
Las Tunas.- José Antonio Cárdenas Escobar es cocinero hace casi 40 años y, desde hace cuatro, se mudó a Puerto Padre. Lo conocimos en uno de los tres ranchones de la Unidad Empresarial de Base de Gastronomía, de ese municipio, que funcionan en la zona de playa; un sitio en el que sonreía mientras elaboraba la comida con leña, al pedido, con el ritmo de trabajo trepidante de verano que imponen el salitre y el sol.
De su buen desempeño nos habló Esloider Rodríguez, responsable de que funcione todo ese engranaje, y abundó, además, en el hacer constante de sus instalaciones, una de ellas en El Socucho y las otras dos en playa La Boca (en La Punta y la restante más cerca del área tradicional de baño).
“Tenemos alrededor de 11 trabajadores ahora mismo en estos establecimientos y es gente valiosa y sacrificada, porque cada temporada es más atípica y exige un esfuerzo evidente”.
Conversamos de muchas cosas. Le escuchamos explicar lo complejo de mantener una oferta estable y equilibrada entre los tres sitios y también la piedra angular en la que se erige el sector particular para la adquisición de productos como el arroz y los cárnicos, en pos de elaborar cada comida.
“Se nos dificulta hacer las fichas de costo porque, evidentemente, depender de ellos nos encarece las ofertas, y no todos los que vienen a la playa, en especial quienes traen a la familia, pueden pagar 300.00 o 400.00 pesos por un plato fuerte.
“Entonces buscamos la media; y, al mismo tiempo que ofrecemos esas propuestas, ponemos en el menú algunas más asequibles como la lonja de jamón, que sale en 63.00 pesos, o el pescado frito, que cuesta 180.00, por ejemplo”.
Nuestros entrevistados concordaron en que, aunque no hay un cierre definido porque la playa es así, todo el tiempo se hace preciso estar atento al cliente; sí, es el horario de almuerzo el de mayor venta y dijeron que el sábado continúa siendo el gran día para comercializar todo lo posible.
No obstante, la atención es un termómetro que siempre les pone la parada alta; por eso, cuando la noche cae y viene acercándose las 11:30, hacen una especie de alto, limpian todo, revisan lo que es urgente para el otro día y tratan de descansar un par de horas. Eso, antes de que otra vez salga el sol, las olas se repleten de sonrisas y la gente vuelva a los locales buscando comida caliente y bien hecha en medio de este verano.

