Washington.- Cuba y Estados Unidos retomaron el camino del diálogo en temas migratorios, una decisión que para defensores del entendimiento entre los dos países constituye un paso en la dirección correcta.
Nos causa alegría que estén conversando sobre ese y otros asuntos que son de tanta importancia para los cubanos de allá y de aquí, declaró el profesor cubanoamericano Carlos Lazo vía WhatsApp a Prensa Latina, desde Seattle, estado de Washington, donde reside.
Durante un año y casi cuatro meses que asumió la presidencia de Estados Unidos, Joe Biden se caracterizó por la falta de acción en cuanto a cumplir sus promesas electorales respecto a Cuba y eso “nos tiene decepcionados”, dijo.
En múltiples escenarios la nación caribeña ha reiterado el compromiso de garantizar una migración una migración regular, segura y ordenada, así como la disposición al diálogo para que este derecho humano pueda ejercerse sin obstáculos ni manipulaciones.
Justamente, las conversaciones migratorias celebradas este 21 de abril en Washington, D.C, revisaron el cumplimiento de los Acuerdos Migratorios bilaterales que si un incumplidor tiene no es Cuba.
En ese sentido, la delegación cubana, que encabezó el viceministro de Relaciones Exteriores Carlos Fernández de Cossío, insistió en la obligación del Gobierno de Estados Unidos de garantizar la emisión en La Habana de al menos 20 mil visas anuales a cubanos para emigrar a este país, compromiso en pausa desde 2017.
Enfatizó que no existe justificación alguna para mantener interrumpido ese servicio en Cuba y obligar, al aspirante a emigrar, a viajar a Guyana para que su solicitud sea procesada.
Reiteró, además, que Estados Unidos debe cesar de obstaculizar y violar los derechos de los cubanos a viajar a terceros países del área y reclamó el cumplimiento de los acuerdos migratorios bilaterales en su integralidad y no selectivamente.
Este tipo de pláticas fueron las primeras desde el 2018, cuando fueron suspendidas unilateralmente como parte de la política de máxima presión aplicada por el entonces presidente Donald Trump (2017-2021).
Presidida por la subsecretaria adjunta para Asuntos del Hemisferio Occidental, Emily Mendrala, la parte estadounidense también abordó los servicios consulares de su embajada en La Habana.
Hablaron de incluir la reanudación de visas de inmigrantes de forma limitada a partir de mayo, los servicios a ciudadanos estadounidenses y la emisión de visas de emergencia para no inmigrantes.
Aunque no hicieron mención a que bajo el pretexto de supuestos ataques acústicos a sus diplomáticos registrados a finales del 2016 -luego nombrados por Washington incidentes de salud-, la Administración Trump desmanteló su legación en la capital antillana.
No hay justificación para aquella mentira que desvaneció el argumento de científicos estadounidenses, cubanos y la propia CIA, puntualizó la subdirectora general para Estados Unidos en la Cancillería cubana, Johana Tablada.
Por otra parte, el comunicado del Departamento de Estado subrayó que “permitir una migración segura, legal y ordenada entre Cuba y Estados Unidos sigue siendo un interés mutuo”.
Como cuestionó Tablada, el Gobierno de Estados Unidos tiene un acuerdo migratorio con Cuba y al mismo tiempo aplica "una política de presión que amenaza el sustento de las personas, instigándolas, incentivándolas a abandonar su país".
Muchos de los que se lanzan por vías irregulares para tratar de llegar al territorio de Estados Unidos llevaban años esperando que se les diera una visa por reunificación familiar, interrumpidas por Trump, y nunca restauradas por Biden, advirtió Lazo, coordinador de Puentes de Amor.
El activista consideró que tal emigración se produce “en una situación de guerra, quizás no de una guerra en la que caen bombas, sino por una guerra silenciosa que son las medidas coercitivas que han pesado sobre ese pueblo por más de 60 años y que se agudizaron en medio de una pandemia (de Covid-19)”.
