Las Tunas.- El 6 de octubre de 1976 ocurrió la voladura en pleno vuelo de una nave de Cubana de Aviación en la que viajaban jóvenes deportistas cubanos y otras personas de varias nacionalidades.
Este hecho terrorista conmocionó a todo un pueblo y alcanzó también a los tuneros con la pérdida de dos de sus mejores hijos, los esgrimistas Leonardo McKenzie Grant y Carlos Leyva. En esa ocasión, Fidel Castro Ruz expresó: “El dolor no se comparte, el dolor se multiplica”.
El Gobierno de los Estados Unidos, que hoy se erige como paradigma en la guerra contra el terrorismo internacional, ha sido el promotor del terrorismo contra Cuba.
El territorio tunero ha sufrido múltiples acciones de ese tipo desde el propio triunfo revolucionario. En 1960 naves aéreas procedentes de suelo norteamericano bombardearon áreas de los centrales de Chaparra, Delicias y Manatí con fósforo vivo.
Ocho bandas de alzados asolaron las zonas rurales de Las Tunas, seis campesinos y milicianos fueron asesinados; efectuaron múltiples sabotajes a la Industria Azucarera, escuelas rurales, tiendas del pueblo, ómnibus y almacenes.
A inicios de los años 90 fue secuestrada una avioneta AN-2 y desviada a la ilegal Base Naval de Guantánamo. En 1993, el buque Mykonos, de bandera maltesa y tripulación cubana, cargado de petróleo para puerto Carúpano fue ametrallado por una lancha pirata procedente de EE.UU.
El 20 de marzo de 1995 fueron detenidos dos ciudadanos oriundos de Puerto Padre, quienes habían sido reclutados, entrenados y financiados por la Fundación Nacional Cubano Americana (FNCA).
Poco antes habían desembarcado clandestinamente por el poblado costero del Socucho y enterraron en las inmediaciones del faro una tanqueta con 51 libras de explosivo C-4, mechas detonantes, mecanismos de relojería, cables, baterías, armas de fuego y otros medios idóneos para fabricar artefactos explosivos.
Luego colocaron una carga detonante en un hotel en Varadero que fue desactivada. Sus mentores fueron Guillermo Novo Sampol y Arnaldo León Plasencia, colaboradores cercanos de Luis Posada Carriles, autor intelectual del crimen de Barbados.
El atentado es otra de las variantes del terrorismo. Tres planes fueron fraguados en Las Tunas. El más significativo debía llevarse a cabo en julio de 1960 durante el acto del 26 de Julio por celebrarse en Las Mercedes, Sierra Maestra, con el fin de derrocar el Gobierno revolucionario y organizar un alzamiento con el apoyo de los grupos del Escambray, quienes proporcionarían las armas.
En esta conspiración participaba el excapitán del Ejército Rebelde, Gregorio Ortiz Parra, conocido por Chichi; durante el operativo en San Antonio de Jobabo, donde residía, se le ocupó una ametralladora San Cristóbal. Los complotados fueron puestos a disposición del tribunal revolucionario de Santiago de Cuba en la Causa 225/60.
En 1981 en el acto por el 26 de Julio, Fidel Castro denunció la infiltración de un comando de la organización contrarrevolucionaria radicada en los Estados Unidos, Alpha 66, cuyo objetivo era atentar contra su vida durante esa celebración en Las Tunas, lo que fue frustrado con la captura de los terroristas en Risco Alto, Matanzas.
La guerra bacteriológica, otra variante del terrorismo aplicada contra nuestra nación, también fue denunciada por el Comandante en Jefe. Ese mismo año todo el país enfrentaba una terrible epidemia de dengue hemorrágico; en años precedentes se habían enfrentado otras epidemias contra la agricultura, como la roya de la caña y la fiebre porcina.
En el 2019, durante la recordación de uno de los hechos terroristas más monstruosos contra Cuba, el presidente Miguel Díaz-Canel Bermúdez escribió en Twitter: "En el sabotaje al vapor La Coubre, el 4 de marzo de 1960, perdió la vida más de un centenar de cubanos. Fidel expresó: 'Ahora libertad quiere decir algo más todavía: libertad quiere decir Patria. Y la disyuntiva nuestra sería Patria o muerte'. Así nació nuestra convicción".