiva. Si encuentras la forma de que las canciones brillen con tu voz, mejor.
"Lo más hermoso que te puede pasar es que el público se emocione. Recuerdo la primera vez que canté una de mis canciones y a una persona se le salieron las lágrimas. Es en esos momentos cuando uno se da cuenta de que lo que hace tiene significado, un valor que va más allá del yo. Es maravilloso descubrir que alguien le ha dedicado una de tus canciones a otra persona o te dice: 'Esa canción me ha cambiado'. El arte va más allá de nosotros mismos".
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No me hizo falta una entrevista convencional para acercarme a este joven. De él emanan la poesía y la espiritualidad en forma de palabras. Jesús Ricardo Pérez Cecilia sencillamente es "un ladrón de momentos", como definiera Silvio Rodríguez al artista. Para él –como dijo hace unos años en el programa televisivo Con Música-: "El horizonte es un papel en blanco y vamos a escribirlo con todas las ganas de andar".
