Las Tunas.- Por estos días, en los que se hace difícil adquirir el “plato fuerte” y así completar la dieta de los tuneros, se hace más evidente el esfuerzo que deben realizar las unidades productoras de alimentos, especialmente para garantizar los cinco kilogramos de proteína animal establecidos en el Programa de Autoabastecimiento Municipal.
Con ese propósito se contemplan dos kilogramos de carne de cerdo, dos de especies de ganado menor y uno de aves o sus huevos, y para lograrlo en la provincia se acometen varias acciones que van desde módulos pecuarios hasta iniciativas en las diferentes entidades.
La Empresa Avícola asumió esa responsabilidad y desde hace poco más de un año centró sus esperanzas en la avicultura alternativa, una manera de incrementar las producciones sin depender directamente de los piensos industriales que el país tendría que importar a altos costos.
Walsires Corrales Ávila, director técnico de la entidad, explicó que en el territorio tunero existe una estrategia y que, en ella, la empresa ha trabajado sistemáticamente, sin detener las labores de crecimiento y manejo en aras de cumplir los compromisos.
“Tenemos un levantamiento con seis posiciones para dedicarlas a la crianza intensiva de codornices y de gallinas semirrústicas, en la modalidad de pastoreo. O sea, durante el día pastan en áreas preparadas para ello, con sus cercas perimetrales, y ahí consumen la mayor parte de la dieta.
“La primera experiencia está en la comunidad de El Ross, del municipio de Manatí, donde hay unos seis mil animales de las dos especies y la idea es extender esa práctica a otros lugares, por lo que se intensifican las producciones en la planta de incubación.
“También respetamos la máxima de que primero debe estar la comida y luego las aves. Es que se les completa su nutrición con el pienso criollo, preparado con productos que se cosechan en el propio módulo. Por ejemplo, maíz, sorgo, yuca y caña”.
La idea fundamental del proyecto es la obtención de huevos para su comercialización en los diferentes consejos populares, pero también se produce carne con los ejemplares que terminan su fase reproductiva o los que tienen accidentes.
PUERTAS ADENTRO EN EL ROSS DE MANATÍ
La instalación, que en otros momentos fue escuela y luego una cárcel, se ha transformado poco a poco a fuerza de machete y mucha constancia, el marabú cedió su espacio a extensos sembrados y a las 10 naves que ya están recuperadas.
De ellas, tres se incorporaron a la crianza de gallinas semirrústicas y codornices y las demás se poblarán próximamente, teniendo en cuenta su resistencia a diferentes enfermedades, producción y adaptabilidad. Lo mejor es que la empresa ya dispone de esos animales, los que se alimentan con pienso industrial durante 84 días, antes de incorporarlas al pastoreo.
Ebismel Pérez Hernández está al frente de la brigada y pronto será el jefe del colectivo laboral integrado por 25 trabajadores, en el que cada uno tiene asignadas sus funciones, aunque podrán incorporarse a las tareas de mayor urgencia en cada momento.
“Hay un equipo que responde por la parte agrícola y cada día se le informa lo que debe hacer en la siguiente jornada, porque en ocasiones hay que mover a algún trabajador -por ejemplo- para la preparación de los alimentos alternativos de las aves.
“Las naveras laboran directamente con los animales. Cuando llegan a la Unidad y se ponen la ropa de trabajo, entran, hace una buena observación para detectar alguna anomalía y de ahí inician sus tareas en la limpieza del área y la nutrición de la masa.
“La idea es paliar la situación alimentaria que tiene el país; por un lado, produciendo proteína para la población y por el otro, evitando tener que hacer grandes importaciones de comida para las aves. Aquí, además de los granos, la yuca y la caña, tenemos otras iniciativas.
“Preparamos un área para la lombricultura y dos veces por semana cada gallina recibe su cuota. Con el humus que obtenemos fertilizamos los cultivos. También pretendemos sembrar alevines en un pequeño estanque y con lo que capturemos, hacer harina de pescado para los animales”.
EL BUEN MANEJO DE LAS AVES ES IGUAL A MÁS PRODUCCIONES
Los manuales son guías indispensables para los veterinarios, aunque la mejor escuela está en lo que se aprende día a día con el manejo de las diferentes especies y con esa premisa trabaja el joven técnico Pedro Enrique Pérez Rodríguez.
“Aquí es elemental el cumplimiento de las normas de higiene, no solo con la limpieza en cada jornada, sino el lavado de las canoas para que no tengan mal olor, la garantía de agua limpia, y especialmente la vigilancia de los ejemplares, para actuar con rapidez si ocurriera alguna situación.
“En el caso de las codornices, las acciones son más específicas, pues se estresan con mucha facilidad y entonces dejan de ser productivas. Por ejemplo, las naveras siempre tienen que estar vestidas de verde y en el local no puede entrar otra persona.
“No toleran los ruidos fuertes y requieren de mucha agua. Esa especie es altamente productiva y ahora mismo estamos recogiendo entre mil 500 y dos mil huevos cada día, una cifra que aumentará con la llegada de otros ejemplares, pues la idea es superar las 10 mil”.
Las proyecciones del colectivo de la unidad de El Ross coinciden con las de la Empresa Avícola de Las Tunas, entidad que pretende registrar un panorama diferente en la garantía de proteína animal, durante el segundo semestre del año 2023.
“Los avicultores no nos detenemos en los crecimientos futuros -concluye Corrales Ávila- y este es el mejor ejemplo de lo que podemos lograr en otras comunidades rurales de la provincia en beneficio de la población. Y la meta, lejana todavía, es abastecer los territorios con esos huevos”.