cerdos
Las Tunas.- En las noches, cuando cierra sus ojos para tratar de dormir, Eduardo Abreu Peña, un campesino de la cooperativa de créditos y servicios Pedro Lantigua, del municipio de Jesús Menéndez, quisiera que el reloj tuviera más de 24 horas cada día.

El tiempo apenas le alcanza para tantos empeños, pero hay uno que le ocupa los minutos desde antes del nacimiento del alba. Incluso, cae la noche y todavía anda por sus corrales, asegurándose de que todos los animales ya estén dentro, con la seguridad necesaria para que al amanecer sigan ahí.

cerdoscortesia del entrevistado 1Se dedica a la crianza porcina y posee un coto de 13 hembras y dos sementales de cerdo criollo mejorado, al que llaman de capa oscura, una raza "que se adapta a las condiciones climáticas de nuestros campos y que tiene buenos rendimientos en un corto período de tiempo".

Eduardo sabe que su esfuerzo es mínimo ante tanta carencia de proteínas. Sin embargo, es un firme defensor de que cada campesino tenga una reproductora porque en un año puede parir entre ocho y 12 crías. "Así se vería más presencia de carne de cerdo".

Cuando se le pidió, él dio su paso al frente y está satisfecho por tratar de rescatar algo que se pierde en las comunidades rurales y más útil se siente al ayudar a otros productores a recuperar esa especie, tan resistente a las enfermedades y otras adversidades.

"En un solo año, me nacieron 95 cerditos, una cifra bastante alta. Por desgracia, no tengo condiciones para la preceba y debo vender las crías a la cooperativa. Ella las comercializa con diferentes entidades y, especialmente, a los campesinos y vecinos de la zona de San Juan y del municipio".

En sus seis hectáreas, cuatro de la familia y dos que administra en usufructo, el destacado productor quiere seguir mejorando su manada de cerdos y para ello busca nuevos sementales, de modo que no haya consanguinidad y que las crías nazcan sanas.

"En la finca se producen cultivos varios, sobre todo plátanos vianda y burro, se crían aves de corral y tenemos un área de bosques y una de frutales. En dos hectáreas se siembra comida para los animales, como yuca, boniato, maíz, soya y plantas forrajeras.

"La crianza de cerdos de capa oscura no requiere costosas inversiones. Yo los tengo en un potrero y les doy pienso una vez al día, cuando vienen a dormir bajo techo, pero la mayoría de su nutrición depende de desechos de cosechas y de caña de azúcar.

"Según los especialistas -y por mi experiencia- son ejemplares más fuertes porque se crían al sol y no necesitan de tantas comodidades como los cerdos blancos que se producen en los centros porcinos. Genéticamente se les ha mejorado el tamaño y a los ocho meses de nacidos pueden pesar entre 160 y 170 libras".

Ha tenido dificultades objetivas, como todos los que emprenden un nuevo proyecto. No obstante, se considera un atrevido y ante los obstáculos cotidianos apela a soluciones prácticas, de esas que multiplican resultados a favor de la alimentación del pueblo.

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