telefonista empresa electrica

Las Tunas.- Con 22 años de edad recién cumplidos, Edelkys Tamayo Vargas ingresó al Centro de Llamadas de Atención al Cliente de la Empresa Eléctrica en Las Tunas, y ese día, 15 de agosto del 2007, marcó su vida, porque fue una de las que obtuvieron ese puesto, que por aquellos tiempos era tan difícil de alcanzar.

"Cuando logré entrar aquí me sentí muy feliz y me encantó todo, en esa época solo éramos tres. Había que coger el monófono porque no existía el sistema que tenemos ahora; sufríamos mucho porque la postura que había que adoptar al trabajar con aquel equipo era incómoda, y se hacía doloroso en ocasiones, aunque fueran pocas llamadas".

Edelkys cuenta con valor lo que ha pasado durante estos 16 años de trabajo, se han ido muchas y han entrado muchas otras, pero el año más difícil que tuvieron todas en sentido general fue el 2022. "Durante la covid-19 llegamos a trabajar solo siete, porque las demás estaban enfermas, otras tuvieron que distanciarse por sus niños, yo, por ejemplo, tengo tres. Pero el pasado lustro fue, sin dudas, el que marcó mi vida para siempre, yo se lo digo a las que entraron nuevas -porque muchas en ese período salieron del equipo-, esa etapa fue muy dura.

"El estrés psicológico que tuvimos en los meses de grandes afectaciones eléctricas fue increíble, eso sumado a las constantes amenazas de la población, el temor de lo que podría suceder con nosotras. Nunca antes en mis años de trabajo me había sentido así. Todo esto lo pude manejar gracias al apoyo de mi esposo que también se desempeña dentro de la Empresa Eléctrica como lector-cobrador en la sucursal Centro, con 14 años de experiencia y, además, excelente padre, porque cuida a las niñas, les hace todo lo que necesiten".

Aunque a veces tocan los turnos de noche, ellos son inseparables, así lo cuenta esta telefonista orgullosa de su vida hogareña. Pero incluso esa paz se vio quebrada en aquellos días terribles: "Cuando llegaba a mi casa sin poder acostarme ni descansar tenía los apagones; nuestro mejor ventilador por ese entonces fue una penca. Nos turnábamos mi esposo y yo, así logramos que las niñas tuvieran noches más llevaderas.

"El orgullo más grande lo sentí de mis hijas cuando tuvimos la afectación nacional el 27 de septiembre del 2022, que fue una noche muy dura, pero al día siguiente la mayor me dijo que quería ir a la escuela. Y yo tenía que estar en el Centro de Llamadas y sabía lo que me esperaba aquí". 

La claridad de sus hijas sobre lo que es importante resulta su mayor satisfacción, y aunque a veces no tenga muchas opciones de respuestas cuando le preguntan si regresa esa tarde o al día siguiente, Edelkys Tamayo Vargas ama su trabajo, es ejemplo de compromiso ante el deber. Los choferes de la transportación obrera son testigos de ello, cuando la recogen bien temprano en la madrugada en la primera parada.

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